<p>Cuando se entra en la fase final de una carrera cualquier esfuerzo importa. Todo se mide, bien para no derrochar fuerzas, bien para meter la carne en el asador si se sabe que la recompensa merece la pena. Se dosifica y aprieta según convenga. Ejemplos de ello tenemos en la política de hoy. El Gobierno sabe que estamos en la segunda etapa de la legislatura y que, de manera inevitable, el síndrome de precampaña se apodera de los partidos. Por eso rentabiliza esfuerzos e, incluso, instaura una nueva máxima: «Hay votaciones que vale la pena perder en el Congreso».</p>
IU plantea que los cinco representantes del partido ‘magenta’ no acudan al próximo Consejo de Ministros si no se aprueba el embargo de armas
Cuando se entra en la fase final de una carrera cualquier esfuerzo importa. Todo se mide, bien para no derrochar fuerzas, bien para meter la carne en el asador si se sabe que la recompensa merece la pena. Se dosifica y aprieta según convenga. Ejemplos de ello tenemos en la política de hoy. El Gobierno sabe que estamos en la segunda etapa de la legislatura y que, de manera inevitable, el síndrome de precampaña se apodera de los partidos. Por eso rentabiliza esfuerzos e, incluso, instaura una nueva máxima: «Hay votaciones que vale la pena perder en el Congreso».
Sumar, en cambio, sabe que necesita de réditos políticos para trasladar a la sociedad que hace política útil y que tiene influencia para sacar adelante medidas. De ahí la pretensión de aprobar medidas en el Congreso.
En ese tira y afloja transita la coalición de Gobierno, inmersa ya de manera consciente en un ambiente de precampaña donde cada uno de los socios trata de acaparar foco e iniciativa. La relación con Israel y el «genocidio» en Gaza es una muesca.
Pedro Sánchez ha buscado tener el liderazgo en la toma de decisiones y el impulso de medidas. Hace una semana protagonizó una comparecencia en La Moncloa para anunciar una serie de medidas, entre ellas un real decreto para consolidar el embargo de armas a Israel. Este fin de semana, en un acto del PSOE, avaló las movilizaciones propalestina en la Vuelta mostrando su «admiración a un pueblo como el español que se moviliza por causas justas como la de Palestina». Y el lunes, en un acto con cargos socialistas pidió la expulsión de Israel de las competiciones internacionales. Foco y presencia constante en este asunto, en el que se siente cómodo.
Pero si el foco apunta a un lado no lo hace al otro. Y, entonces, Sumar, queda en la penumbra. Y trata de girarlo. El retraso en la aprobación del real decreto para el embargo de armas a Israel ha sido un trampolín para marcar distancias y tratar de mostrar perfil propio.
La formación que lidera Yolanda Díaz en el Gobierno está muy molesta por el retraso, llegando a insinuar que todo se debe a reticencias de algunos ministerios -en alusión velada al departamento de Defensa-. Fuentes oficiales de Sumar subrayan que el real decreto ley «debe estar listo cuanto antes e incluirse en el orden del día del próximo Consejo de Ministros sin mayor dilación». De lo contrario, estas fuentes recalcan que el PSOE estaría incumpliendo de manera «flagrante» el acuerdo entre los dos socios.
En La Moncloa justifican el retraso en la «complejidad técnica» de elaborar un texto que no choque con decretos, normas y leyes internacionales en vigor y en el que están implicados varios ministerios. «Hay abogados cambiando hasta verbos. El texto tiene que ser muy pulcro», exponen personas al tanto de la redacción.
«Es una mera cuestión de redacción, no hay fantasmas», dicen fuentes gubernamentales. En La Moncloa inciden que pese a la presión que está haciendo Sumar detrás de esta iniciativa está todo el Gobierno. «No es de una parte, es de todos», exponen, en un intento de hacer ver, como han deslizado sus socios de coalición, que puedan existir ministros socialistas reacios a que esta medida se ponga en marcha. «Sumar sabe de las complicaciones, pero busca tener espacio», señalan fuentes socialistas.
La pretensión es que el texto, que debe aterrizar muchos detalles y cuestiones relativas a contratos, se apruebe la próxima semana, coincidiendo con la Asamblea General de Naciones Unidas. El líder de IU, Antonio Maíllo, ha propuesto que los cinco ministros de Sumar se planten ante el PSOE y no acudan al próximo Consejo de Ministros si no aparece en el orden del día.
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