<p class=»ue-c-article__paragraph»>Hay compañías que operan bajo el radar, lejos del mundanal ruido, como si fuesen un ciervo agazapado que de repente queda a la vista sorprendiendo al espectador. Traducida a la dimensión empresarial, esta imagen podría utilizarse para describir a <strong>Beself Brands,</strong> compañía ubicada en Valls (Tarragona) que cobija desde la matriz a cinco marcas: <strong>Fitfiu Fitness</strong> (deportes), <strong>Greencut </strong>(jardinería y bricolaje), <strong>Mc Haus</strong> (muebles), <strong>Beeloom</strong> (juguetes de inspiración <strong>Montessori</strong>) y <strong>Playkin</strong> (juguetes eléctricos).<br>De un rápido vistazo queda claro que la estructura liderada por los cofundadores<strong> Mireia Calvet</strong> (CEO) y <strong>Albert Prat </strong>gira en torno al hogar. «Comenzamos en 2009, siempre con la visión de vender online», explica Calvet. «Primero fue con Greencut y luego se añadió escalonadamente el material deportivo, la marca de muebles y los juguetes. Todos los productos son de uso doméstico, no profesional, y están acompasados con el ciclo de la vida: alquilas o compras una casa, te haces con una mesa y un sofá, te encargas de cuidar el jardín, te pones en forma y procuras que los niños estén distraídos».<br>En 2023, el ecommerce <strong>Prat Brands</strong> se rebautiza como Beself Brands. Aunque existe un canal de venta directo que representa entre el 12% y el 14% de la facturación, el hábitat natural de la empresa son marketplaces como los de<strong> Amazon, eBay, Decathlon, Leroy Merlin </strong>o<strong> Maisons du Monde. </strong>La firma catalana opera principalmente en Francia, Italia y España, emplea a 60 personas y facturó 21 millones de euros en 2023. Pese a que la cifra no se ha hecho oficial, Calvet y Prat aseguran que en 2024 los ingresos repuntaron «entre un 5% y un 10%».<br>Recuerda Prat el revés sufrido en 2022, cuando un impago de 1,5 millones les restó liquidez para avanzar al ritmo deseado en la expansión. «Por eso salimos al mercado, para capitalizar la empresa y recuperar esos 14 años acumulados con un crecimiento promedio superior al 40%». El objetivo para este curso es facturar 25 millones y pasar de cubrir durante cinco o seis meses la demanda de los productos estrella a garantizar su disponibilidad a 12 meses. «Una vez resuelto el desafío del stock, entraríamos con fuerza en Alemania, una asignatura pendiente y todo un hito, ya que el tamaño que representa el país a nivel de ventas es 4,5 veces el de España y 2,5 el de Francia».<br>Este mismo curso, Beself Brands se convirtió en la primera empresa española en tokenizar el 100% de su capital social. Todas sus acciones representan en consecuencia participaciones, se gestionan con tecnología blockchain y cuentan con el respaldo de la<strong> CNMV. </strong>En paralelo, Beself Brands despliega una plataforma ad hoc para abrir el melón del capital a trabajadores en plantilla, inversores y ahorradores. Entre los beneficios reservados a quien invierta destacan una garantía de no dilución durante cuatro años, derecho de voto, premio de fidelidad del 10% si los tokens se conservan durante un año y dividendos de hasta el 50% del beneficio anual. El pasado agosto, <strong>Polygon</strong> anunció su entrada en Beself Brands mediante esta fórmula.<br>»Sigo el mundo blockchain desde hace siete años», desvela Prat. «Observé que había muchos proyectos con un buen marketing detrás y capaces de crear una comunidad fuerte, pero casi siempre resultaba que detrás no había nada y esas iniciativas caían en el olvido. Luego pensé: si esta tecnología se aplica a una empresa real, con activos y negocio, le daría fuerza para crecer más rápido. Hemos hecho confluir tres esferas: las de la empresa, las criptomonedas y la web3». Añade Calvet: «Somos una compañía horizontal sin jerarquías marcadas. Democratizando esta propiedad, propiciamos a la vez una comunidad que siente suyo todo esto y da a conocer el proyecto mejor que cualquier campaña».