<p class=»ue-c-article__paragraph»>La obsesión por lo políticamente correcto se está extendiendo por las universidades españolas. Hasta<strong> 55</strong> campus públicos y privados han suscrito un documento con recomendaciones a los<a href=»https://www.elmundo.es/espana/2024/12/11/6758967421efa0b3398b45ac.html»> alumnos</a> y profesores para «un uso adecuado» del lenguaje. El informe llama a evitar, entre otras cosas, el empleo por defecto de la forma masculina para la descripción de personas en general con el fin de «alcanzar una igualdad efectiva entre hombres y mujeres». Propone sustituir el genérico <i>hombre </i>por<i> ser humano</i> o por <i>humanidad</i>, que la guía considera que no incurren en «sexismo lingüístico».</p>
Recomiendan no usar el masculino al describir grupos mixtos para no «invisibilizar a las mujeres»
La obsesión por lo políticamente correcto se está extendiendo por las universidades españolas. Hasta 55 campus públicos y privados han suscrito un documento con recomendaciones a los alumnos y profesores para «un uso adecuado» del lenguaje. El informe llama a evitar, entre otras cosas, el empleo por defecto de la forma masculina para la descripción de personas en general con el fin de «alcanzar una igualdad efectiva entre hombres y mujeres». Propone sustituir el genérico hombre por ser humano o por humanidad, que la guía considera que no incurren en «sexismo lingüístico».
El documento sostiene que la palabra hombre utilizada para hacer referencia a grupos mixtos «no incluye a las mujeres». «Utilizar la historia del hombre o el hombre en la arquitectura invisibiliza a las mujeres, transmitiendo la idea de que no han sido agentes de la historia ni sujetos de derechos», defiende. En vez de decir los estudios sobre el hombre sería más apropiado, según esta guía, hablar de los estudios sobre el ser humano.
El documento, surgido del Grupo de Trabajo de Políticas de Igualdad de Género de la Conferencia de Rectores y Rectoras de Universidades Españolas (Crue), ha sido rubricado por 47 universidades públicas y ocho privadas de las 91 que hay en España (77 de ellas forman parte de la Crue). Además, campus como la Uned, la Rey Juan Carlos, Alcalá, Extremadura, Burgos, Málaga o Alicante lo han asumido como propio dentro de sus webs. La mayoría de universidades privadas y un puñado de públicas han preferido no firmarlo.
El texto persigue combatir el «modelo androcéntrico», que «considera al hombre como medida de todas las cosas y refleja, transmite y refuerza un modelo no igualitario». Los firmantes parten del supuesto de que «el uso que hacemos de la lengua influye en la construcción de la identidad personal y determina la mentalidad colectiva y la conducta social». «El respeto a las otras personas a través del lenguaje contribuye a la sostenibilidad del planeta», sentencian.
El documento propone «utilizar la lógica y anteponer el femenino inclusivo», usar el desdoblamiento de los artículos o recurrir a adjetivos invariables en lugar de adjetivos masculinos. Recomienda «términos inclusivos» como profesorado (en vez de profesor), estudiantado (en vez de estudiantes), la plantilla (en vez de los trabajadores), las tutorías (en vez de los tutores) y ciudadanía (en vez de ciudadanos), o convertir las palabras en femenino anteponiendo persona o personas: las personas trabajadoras.
Siempre que sea posible se debe suprimir el artículo los (el curso está dirigido a profesionales en lugar de el curso está dirigido a los profesionales). La guía llama a evitar los determinantes el, los, aquel o aquellos y reemplazarlos por los más ambiguos quien o quienes. Por ejemplo, es mejor decir quien se inscriba en el curso obtendrá el reconocimiento de dos créditos en vez de el que se inscriba en el curso obtendrá el reconocimiento de dos créditos.
Otra opción es usar alguien, algunas personas, un grupo de, multitud de, en lugar de los pronombres indefinidos uno, varios o muchos. Estas universidades ven menos sexista hablar de un grupo de estudiantes que de varios estudiantes. Todos no está bien visto: es mejor decir cualquier persona interesada o cada una de las personas interesadas que todos los interesados.
Estas «recomendaciones básicas» ofrecen utilizar la «impersonalidad» como solución para evitar el sexismo. Llegan a plantear «cambiar la redacción»: en vez de todos suspendieron es mejor decir nadie aprobó. Para referirse a las personas no binarias, proponen «evitar las palabras que evidencien el género masculino o femenino y, en su lugar, modificar la frase de manera que se utilicen palabras neutras o cambios gramaticales». Otra opción es «utilizar el femenino anteponiendo la palabra persona o preguntar directamente con qué pronombres se identifica».
