<p><i><strong>Talk Me </strong></i>es un cortometraje anómalo sobre precisamente la anomalía de ser diferente. <strong>Y tan es así que ya es el primer y muy anómalo cortometraje español en ganar en el Festival de Toronto que ahora acaba.</strong> La película imagina un mundo extraño, no exactamente una distopía. En él, el sexo funciona sin tabúes ni escondites como la forma casi rutinaria de comunicación. Lo raro, por así decirlo, es mirarse a la cara y simplemente hablar sin recurrir a las frases hechas. En <i>Talk Me, </i>la gente, antes que cualquier otra cosa, folla. Sin más, sin siquiera unos «Buenos días». «Lo que pretendo no es ni asustar ni epatar a nadie. Se trata de crear un mundo que no pertenece a nadie y que, sin embargo, todos podemos reconocer perfectamente», explica el valenciano<strong> Joecar Hanna (de segundo apellido Zhang), </strong>un director de cine tan peculiar y único en sus formas, sus nombres y sus genealogías que ha convertido precisamente la muy anómala normalidad en el argumento del cine que ahora mismo empieza a crear. Joecar reside y estudia en Nueva York desde hace aproximadamente un lustro después de vivir casi 30 años en Valencia. De ahí, su relación con el director de <i>Haz lo que debas, </i>otro devoto de la realidad vista del revés, que ha sido el que, entre otros, le ha producido la pieza de 20 minutos.</p>
Es el primer español en ganar en esta categoría del certamen canadiense. La cinta ha sido producida por Spike Lee
Talk Me es un cortometraje anómalo sobre precisamente la anomalía de ser diferente. Y tan es así que ya es el primer y muy anómalo cortometraje español en ganar en el Festival de Toronto que ahora acaba. La película imagina un mundo extraño, no exactamente una distopía. En él, el sexo funciona sin tabúes ni escondites como la forma casi rutinaria de comunicación. Lo raro, por así decirlo, es mirarse a la cara y simplemente hablar sin recurrir a las frases hechas. En Talk Me, la gente, antes que cualquier otra cosa, folla. Sin más, sin siquiera unos «Buenos días». «Lo que pretendo no es ni asustar ni epatar a nadie. Se trata de crear un mundo que no pertenece a nadie y que, sin embargo, todos podemos reconocer perfectamente», explica el valenciano Joecar Hanna (de segundo apellido Zhang), un director de cine tan peculiar y único en sus formas, sus nombres y sus genealogías que ha convertido precisamente la muy anómala normalidad en el argumento del cine que ahora mismo empieza a crear. Joecar reside y estudia en Nueva York desde hace aproximadamente un lustro después de vivir casi 30 años en Valencia. De ahí, su relación con el director de Haz lo que debas, otro devoto de la realidad vista del revés, que ha sido el que, entre otros, le ha producido la pieza de 20 minutos.
Joecar se llama como se llama por la contracción de los nombres de sus tíos que, a decir de su padre, le salvaron la vida. Cuenta que su abuelo es brasileño-libanés y su abuela nigeriana-libanesa. Libanés por tanto y sin guiones. Su padre, por su parte, es de Guinea Ecuatorial y su madre, china por la suya. «Hace 30 años, no era tan fácil ser distinto en España como quizá lo es ahora», puntualiza para dar perspectiva social y hasta política a sus orígenes. Y es precisamente en esa turbamulta de procedencias que también son destinos donde Joecar refuta una a una todas las formas de normalidad. Para bien y para mal. Para el privilegio de ser único y para el dolor tal vez de mendigar ser algo con raíces, bandera propia y comida típica rica en grasas.
«Mi pequeña aportación invirtiendo normas para verlas con otra perspectiva es lo que espero que ayude a la gente a ver lo absurdo que son a veces las jaulas en las que nos metemos, simplemente porque las hemos heredado, o peor, que hayamos aprendido como algún tipo de dogma», dice ahora Hanna desde Toronto con el flamante reconocimiento entre las manos y en el currículo.
El reconocimiento en el 50º Festival Internacional de Cine de Toronto da por buena la intuición que tuvo Spike Lee al decidir producir Talk Me, un corto que ya estuvo seleccionado en el pasado Festival de Cannes. Como ha destacado el realizador de películas sobre la negritud y la identidad tan relevantes como la citada arriba, Malcolm X y su reciente estreno en Apple TV+, Del cielo al infierno:«La visión de Joecar Hanna es única y sus multifacéticas dirección, escritura, edición y actuación convierten su narrativa en una nueva visión en este mundo desquiciado en el que todos vivimos y morimos hoy».
Talk Me supone el regreso del cineasta a su ciudad natal. La película, de 20 minutos, ha sido rodada íntegramente en localizaciones de Valencia, Port de Sagunt, el Grau Vell y Alginet. Sus personajes alternan de una manera orgánica los idiomas castellano, valenciano, catalán, cantonés y fang. En el cortometraje participan los actores Carlos Gorbe (Escape, La ruta) y la actriz Melanie Smith. Valencia es el lugar donde Hanna creció y en la que vivió hasta los 28 años. Vivir allí como mestizo lo llevó a experimentar en primera persona una vivificante anomalía que ha trasladado a su obra.
Talk Me se mueve por la pantalla como uno imagina que el director con ese enmarañado árbol genealógico se debe mover por la vida: sin dejarse apresar por definiciones ni mapas ni frases hechas. Se cuenta la historia de una pareja que busca conocerse, escuchar música, cantar juntos y, ya luego, liarse con todas las consecuencias y todas las carnes. Tan raros ellos. Por momentos, es comedia; a ratos drama romántico; cuando se despista cuento fantástico, y siempre una fábula cálida, brillante y algo herida de lo que somos. De repente, la normalidad puede ser, esa es la idea, otra cosa; algo libre de miedos y sencillamente mejor.
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