<br>Las acciones pueden comprarse en cuatro tandas a través de BeToken.io. La primera ventana se cierra el próximo martes 16. Beself prepara su debut en el mercado secundario para el primer trimestre de 2026. «No es lo mismo obtener recursos a través de estos pequeños inversores que mediante una gestora de fondos. No decimos no a un fondo, pero sobre todo queremos esa comunidad», insiste Calvet mientras Prat lanza un argumento de venta: «Si una moneda sufre devaluaciones ejercicio tras ejercicio, has de saber que los 10.000 euros que has ahorrado ahora valdrán en un lustro un 30% o 40% menos. Los países están muy endeudados y no paran de imprimir dinero, lo cual devalúa la moneda. Por otra parte, las rentabilidades que ofrecen los bancos no cubren esta devaluación. Necesitas buscar claramente inversiones alternativas».<br>Igual que ocurre con <strong>Apple</strong> y su advertencia (diseñado en California, fabricado en China), los productos de las cinco marcas de Beself Brands se fabrican mayoritariamente en el país asiático. «Necesitamos volumen y por eso tiene sentido China», aclara Calvet. «La mayoría de factorías están muy robotizadas ya y Europa es incapaz de competir contra eso. Hablamos de cantidad, pero también de calidad de producción y de la tranquilidad que inspira saber que, si entramos en Alemania, a estas fábricas no les supone problema alguno incrementar el ritmo».<br>Con unos 200.000 seguidores en redes sociales, los cofundadores consideran que uno de los grandes activos de Beself es la relación calidad-precio, pero también «un acercamiento al consumidor para saber cuánto está dispuesto a pagar. La sensibilidad del comprador es tan alta que un sutil cambio de precio –apenas céntimos de euro– puede determinar que un artículo deje de venderse». Calvet y Prat refuerzan asimismo el mensaje de un servicio posventa robusto. Si Steve Jobs atribuía a Apple el poder de plantear al usuario una necesidad que no sabía que tenía, aquí el calcetín viste el pie a la inversa: «Nos gusta que sea el cliente quien nos diga lo que necesita». </p>
Hay muchas formas de aproximar un negocio a la tecnología. Beself mezcla lo tangible y lo digital para crear una comunidad fiel de inversores y afianzar su crecimiento.
Hay compañías que operan bajo el radar, lejos del mundanal ruido, como si fuesen un ciervo agazapado que de repente queda a la vista sorprendiendo al espectador. Traducida a la dimensión empresarial, esta imagen podría utilizarse para describir a Beself Brands, compañía ubicada en Valls (Tarragona) que cobija desde la matriz a cinco marcas: Fitfiu Fitness (deportes), Greencut (jardinería y bricolaje), Mc Haus (muebles), Beeloom (juguetes de inspiración Montessori) y Playkin (juguetes eléctricos).
De un rápido vistazo queda claro que la estructura liderada por los cofundadores Mireia Calvet (CEO) y Albert Prat gira en torno al hogar. «Comenzamos en 2009, siempre con la visión de vender online», explica Calvet. «Primero fue con Greencut y luego se añadió escalonadamente el material deportivo, la marca de muebles y los juguetes. Todos los productos son de uso doméstico, no profesional, y están acompasados con el ciclo de la vida: alquilas o compras una casa, te haces con una mesa y un sofá, te encargas de cuidar el jardín, te pones en forma y procuras que los niños estén distraídos».
En 2023, el ecommerce Prat Brands se rebautiza como Beself Brands. Aunque existe un canal de venta directo que representa entre el 12% y el 14% de la facturación, el hábitat natural de la empresa son marketplaces como los de Amazon, eBay, Decathlon, Leroy Merlin o Maisons du Monde. La firma catalana opera principalmente en Francia, Italia y España, emplea a 60 personas y facturó 21 millones de euros en 2023. Pese a que la cifra no se ha hecho oficial, Calvet y Prat aseguran que en 2024 los ingresos repuntaron «entre un 5% y un 10%».
