<p>Hace ya unos años, se puso de moda un concepto diferente de aprendizaje. A caballo entre la cultura garajera y las ventajas digitales, surgieron varias propuestas -en España y lejos de España- cuyo valor radicaba en la flexibilidad concedida al alumno para adaptar el ritmo de estudios a sus obligaciones laborales, familiares o estudiantiles. Quien frecuente<strong> YouTube</strong> sabrá que el paisaje ha crecido sensiblemente desde 2022, una abundancia que hace difícil la separación del trigo y la paja.</p>
CenteIA no llega al año de existencia pero ya muestra números de edtech con galones. Su programa de seis meses forma a cualquier profesional en los secretos de una herramienta que está llamada a cambiarlo todo.
Hace ya unos años, se puso de moda un concepto diferente de aprendizaje. A caballo entre la cultura garajera y las ventajas digitales, surgieron varias propuestas -en España y lejos de España- cuyo valor radicaba en la flexibilidad concedida al alumno para adaptar el ritmo de estudios a sus obligaciones laborales, familiares o estudiantiles. Quien frecuente YouTube sabrá que el paisaje ha crecido sensiblemente desde 2022, una abundancia que hace difícil la separación del trigo y la paja.
En noviembre de 2024, con el sostén de unos ahorrillos y sin recurrir desde entonces a una ronda de inversión, los catalanes Jordi Segura (25 años) y Armand Pujadó (23) fundaron el Centro de Excelencia en Nuevas Tecnologías e Inteligencia Artificial (CenteIA). Ellos mismos explican que su juventud juega a favor, pues ambos pertenecen a una generación forjada en lo digital. Cuesta imaginar a un señor de bigote, corbata y gafas opacas, de los que dibujaba Forges, describiendo cómo funciona un algoritmo.
CenteIA ha formado en estos meses a más de 3.000 alumnos de 32 países en formato online con un programa que dura seis meses, cuesta algo menos de 2.000 euros si se paga de una vez y suma entre su personal docente a Óscar Corominas, learning facilitator del MIT, Lula Ballarino, ex CDO de Telefónica, y Francisco de Brito, service partnership manager en Make, una plataforma de integración y automatización de aplicaciones. Segura cursó también un posgrado en IA en el MIT y es responsable de tan pujante división en MasterChef World. Pujadó es ingeniero en Robótica y responsable de inteligencia artificial de Caamaño Asia.
Cinco días después de su lanzamiento, ChatGPT, el producto estrella de OpenAI, alcanzó el millón de usuarios. Entre los early adopters estuvieron los cofundadores de CenteIA, que aprovechan ese espíritu pionero para ensayar un lema: «Somos consultores de IA desde hace tres años. Hacemos lo que enseñamos y enseñamos lo que hacemos». Esos conocimientos se plasman en un programa que consta de nueve módulos. Pocas cuestiones quedan aquí sin aherrojar: se habla de prompt designing, IA audiovisual, herramientas enfocadas a la productividad, IA para gente sin conocimientos de programación, automatizaciones, creación de negocio, agentes autónomos e incluso ética de la IA. En conjunto se trata de unas 70 horas pregrabadas que van desbloqueándose cada sábado, más tres sesiones en directo para formular preguntas y respuestas y un espacio de tutoría. Esta misma semana se estrenó una nueva formación en criptoIA y a finales de octubre o comienzos de noviembre el programa de seis meses en castellano se replicará en inglés para abrir mercados.
Común caballo de batalla en estos neocentros educativos es la certificación. CenteIA sortea el obstáculo de dos maneras. Por una parte, ofrece uno de los sellos oficiales de calidad de Microsoft (Microsoft Azure AI Fundamentals -AI-900-). Por otro, gracias a convenios como el firmado con la Universidad Europea de Andorra, completar el medio año y todos sus hitos propicia hasta 36 créditos ECTS.
La ética, módulo octavo de un itinerario que incluye en su tramo final la presentación de un proyecto o la superación de un examen, preocupa y mucho a ciertos pensadores de caché mundial, incluido Simon Johnson, premio Nobel de Ciencias Económicas en 2024. Desvelaba Johnson días atrás una conversación mantenida con Sam Altman (CEO de OpenAI) donde le expresaba su preocupación por la devastación laboral que supondrá un mal uso -o uno indiscriminado- de la IA. Altman contestó algo así: «No te preocupes, Simon. Nosotros seremos dioses». Pujadó y Segura reivindican, claro, el lado bueno de la revolución, aun sin blanquear los riesgos. «Hablamos mucho de la responsabilidad necesaria en el desarrollo de la IA, de su impacto económico y social, de la renta básica universal, de la privacidad. Estamos ante la revolución de lo humano en la era de la IA, no al revés. Es una herramienta que debe complementar a las personas sin reemplazarlas».
Sostiene el tándem emprendedor que al curso se apuntan a partes iguales hombres y mujeres y que en perfil mayoritario no proviene de los números y las fórmulas matemáticas sino de la docencia, del marketing, de profesiones liberales como la abogacía, de médicos y equipos de ventas. Es probable que esta masa heterogénea intuya ya la profundidad del cambio que llega y quiera guardarse una bala para cuando el mercado laboral se reconfigure. «La humanidad siempre halla la manera de reinventarse; hace 20 años no existía la figura del programador de algoritmos para redes sociales ni tampoco la del influencer», argumenta Segura. «Estamos ante un círculo virtuoso donde la IA provoca cambios, los fondos invierten en IA y los cambios se aceleran todavía más. Esta es la evolución natural. Lo relevante es educarnos, saber distinguir lo que es veraz de lo que es falso, nutrir el pensamiento crítico. En sí misma, la IA es neutra», opina Pujadó.
En apenas diez meses de vida, CenteIA ha superado los seis millones de facturación. El año cerrará rondando los ocho millones. El esquema que apela directamente al individuo (B2C) se complementa ahora con un B2B dirigido a compañías deseosas de formar a sus plantillas. Aportan asimismo ingresos CenteIA consulting (cuya misión es implementar la IA en empresas) y un SaaS lanzado hace dos semanas para crear chatbots sin código (Nubion). Para captar a esa audiencia que termina engrosando el listado de estudiantes certificados, la edtech catalana maneja muy bien, a través de Zoom y YouTube, los webinars y eventos gratuitos. 450.000 personas han asistido virtualmente a ellos; habrá otro el próximo 27 de octubre. «Antes necesitabas una semana para crear el boceto de un coche; ahora puedes preparar cinco prototipos en una hora. La IA es una varita mágica, pero hay que saber qué pedirle y cómo dirigirse a ella». CenteIA se ocupa de eso.
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