<p>La crisis de <strong>Vox </strong>en el Ayuntamiento de Valencia va a acabar complicando la gobernabilidad a la alcaldesa <strong>María José Catalá</strong>. Con 13 ediles en las elecciones de mayo de 2023, sustentó su mayoría en los cuatro ediles de la formación de Santiago Abascal, pero esa estabilidad ha saltado por los aires en una semana.</p>
Con Badenas, su pareja, suspendido de militancia, la alcaldesa solo cuenta con los votos de dos ediles de la formación de Abascal que sumaría a los 13 del PP, pero Compromís y PSOE alcanzan los 16
La crisis de Vox en el Ayuntamiento de Valencia va a acabar complicando la gobernabilidad a la alcaldesa María José Catalá. Con 13 ediles en las elecciones de mayo de 2023, sustentó su mayoría en los cuatro ediles de la formación de Santiago Abascal, pero esa estabilidad ha saltado por los aires en una semana.
El pasado lunes, quien era su teniente de alcalde, líder, y portavoz de Vox, Juan Manuel Badenas, fue expedientado por su partido y suspendido de militancia por presuntas irregularidades en un contrato público de la Fundación Valencia Activa con la empresa del marido de la delegada del Gobierno. Esto obligó a la alcaldesa popular a hablar con sus socios y a sacar a Badenas de su gobierno para zanjar una crisis que podía complicarle los dos años que le quedan de mandato. Sin embargo, no se resolvió al completo.
La crisis tuvo un nuevo episodio este domingo cuando la concejal Cecilia Herrero, pareja de Badenas, anunció en sus redes sociales que había solicitado su baja en la formación de Abascal.
Confirma que el pasado jueves 6 de marzo solicitó «la baja voluntaria de militancia» y que explicará su motivación este lunes en una rueda de prensa, que ha podido confirmar El Mundo de fuentes municipales que se celebrará en el Ayuntamiento de Valencia.
Su adiós del partido es la razón por la que, a pesar de que dos días antes la alcaldesa Catalá la había incluido como miembro de la Junta de Gobierno y le había aumentado las delegaciones sumando a la de Emprendimiento y Agricultura la de Parques y Jardines, no se presentó a la reunión del viernes junto al resto de concejales del equipo de Gobierno.
Coincidió esta ausencia con un comunicado de Vox confirmando que las funciones de portavoz en el grupo municipal las asumirá el edil José Gosálbez, y renegando de Badenas: «No representa a Vox, por lo que cualquier manifestación o acción que lleve a cabo no es asumida por Vox ni tiene efectos en nombre de Vox», recogía el escrito antes de garantizar «colaboración absoluta» a sus socios del Partido Popular.
«Nuestra voluntad es seguir trabajando y dando estabilidad para poder cumplir con los compromisos adquiridos con los valencianos. Seguimos trabajando con el equipo de Alcaldía para gestionar cualquier situación», aseguraban.
El problema es que Vox ya sólo controla a dos concejales, Gosálbez y Mónica Gil, que sumados a los 13 ediles del Partido Popular no le dan a Catalá la mayoría en los plenos porque Compromís (9) y el PSOE (7) suman 16. La alcaldesa, por tanto, depende de los votos de estos dos concejales díscolos, que no han manifestado en ningún momento su intención de renunciar al acta -ni Vox se la ha pedido por el momento- ni han solicitado formalmente pasar al grupo de no adscritos.
La relación de Herrero con Vox está rota y, en el caso de Badenas, muy deteriorada también con el PP, que ahora depende de sus votos. Catalá tendrá que negociar estos apoyos, al menos uno de ellos para imponer su voto de calidad como alcaldesa, pero tendrá que hacerlo sin molestar a Vox, que es el partido que también necesita para sustentar su mayoría. Por el momento, desde Alcaldía no valoran la decisión de Herrero e insisten es que es «un tema interno» pero lanza un mensaje: «Vox tiene que trabajar en recuperar su situación como socio de gobierno. Les damos un margen estos días para que resuelvan sus problemas internos. Y si no lo hace, tomaremos nuestras decisiones«, aseguran fuentes del Gobierno de Catalá.
La situación sí fue valorada por el PSOE, que considera que María José Catalá tiene su gobierno «en manos de dos personas que no quiere ni Vox». «Ha puesto a Valencia por detrás de su comodidad política y ha bloqueado la ciudad», asegura el portavoz socialista, Borja Sanjuán.
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