Recuerda Prat el revés sufrido en 2022, cuando un impago de 1,5 millones les restó liquidez para avanzar al ritmo deseado en la expansión. «Por eso salimos al mercado, para capitalizar la empresa y recuperar esos 14 años acumulados con un crecimiento promedio superior al 40%». El objetivo para este curso es facturar 25 millones y pasar de cubrir durante cinco o seis meses la demanda de los productos estrella a garantizar su disponibilidad a 12 meses. «Una vez resuelto el desafío del stock, entraríamos con fuerza en Alemania, una asignatura pendiente y todo un hito, ya que el tamaño que representa el país a nivel de ventas es 4,5 veces el de España y 2,5 el de Francia».
Este mismo curso, Beself Brands se convirtió en la primera empresa española en tokenizar el 100% de su capital social. Todas sus acciones representan en consecuencia participaciones, se gestionan con tecnología blockchain y cuentan con el respaldo de la CNMV. En paralelo, Beself Brands despliega una plataforma ad hoc para abrir el melón del capital a trabajadores en plantilla, inversores y ahorradores. Entre los beneficios reservados a quien invierta destacan una garantía de no dilución durante cuatro años, derecho de voto, premio de fidelidad del 10% si los tokens se conservan durante un año y dividendos de hasta el 50% del beneficio anual. El pasado agosto, Polygon anunció su entrada en Beself Brands mediante esta fórmula.
«Sigo el mundo blockchain desde hace siete años», desvela Prat. «Observé que había muchos proyectos con un buen marketing detrás y capaces de crear una comunidad fuerte, pero casi siempre resultaba que detrás no había nada y esas iniciativas caían en el olvido. Luego pensé: si esta tecnología se aplica a una empresa real, con activos y negocio, le daría fuerza para crecer más rápido. Hemos hecho confluir tres esferas: las de la empresa, las criptomonedas y la web3». Añade Calvet: «Somos una compañía horizontal sin jerarquías marcadas. Democratizando esta propiedad, propiciamos a la vez una comunidad que siente suyo todo esto y da a conocer el proyecto mejor que cualquier campaña».
Las acciones pueden comprarse en cuatro tandas a través de BeToken.io. La primera ventana se cierra el próximo martes 16. Beself prepara su debut en el mercado secundario para el primer trimestre de 2026. «No es lo mismo obtener recursos a través de estos pequeños inversores que mediante una gestora de fondos. No decimos no a un fondo, pero sobre todo queremos esa comunidad», insiste Calvet mientras Prat lanza un argumento de venta: «Si una moneda sufre devaluaciones ejercicio tras ejercicio, has de saber que los 10.000 euros que has ahorrado ahora valdrán en un lustro un 30% o 40% menos. Los países están muy endeudados y no paran de imprimir dinero, lo cual devalúa la moneda. Por otra parte, las rentabilidades que ofrecen los bancos no cubren esta devaluación. Necesitas buscar claramente inversiones alternativas».
Igual que ocurre con Apple y su advertencia (diseñado en California, fabricado en China), los productos de las cinco marcas de Beself Brands se fabrican mayoritariamente en el país asiático. «Necesitamos volumen y por eso tiene sentido China», aclara Calvet. «La mayoría de factorías están muy robotizadas ya y Europa es incapaz de competir contra eso. Hablamos de cantidad, pero también de calidad de producción y de la tranquilidad que inspira saber que, si entramos en Alemania, a estas fábricas no les supone problema alguno incrementar el ritmo».
Con unos 200.000 seguidores en redes sociales, los cofundadores consideran que uno de los grandes activos de Beself es la relación calidad-precio, pero también «un acercamiento al consumidor para saber cuánto está dispuesto a pagar. La sensibilidad del comprador es tan alta que un sutil cambio de precio –apenas céntimos de euro– puede determinar que un artículo deje de venderse». Calvet y Prat refuerzan asimismo el mensaje de un servicio posventa robusto. Si Steve Jobs atribuía a Apple el poder de plantear al usuario una necesidad que no sabía que tenía, aquí el calcetín viste el pie a la inversa: «Nos gusta que sea el cliente quien nos diga lo que necesita».
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