<p class=»ue-c-article__paragraph»>Los responsables de las compañías farmacéuticas lo tienen claro: se debe apostar por ellas a largo plazo, ya que sus productos no son fruto de lo que dura una legislatura política. Van más allá de los cuatro años de un gobierno, y eso lo sabe <strong>Patrick Horber, presidente de Novartis Internationa</strong>l. «Todas las tensiones geopolíticas que tenemos hoy no deben hacernos olvidar que nuestro objetivo es llevar la innovación a los pacientes». Este médico suizo dirige desde hace casi dos años las operaciones globales de la farmacéutica con sede en Basilea y reporta directamente al CEO de la compañía, <a href=»https://www.elmundo.es/papel/lideres/2019/09/18/5d810d0e21efa0a8178b459f.html» target=»_blank»>Vas Narasimhan</a>. Su experiencia de dos décadas al frente de direcciones farmacéuticas (Abbie) al otro lado del Atlántico le da una visión completa de la competitividad de los mercados y las necesidades de la industria.</p>
Desde el laboratorio con sede en Basilea saben que en la actualidad a la pérdida de competitividad de la UE se suma ahora el desafío de los aranceles. «Necesitamos señales de que se apuesta por nuestra industria innovadora»
Los responsables de las compañías farmacéuticas lo tienen claro: se debe apostar por ellas a largo plazo, ya que sus productos no son fruto de lo que dura una legislatura política. Van más allá de los cuatro años de un gobierno, y eso lo sabe Patrick Horber, presidente de Novartis International. «Todas las tensiones geopolíticas que tenemos hoy no deben hacernos olvidar que nuestro objetivo es llevar la innovación a los pacientes». Este médico suizo dirige desde hace casi dos años las operaciones globales de la farmacéutica con sede en Basilea y reporta directamente al CEO de la compañía, Vas Narasimhan. Su experiencia de dos décadas al frente de direcciones farmacéuticas (Abbie) al otro lado del Atlántico le da una visión completa de la competitividad de los mercados y las necesidades de la industria.
Novartis lleva en nuestro país desde hace más de 100 años. Y su apuesta por España se traduce en que aquí tiene uno de los laboratorios con más cantidad de metros cuadrados dedicados a la producción e innovación. Tiene una planta de última generación en Zaragoza y seis Centros de Excelencia. De hecho, su última apuesta por las terapias innovadoras se ubica en La Almunia de Doña Godina y se trata de uno de los cuatro centros de la compañía a nivel mundial en los que se fabrican y distribuyen radiofármacos a escala internacional, lo que refuerza la posición del país como referente en medicina nuclear.
A lo largo de este 2025 está consolidando la inversión total de 53 millones de euros que le permitirá multiplicar por cinco su capacidad de producción, duplicar la de exportación y, a la vez, promover la creación de nuevos puestos de trabajo. Desde la inauguración de las instalaciones en 2012 se han incorporado 102 personas. En ellas se desarrolla una forma innovadora de tratamiento oncológico dirigido que combina un compuesto de precisión encargado de localizar las células cancerosas (ligando) con una partícula radioactiva terapéutica (radioisótopo). Gracias a su enfoque dirigido, evita el daño en tejidos sanos. «España es un país clave en el desarrollo clínico y en la producción de la terapia con radioligandos, siendo el país europeo que más pacientes ha aportado a los programas de investigación, y el segundo a nivel mundial, solo por detrás de EEUU», detalla Horber. En nuestro país, la compañía aporta al PIB con 869 millones de euros.
A principios de este año, las obligaciones de inversión al otro lado del Atlántico, junto a la creciente demanda de pacientes en EEUU y Canadá, les lleva a abrir una segunda planta en este país. Será en Indianápolis (Indiana) que se une a la de Millburn, Nueva Jersey. De esta forma, las instalaciones de Ivrea (Italia), continuarán brindando servicios a pacientes dentro y fuera de EEUU, mientras que la planta de Zaragoza solo ofrecerá los radioligandos a pacientes fuera de EEUU, de los que un 85% llega a más de 30 países. A estas plantas podrían unirse en los próximos meses capacidades de fabricación y nuevos puntos de suministro adicionales en Sasayama (Japón) y Haiyan, Zhejiang (China).
