<p><i>Visca Cataluña, visca Cataluña, visca el catalá</i>. Así ha coreado, con rumberas maneras, el patio del número 44 de la madrileña calle Alcalá al término del acto que <strong>Salvador Illa</strong> ha capitaneado para conmemorar el Día de Cataluña en la capital, con quien persiste coqueteando para que cuaje la «normalización institucional» de la región tras el <i>procès</i>. Flanqueado por la cúpula socialista, el <i>president </i>se ha revuelto contra el último revés de la Justicia catalana a la inmersión y ha reivindicado la lengua regional en mitad de las polémicas suscitadas por los distintos <a href=»https://www.elmundo.es/cataluna/2025/09/16/68c9967de85ece666f8b45d0.html»>pactos </a>que tienen que ver con ella alcanzados por el Gobierno de <strong>Pedro Sánchez</strong>.</p>
El presidente de la Generalitat protagoniza el acto flanqueado por ocho ministros, entre ellos Montero, pese al choque por la financiación singular
Visca Cataluña, visca Cataluña, visca el catalá. Así ha coreado, con rumberas maneras, el patio del número 44 de la madrileña calle Alcalá al término del acto que Salvador Illa ha capitaneado para conmemorar el Día de Cataluña en la capital, con quien persiste coqueteando para que cuaje la «normalización institucional» de la región tras el procès. Flanqueado por la cúpula socialista, el president se ha revuelto contra el último revés de la Justicia catalana a la inmersión y ha reivindicado la lengua regional en mitad de las polémicas suscitadas por los distintos pactos que tienen que ver con ella alcanzados por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Así, Illa ha reivindicado el modelo lingüístico catalán en su intervención en conmemoración de la Diada, ensalzando el «poder» del mismo pocos días después de que el TSJC tumbara los artículos clave del decreto de la Generalitat que marginaba el español en las escuelas regionales. Con su discurso, pronunciado en gran medida en catalán, ha sostenido que dicha lengua «suma y nos une a todos» y que entronca con su visión de convivencia, que según ha asegurado «significa hablar y escribir en la propia lengua».
Más de un centenar de personas se han congregado para arropar al president en esta celebración. «Cuando hablo en catalán es una invitación a convivir, porque conversar en cualquier de las lenguas de España es un privilegio», ha proclamado ante ellos. En esta línea, ha hecho de su defensa una extensiva al vasco y al gallego, que según ha expresado «no son lenguas provinciales como dicen algunos, sino idiomas para compartir, para expresarse y para vivir en plenitud».
Además, ha insistido en que el catalán, como lengua «inclusiva y transversal», ha construido a lo largo de las últimas décadas la convivencia, y que por eso eso no pueden permitir «su politización por parte de nadie», en referencia a las distintas polémicas que se han abierto con respecto al catalán, como el revés de la Justicia regional, o las polémicas suscitadas por el último pacto del Gobierno con Junts -para que las grandes empresas atiendan en catalán a sus clientes en la región- o el Pacto Nacional Per la Llengua impulsado por el propio Govern al que se ha adherido el alcalde popular de Badalona.
Tras el pleno, los ministros han desembarcado en la Delegación del Govern en Madrid para poner de manifiesto un apoyo total al líder regional. Así, han aplaudido sus palabras la ministra de Defensa, Margarita Robles; el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu; el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas; el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López; el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños; el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente; y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Los tres últimos han llegado tarde tras una prolongada sesión en el Congreso, y especialmente llamativa ha sido la entrada de la también vicepresidenta primera del Gobierno, cuya presencia en el acto no estaba prevista. Montero ha acudido, un año más, a respaldar la hoja de ruta que Salvador Illa planea para Cataluña, a pesar del choque entre ambos a cuenta de la financiación singular, dado que Cataluña reclamó adicionalmente a Hacienda que le permita recaudar el 100% del IRPF generado en la autonomía. La ministra y candidata a la Junta de Andalucía consideró «inasumible» la petición.
En este sentido, el dirigente socialista ha apelado a la «solidaridad», asegurando que ese es uno de los pilares desde los que «actúa» Cataluña para dirigirse hacia el modelo de convivencia y normalización que defiente. A renglón seguido, Illa ha recordado sus encuentros en Canarias, Navarra, Galicia, Aragón o Valencia, y el que tendrá este viernes en Euskadi con sus respectivos presidentes autonómicos, con quienes ha afirmado compartir -así como con «la inmensa mayoría de catalanes y españoles»- la «misma voluntad de convivir».
Así, ha remachado su intervención retomando su voluntad de volver a fomentar los lazos entre Cataluña y el Gobierno central refiriéndose a los catalanes que viven en la capital: «Son la prueba de que los catalanes y los madrileños son mucho más diversos y compartimos mucho más que los tópicos que, a menudo, vienen a simplificarnos. Cataluña y España somos en este momento un ejemplo de esta esperanza, de esta convivencia que el mundo observa con grandes expectativas».
Los aplausos al son de la rumba catalana de todos los asistentes -entre los cuales también se encontraban la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol; el exjefe de la diplomacia europea Josep Borrell, la socialista Reyes Maroto, y algunos senadores de Junts y ERC– han abrazado a Illa en la última Diada que se celebra en los Jardines de Blanquerna, pues la sede catalana en Madrid mudará su domicilio al barrio de Tetuán.
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