Fuentes de la Crue confirman la existencia de este documento y explican que se tratan de recomendaciones para toda la comunidad educativa; es decir, para profesores, alumnos y personal de administración y servicios.
Salvador Pons, profesor titular de Filología Española de la Universidad de Valencia, dice que, «en español, el masculino genérico incluye al femenino» y «eso no tiene nada que ver con el sexismo, sino que es un hecho del lenguaje». «La comunicación puede ser sexista, pero no lo es la gramática. En realidad, estas reglas buscan invisibilizar lo masculino más que visibilizar lo femenino. Aunque todos habláramos así, no mejorarían las condiciones de la mujer», afirma.
Serafina García, profesora titular de Filología Española de la Universidad de Oviedo, apunta que «el masculino genérico es una característica de la arquitectura morfológica de las lenguas romances y no un mecanismo perverso de anular a las mujeres». «Es sorprendente que las universidades hayan asumido con naturalidad la idea apriorística de que cambiar la lengua cambia la realidad», lamenta. «No parece que hayan consultado a ningún especialista para hacer ese diagnóstico y esas recomendaciones, que más parecen mandamientos, incapacitan para un uso libre de la lengua y coartan el pensamiento».
Alumnos no: estudiantado
Con titulación. En vez de titulado universitario hay que hablar de personacon titulación universitaria.
Decanato. Es mejor sustituir profesores por profesorado; alumnos por estudiantado o alumnado; decano por decanato; secretario por secretaría; el presidente por la presidencia; el representante por la persona representante.
Nadie. En lugar de todos suspendieron se debe decir nadie aprobó, según el documento. En vez de ruego estén atentos se diría ruego presten atención. En lugar de para ser catedrático se requiere acreditación se puede utilizar la fórmula para obtener una cátedra se requiere acreditación.
Pasiva. Es preferible hablar de se puede cancelar la matrícula a los alumnos pueden cancelar la matrícula. Se propone sustituir el alumno debe presentar el trabajo mañana por el trabajo debe ser presentado mañana, aunque esta fórmula da menos información.
Sujeto omitido. Se puede omitir el sujeto (habrá un debate en vez de los participantes mantendrán un debate). O usar la segunda persona del singular, dirigiéndose directamente a la persona. Otra opción es cambiar estar + adjetivo por tener + adjetivo: estar obligado al cumplimiento se reemplaza por tener obligación de cumplir.
Gerundio. Se acepta emplear el infinitivo o el gerundio (inscribiéndose en el formulario se accederá al curso, en vez de los que se inscriban en el formulario accederán al curso).
Sr./Sra. Hay que evitar barras en los formularios. En lugar de sr./sra. se puede decir nombre y apellido y en vez de nacido/a en es recomendable recurrir a lugar de nacimiento.
Las universidades, «’influencers’ de la igualdad»
Las Recomendaciones para un uso adecuado del lenguaje es las universidades es un documento aprobado el pasado julio por el primer Pleno del Grupo de Trabajo de Políticas de Igualdad de la Crue. No había transcendido porque no se le ha dado publicidad ni está colgado en la web de la Crue. Este grupo de trabajo, que «está muy conectado» con la Junta Rectora de la Crue, está presidido por Eva Ferreira, ex rectora de la Universidad del País Vasco y delegada de Políticas de Igualdad de la Crue. Su misión es desarrollar y coordinar las políticas de género de las universidades españolas. Durante su primer encuentro su presidenta manifestó su deseo de convertirse en «una institución influencer en materia de igualdad».
Fuentes de la Crue explican que todos todas las asistentes al Pleno han suscrito el documento. Son centros mayoritariamente públicos de Cataluña (Barcelona, Autónoma de Barcelona, Girona, Lleida, Politécnica, Pompeu Fabra, Rovira i Virgili y Vic), Madrid (Autónoma, Alcalá, Carlos III, Complutense, Politécnica y Rey Juan Carlos), Andalucía (Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Universidad Internacional de Andalucía, Sevilla, Málaga y Pablo de Olavide); Comunidad Valenciana (Alicante, Castellón, Miguel Hernández, Valencia y Politécnica de Valencia), Castilla y León (Burgos, León, Salamanca y Valladolid); Galicia (Coruña, Santiago y Vigo); Murcia (Politécnica de Cartagena y Murcia) y Canarias (Las Palmas); así como las universidades de Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cantabria, Extremadura, La Rioja, Oviedo, País Vasco y Zaragoza.
También lo han firmado universidades privadas, como Deusto, Pontificia Comillas, Universidad Europea Miguel de Cervantes, Universidad Internacional de Cataluña, Ramón Llull, Mondragón, Navarra y UOC.Respecto a los campus estatales, lo ha sucrito la Uned, pero no la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
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