- ¿Cómo asumen el impacto de las políticas arancelarias de EEUU y el marco económico que dibujan?
- Realmente no es nada nuevo para nosotros. Puede que haya más tensión que en los últimos años, pero nuestro objetivo final es trabajar con cada una de las administraciones, ya sea en Europa con nuestro Gobierno, con la Comisión en Bruselas y Estrasburgo; hacerlo también con la Administración en EEUU y en Asia, China y Japón, que son grandes mercados para nosotros. Todo lo que hacemos está alineado con nuestro propósito general: lograr que nuestros medicamentos innovadores lleguen a los pacientes. Quizá ese es el mayor desafío con esta tensión política.
- Ahora, hay un nuevo marco regulatorio europeo para la industria farmacéutica, ¿cómo les va a afectar su puesta en marcha?
- Europa realmente se está quedando atrás desde hace tiempo con más y más regulaciones, lo que sin duda hace nuestra labor cada vez más difícil. Por ejemplo, la de protección de datos de regulación (RDP) durante mucho tiempo fue de ocho años y ha habido muchas discusiones para reducirla a seis, principalmente impulsadas por muchos estados miembros que tienen industrias de fármacos genéricos y quieren ver una entrada más temprana de ellos al mercado. Esto afecta a las inversiones en innovación. Si Europa quiere seguir siendo competitiva y quiere ver nuestra inversión como industria innovadora, necesitamos esos ocho años. Incluso diría que una señal clara de esa apuesta sería aumentar dos años, hasta 10. Mantenemos muchas reuniones tanto con la Comisión Europea a nivel gubernamental, con países como España, donde destacamos estos desafíos. Necesitamos abonar el terreno adecuado para que mantengamos nuestras inversiones en la UE.
- Entonces, ¿esto choca con lo que se pide en el ‘informe Draghi‘ para cumplir con la estrategia de autonomía, como tarea que puso a la industria europea para recuperar la competitividad frente a EEUU y Asia en un momento tan crítico?
- R. En cierto modo, estoy de acuerdo en que lo que Europa está haciendo va en la dirección contraria a lo que el informe Draghi plasmó sobre el papel, o lo que el informe nos encomendó. Al mismo tiempo, creo que la Comisión, y también Ursula von der Leyen, su presidenta, aprecian el informe y ven que hay un movimiento que tienen que dar para que Europa vuelva a ser más competitiva. Ahí es donde pongo cierto nivel de esperanza. Ahora, para ser muy claros, si observo la situación actual, realmente tenemos que ver que, al menos, mantengamos los ocho años de RDP, se reduzcan las regulaciones y se facilite también la obtención de aprobaciones para hacer ensayos clínicos en Europa. Ya hacemos muchos ensayos clínicos, y esto beneficia a la comunidad científica de los países. Aquí cabe destacar a España como uno de los estados donde tenemos las mayores inversiones, con más de 270 estudios clínicos en marcha. Esto supone, por ejemplo, que la sociedad española accede en una fase muy temprana de desarrollo a la innovación. Por lo tanto, si la Comisión Europea cambiara y simplificara las regulaciones tan estrictas, sería extremadamente beneficioso para la sociedad y nos ayudaría a llevar esa innovación más rápido a los pacientes.
- Describe una industria farmacéutica que muestra una fuerza para avanzar hacia el futuro con un impacto en dos vertientes claras: social y económica. ¿Hasta qué punto se transmiten estas ideas?
