<p class=»ue-c-article__paragraph»>El <a href=»https://www.elmundo.es/e/pp/pp-partido-popular.html»>PP</a> se revuelve contra la «pinza» que, a su juicio, le están haciendo el Gobierno y <a href=»https://www.elmundo.es/e/vo/vox.html»>Vox</a> en los temas que más «polarizan» a la sociedad. Con la inmigración, primero, y con Gaza, ahora, aseguran las fuentes consultadas por este diario. La dirección nacional del principal partido de la oposición contempla con incomodidad cómo la formación de <strong>Santiago Abascal</strong> sigue subiendo en las encuestas a costa de robarle votos -hasta un millón en un año- y cómo el Gobierno celebra y alimenta ese choque de trenes ideológicos, para reactivar a su electorado frente a la amenaza de que un partido como Vox entre en la gobernabilidad de la nación.</p>
El partido de Feijóo busca cambiar el paso con medidas para confrontar con «los dos extremos»: campo, vivienda, natalidad, migración, empleo juvenil o Ucrania, los grandes ejes
El PP se revuelve contra la «pinza» que, a su juicio, le están haciendo el Gobierno y Vox en los temas que más «polarizan» a la sociedad. Con la inmigración, primero, y con Gaza, ahora, aseguran las fuentes consultadas por este diario. La dirección nacional del principal partido de la oposición contempla con incomodidad cómo la formación de Santiago Abascal sigue subiendo en las encuestas a costa de robarle votos -hasta un millón en un año- y cómo el Gobierno celebra y alimenta ese choque de trenes ideológicos, para reactivar a su electorado frente a la amenaza de que un partido como Vox entre en la gobernabilidad de la nación.
Génova quiere cambiar el paso y competir fundamentalmente con Sánchez, pero marcando también «diferencias» con Vox. A partir de ahora, el PP va a intentar usar la consabida «pinza» a su favor: «Somos lo que está entre el PSOE y Vox. No nos molesta ser lo que está entre el PSOE y Vox. No es una situación que nos incomode. Hay mucha gente del PSOE que no apoya que Sánchez alentase la violencia en la Vuelta y hay mucha gente de Vox que no apoya a Netanyahu». «Queremos ser el punto intermedio entre esos dos extremos», inciden en la dirección del PP.
«El drama para nosotros», relata un barón a este diario, «es que tenemos que hablar todo el rato del genocidio de Gaza y de la respuesta de España, porque en todas las portadas de los medios está este tema». Pero todos los dirigentes populares consultados coinciden en que, en parte, esto ocurre porque el Ejecutivo ha sabido convertirlo en una suerte de tema nacional, con dos bandos perfectamente diferenciados y antagónicos, como en cualquier riña española.
«El que tiene más interés en dividir a los españoles es Sánchez, y quien más se beneficia de eso es Vox. Es lo que buscan en Moncloa. Cuanto más cabreados estén los españoles, mejor para Vox… y Sánchez es un genio cabreando a los españoles», apunta otro presidente autonómico.
En la sala de máquinas de Génova quieren pisar la pelota y parar el partido: «La derecha crece. Eso es lo importante. No vamos a estar en pánico con encuestas que apuntan que si hay elecciones hoy, gobierna Feijóo». ¿Y qué va a hacer el PP para contrarrestar este auge de Vox y el consiguiente efecto rebote de retroalimentación del PSOE?
«La gente dice que votaría ahora a Vox por emocionalidad. Vox es un partido de protesta y el PP es un partido de propuesta. Nosotros vamos a ofrecer una política útil. ¿Quién sabe gestionar mejor el país, Abascal o Feijóo? Vamos a apelar a gestionar la España que viene. Cuando se desinflame este estado de ánimo que induce Sánchez, eso se verá claramente», desarrollan en el PP. «Pero ahora, la respuesta a que lances a la gente con banderas de palestina contra la policía es la emocionalidad», insisten.
Para incidir en la idea de que su partido puede competir a la vez contra Vox y el PSOE, Feijóo se reunirá en Murcia con sus barones a final de mes y consensuará temas con los que confrontar con Sánchez y Abascal. Por ejemplo, la política rural, la inmigración o el posicionamiento internacional. Es algo que le vienen pidiendo algunos dirigentes: «Romper la pinza yendo a temas de opinión pública transversales». Entre ellos, como avanzó este diario, el apoyo a Ucrania, incentivos para el acceso a la vivienda, un reforzamiento de las políticas de seguridad, el endurecimiento del discurso migratorio pero «sin xenofobia» (la de Vox), las ayudas a la conciliación familiar y a la maternidad, el impulso del empleo juvenil… temas, todos ellos, con más de 70% de apoyo entre los españoles, según los datos que maneja el PP. También, ahora, la crítica cerrada contra el genocidio de Netanyahu, pero sin llamarlo expresamente genocidio.
De hecho, los populares no logran salir del bucle discursivo sobre el genocidio, mientras los barones reclaman -en sus conversaciones privadas- que Feijóo vuelva a ser él mismo y deje de «ayusizarse». «Que hable como antes, como siempre, sin impaciencia», apunta una dirigente.
Como botón de muestra, lo ocurrido ayer. El PP aseguró que no cree que la ONU sea quien marque si la matanza de los civiles gazatíes es un genocidio, sino la Corte Penal Internacional, y no entró a poner calificativos. Preguntada por el informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU, que concluye que «se está produciendo un genocidio en Gaza», la portavoz de los populares en el Congreso, Ester Muñoz, aseguró que «no le compete a la ONU, ni me compete a mí, ni le compete al presidente del Gobierno decidir lo que es o no un genocidio».
Lo que defiende el PP es que la calificación de genocidio «es un tipo penal que establece la Corte Penal Internacional». Así lo afirmó Muñoz en una rueda de prensa tras la Junta de Portavoces. «Es curioso», prosiguió, «porque el conflicto en Gaza lleva meses, años, y yo he comparecido ante ustedes muchas veces y sólo ahora me están preguntando por eso». «¿Qué pasa, que hace un mes no había genocidio?». A su juicio, Sánchez está usando «electoralmente el sufrimiento de los gazatíes». «No es un aliado, es un aprovechado. Y si los gazatíes no me creen, que le pregunten a los saharauis», aguijoneó.
La indefinición le pesa al PP. Feijóo es crítico con Netanyahu, pero evita términos contundentes en la crítica. El lunes habló de «pérdidas civiles de personas de origen palestino» para referirse a las decenas de miles de gazatíes asesinados. «Entiendo que el Gobierno de España, para intentar dividir, hace preguntas simples: genocidio sí o no. Entonces, como la Comisión Europea y el Consejo Europeo han dicho que no van a decir [genocidio], ¿son cómplices?», abundó Muñoz. «Es tan simplista y tan de tomar por idiotas a los españoles…», lamentó.
La portavoz del PP se rebela contra las peticiones al partido para que sea más contundente contra los planes de exterminio del primer ministro de Israel: «Se ha llegado a decir que no tenemos alma, que no nos importan los niños asesinados».
España