<p>Cordialidad y risas en mitad de la frialdad y del choque por las discrepancias sobre el incremento del gasto en defensa. <strong>Pedro Sánchez</strong> y <strong>Donald Trump</strong> han estrechado sus manos y han compartido broma durante el saludo que han protagonizado con motivo de la ceremonia de la firma del plan de paz para Gaza.</p>
Los presidentes de EEUU y España han estrechado sus manos y han compartido broma al encontrarse con motivo de la ceremonia de la firma del plan de paz para Gaza
Cordialidad y risas en mitad de la frialdad y del choque por las discrepancias sobre el incremento del gasto en defensa. Pedro Sánchez y Donald Trump han estrechado sus manos y han compartido broma durante el saludo que han protagonizado con motivo de la ceremonia de la firma del plan de paz para Gaza.
Posteriormente, durante su intervención en el propio acto, el presidente de EEUU le ha requerido públicamente: «¿Dónde está España? ¿Estáis intentando convencerlo [a Sánchez] de lo del PIB? Nos acercaremos, nos acercaremos. Estáis haciendo un fantástico trabajo»
Antes de enviar este recado, Trump ha esperado encima de la tarima roja a todos los líderes, que entraban por su lado izquierdo. Sánchez se acerca, estrechan sus manos. Cierta distancia entre ellos. Comentan. El mandatario norteamericano tira del brazo del español y ambos ríen. Una tónica que Trump ha repetido con otros líderes, pero con Sánchez mantiene un choque por la negativa de España ha invertir el 5% del PIB en Defensa.
Un desencuentro que ha llevado al dirigente estadounidense incluso a plantear la posibilidad de que España abandone la OTAN si no cumple como el resto de socios en la inversión en defensa.
«Para que nuestra asociación perdure y haga frente a los retos del futuro, España, como todos los Aliados de la OTAN, debe cumplir nuestro compromiso de gasto colectivo en defensa del cinco por ciento del PIB», rezaba el comunicado emitido por el Departamento de Estado de EEUU por el día de la Fiesta Nacional en España, en el que expresaba además «su felicitación al pueblo español por esta importante celebración nacional».
El pasado jueves, Trump sugirió la posibilidad de que se estudiase la expulsión de España de la OTAN por su negativa a acelerar e incrementar la inversión en Defensa. Un choque y en enfado en la Casa Blanca que se remontan a meses atrás y a la última cumbre de la Alianza Atlántica, cuando Sánchez logró una carta del secretario general, Mark Rutte, para no comprometerse a llegar al umbra del 5% como estaba presionando EEUU. Ya en verano, Trump amenazó con hacer descarrilar la economía española. Allí, en La Haya, ni siquiera hubo saludos entre ambos.
En Sharm el-Sheikh, ciudad que alberga la firma del plan de paz para Gaza, sí, porque los 35 líderes que acuden fueron saludando de uno en uno a Trump, que llegó tres horas tarde a la cita, tras pasar previamente por Israel. El presidente de EEUU recibió la aproximación de Sánchez con una sonrisa y ambos mantuvieron un breve intercambio de palabras. Los dos sonrientes.
Mientras con otros líderes sí hubo pulgar hacia arriba, con el jefe del Ejecutivo español no. Sí un apretón de manos empujando a Sánchez hacia él, en lo que se interpretó como una broma. Para despedirse, se golpearon las manos.
Había expectación por las palabras de Trump pidiendo expulsar a España y porque en La Moncloa creen que les benefica el papel de líder antagónico de EEUU que han forjado. Aunque de manera pública la orden y la estrategia sea «no entrar al trapo» y no confrontar con la Administración Trump, la incomodidad y el choque con estadounidense son notorios.
«Nosotros tomamos una decisión política. No toleramos que se nos diga desde fuera que tenemos que gastar una cantidad determinada. Estamos de acuerdo en lo importante: aumentar las capacidades de la OTAN. Lo del 5% no tiene un informe detrás que justifique la cantidad. Por qué no un 7%, un 9%», señalan miembros del Gobierno.
Fuentes del Gobierno explican que «no hemos visto repercusión» alguna tras los órdagos de Trump. «No ha habido impacto». Y añaden que detectan interés por invertir en España, también de empresas y fondos estadounidenses. Sánchez, a finales de septiembre se reunió en Nueva York con firmas financieras estadounidenses con intereses y presencia relevante en España. Entre ellos, Goldman Sachs, Invesco, Brookfield, CITI o Soros Fund Management.
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