- Nuestra industria realmente marca una diferencia en la vida de las personas e incluso, a veces, podemos curar enfermedades. También somos un motor de la economía en Europa e impulsamos el crecimiento de una manera muy significativa. Eso es extremadamente importante, especialmente en tiempos en los que el crecimiento del PIB de alguna manera se ve limitado en función de toda la tensión geopolítica. Pero esto no frena que la gente enferme y necesite medicamentos. A nivel productivo, somos una fuerza de trabajo cualificado, tanto en producción como en investigación. Por ejemplo, Novartis España da trabajo a casi 1.500 personas. También tenemos centros de I+D y fabricación.
- Aquí destaca el último centro puesto en marcha en Zaragoza para la fabricación de terapias oncológicas de última generación.
- Sí, se trata de la terapia de radioligandos que se emplea contra el cáncer. Es radioterapia dirigida desde el interior del organismo. Una gran apuesta innovadora en la que somos pioneros y hemos traído a España su producción. Todo esto me encantaría verlo más reconocido por la sociedad y, luego, por supuesto, también por los gobiernos y los políticos. El desafío aquí es que nuestra industria tiene un ciclo de vida muy largo, por eso pedimos a los gobiernos que piensen más estratégicamente, a largo plazo. Ellos están, por lo general, cuatro o cinco años, a veces incluso menos, dependiendo de la situación política.
- Esto tiene tintes negativos, ¿son realmente unos obstáculos insalvables?
- Realmente espero que el informe Draghi y también la tensión política que tenemos hoy nos ayuden a cambiar la mentalidad de los gobiernos al reconocer cada vez más el peso de la industria farmacéutica para seguir siendo realmente competitivos aquí en la UE y en todo el mundo.
- ¿Hasta qué punto esta situación al final puede desembocar en barreras en el acceso a los medicamentos?
- El acceso a la medicina ya es un problema en toda Europa. En España es todavía más apremiante, con alrededor de 600 días de retraso. Un buen ejemplo del que otros países de Europa podrían aprender es Alemania, donde podemos entrar en el mercado después de un mes y los pacientes tienen acceso inmediato a los medicamentos. Luego negociamos al final cuál es el valor del medicamento [precio].
- España ha ido reduciendo el número de días en los últimos dos años, ¿no lo perciben?
- Que baje 15 o 20 días es poco. Esto significa que los pacientes tardan en recibir un tratamiento 600 días. Los productos contra el cáncer que tenemos podrían reducir la tasa de recaída en el cáncer de mama en un 30%. Esto salva vidas, el retraso puede poner vidas en riesgo. Y ahí es cuando me comparo con Alemania. Está claro que el desafío es en toda Europa, y realmente tenemos que pensar cómo cambiar ese sistema de acceso.
- ¿Qué ejemplo concreto puede poner en este aspecto?
- Novartis tiene un producto para el cáncer de próstata, los radioligandos, que fue aprobado en Europa en diciembre de 2022, y en agosto de 2025 todavía no tenemos reembolso en España. Justo es aquí donde producimos el producto e hicimos la mayoría de los ensayos. Esto supone un momento de reflexión sobre lo que significa también con respecto a las inversiones de futuro. ¿Estamos en el lugar adecuado? Porque si los pacientes no tienen acceso, ahora existe una probabilidad muy alta de que no tengan acceso a futuros tratamientos oncológicos con esta terapia.
- Con esto afirma que cómo se traten las inversiones de la industria a largo plazo tiene consecuencias…
- El acceso a los fármacos impulsa nuestras decisiones como empresa innovadora y también dónde podemos confiar en los gobiernos que están interesados en valorar la innovación y su posterior comercialización.
- Los cambios legislativos en la nueva ley del medicamento española contemplan esto. ¿Lo conoce?
- Me complace ver que esto se está dando. Se está poniendo en marcha una hoja de ruta clara y también se ha firmado en el primer trimestre de este año la Estrategia de la Industria Farmacéutica. Novartis ha sido una parte muy importante en su desarrollo, y eso me da un cierto nivel de confianza. Tal vez las cosas cambien en los próximos meses. Pero lo que es extremadamente importante hoy, ahora, especialmente con la situación geopolítica actual, es que hay un marco y un compromiso de una fuerte colaboración entre el gobierno, el sistema nacional de salud y la industria que debe hacernos avanzar. Todo lo que hace España también tiene un impacto en el resto de Europa, ya que es una economía importante en la UE.
- ¿Qué le pide a España?
- Es importante que cumpla con el ejemplo aprovechando ahora ese marco que se está implementando en el documento que dice que deberíamos tener reembolso después de 90 días o acceso después de 90 días. Ahora bien, solo hay una cosa que destacaría en esa etapa y es que ya hoy, según la ley, los pacientes deberían tener acceso después de 180 días. Pero no está sucediendo, y nadie está realmente presionando contra eso.
- Necesitan una prueba de fe de que van a favor de la industria…
- R. Una cosa es ponerlo por escrito y otra implementarlo. Resulta muy relevante ver movimientos significativos en España. Pero lo que necesitamos como industria, Novartis España, es realmente que las cosas cambien y ver un cambio con respecto a los plazos de reembolso y que también haya voluntad de invertir más en tratamientos innovadores. Hemos analizado cuánto invierten los países europeos en el PIB per cápita en tratamientos innovadores. España, junto a otros, está muy por detrás de los primeros. Aquí, EEUU está definitivamente en el nivel más alto de inversión en innovación per cápita. También necesitamos ver señales claras del gobierno de que hay voluntad de invertir en innovación. Necesitamos señales en España: hemos traído un producto innovador, cuando también hay otros mercados en Europa y queremos que los pacientes aquí tengan acceso. La terapia de radioligandos va más allá del cáncer de próstata y es una gran una transformación. Pero no tenemos aprobación en España. En cierto modo, esto es contradictorio. Si se introduce una indicación adicional o un tratamiento para una nueva enfermedad, estás aportando aún más valor a la sociedad. Entonces, ¿cómo puede ser que al final, el propio sistema te reduzca el precio y diga que no?
- Con todo, España es una de las filiales más importantes de la compañía desde hace años.
- R. No hay duda de que es un país muy importante para nosotros. Hay una gran comunidad de investigadores y médicos con un conocimiento académico muy alto. Por eso nos decidimos a hacer ensayos clínicos en España. También hemos apostado por la fabricación aquí porque creemos que es el lugar correcto. Pero lo que vemos ahora es que tal como están evolucionando las cosas, se va en la dirección equivocada. Necesitamos ver ahora una señal muy fuerte del gobierno español que nos muestre que hay voluntad de colaborar con nosotros, darnos acceso a los pacientes lo más rápido posible. Soy médico y me cuesta ver que haya pacientes que no tienen acceso a terapias oncológicas. Nos gustaría mantener las inversiones aquí y en el resto de los países, pero necesitamos la base adecuada y una señal clara de los gobiernos de que valoran nuestra innovación y que realmente quieren que la sociedad española tenga acceso a esta innovación por el valor adecuado. Se trata del valor y del gasto real del nivel de PIB per cápita, que es necesario para una sociedad sana.
- Por último, ¿cuáles son los próximos desafíos innovadores de Novartis que requieren todo ese marco de desarrollo?
- Estamos orgullosos de nuestros tratamientos. Definitivamente nos hemos consolidado como una de las compañías farmacéuticas más innovadoras. Con la terapia de radioligandos somos pioneros y nuestros competidores están aún lejos. Estamos desarrollando en el ámbito cardiovascular fármacos basados en ARN. En España ya existe un producto disponible para tratar el colesterol que se inyecta una vez cada seis meses y mantiene su nivel de colesterol bajo. Junto a ello, también desarrollamos plataformas tecnológicas de investigación como la terapia génica y celular.
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