<p class=»ue-c-article__paragraph»><a href=»https://www.elmundo.es/e/ju/junts-per-catalunya.html»>Junts</a> tiene prácticamente decidida su ruptura con <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> y ahora barrunta la mejor fórmula para ejecutarla. Según fuentes de la formación neoconvergente, <a href=»https://www.elmundo.es/e/ca/carles-puigdemont.html»>Carles Puigdemont</a> prioriza «abandonar en vía muerta» al presidente del Gobierno. Esto es, escenificar el fin del acuerdo de investidura que suscribió con el <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> hace casi dos años en Bruselas y oponerse a la inmensa mayoría de las iniciativas que el Gobierno traslade al Congreso para dejar de ser considerado su socio. El fugado someterá después a consulta de la militancia la decisión definitiva, de modo que tenga la última palabra sobre la legislatura de Sánchez, que parece abocada al colapso.</p>
Los mediadores de las reuniones en Suiza entre Junts y el PSOE consideran que las conversaciones ya no sirven y ni siquiera va a realizarse un último encuentro previsto
Junts tiene prácticamente decidida su ruptura con Pedro Sánchez y ahora barrunta la mejor fórmula para ejecutarla. Según fuentes de la formación neoconvergente, Carles Puigdemont prioriza «abandonar en vía muerta» al presidente del Gobierno. Esto es, escenificar el fin del acuerdo de investidura que suscribió con el PSOE hace casi dos años en Bruselas y oponerse a la inmensa mayoría de las iniciativas que el Gobierno traslade al Congreso para dejar de ser considerado su socio. El fugado someterá después a consulta de la militancia la decisión definitiva, de modo que tenga la última palabra sobre la legislatura de Sánchez, que parece abocada al colapso.
Tal y como reveló EL MUNDO el pasado lunes las relaciones entre ambas formaciones se encuentran totalmente rotas desde la última reunión mantenida en Suiza y sólo que el Tribunal Constitucional amparase a Puigdemont para permitirle regresar a España en contra del criterio del Supremo podría variar la situación.
Desde Junts se recrimina al PSOE no haber cumplido con los acuerdos de Bruselas y los propios mediadores de las reuniones en Suiza consideran que las conversaciones ya no sirven para nada. Estaba previsto un último encuentro que ni siquiera va a producirse.
Respecto a la posibilidad de apoyar una moción de censura «instrumental» para echar al socialista de La Moncloa, las mismas fuentes la consideran «poco probable, hoy por hoy», pero evitan descartarla. «No somos socios ni del PP ni del PSOE. Sólo buscamos lo mejor para Cataluña», sostienen.
La opción de orquestar una moción de censura con PP y Vox fue contemplada públicamente por primera vez la semana pasada por uno de los vicepresidentes de Junts. Toni Castellà abonó ese escenario e impuso como condición innegociable que Alberto Núñez Feijóo no fuera el candidato alternativo a Sánchez, sino que se escogiera una figura ajena a los populares que, una vez elegida como relevo del socialista, convocase automáticamente elecciones generales.
«En la teoría es posible escoger a cualquier persona del Estado español que no aspire a ser presidente de nada, que se ofreciese como si fuera un tecnócrata, en un proceso de este tipo para convocar elecciones», manifestó Castellà, para precisar, después, que Junts no «está aquí» en estos momentos, y que sólo planteaba esta posibilidad como «escenario teórico».
Ayer, la también vicepresidenta del partido independentista, Míriam Nogueras, evitó desechar la eventual moción de censura y manifestó que «lo que va a hacer Junts no lo va a decidir nadie por Junts». Nogueras subrayó que «el PP fue quien aplicó el 155 y el que envió a la Policía a meter palos el 1-O» para enfriar la entente con los populares y Vox, pero no fue taxativa para negar la alianza, como sí lo había sido el secretario general de su partido, Jordi Turull, meses atrás, cuando hablaba de «fantasía» cada vez que era preguntado por la moción.
Junts valorará si ha llegado el momento de romper ya con el PSOE en una reunión de su Ejecutiva que se celebrará el próximo lunes en la localidad francesa de Perpiñán y que estará liderada por el propio Puigdemont. El cónclave fue anunciado ayer, un día después de que Nogueras sugiriera a Sánchez en el Congreso que quizás era el momento de «empezar a hablar de la hora del cambio», disparando las elucubraciones sobre el divorcio con el PSOE. «El momento de los ultimátums ha terminado», añadió ayer la también portavoz de Junts en las Cortes Generales.
El encuentro tendrá lugar en el simbólico aniversario de la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre, que Puigdemont impulsó en el Parlament hace ocho años, y llegará después nuevas evidencias que alejan la materialización de acuerdos pendientes de cumplimiento.
Esta semana, el Ejecutivo ha aplazado sine die uno de los principales pactos con Junts, al anunciar que no volverá a forzar una votación sobre la oficialidad del catalán en Europa hasta que exista unanimidad en los estados miembros para sacarla adelante y tras haber cosechado ya dos derrotas. Tampoco la delegación de las competencias de inmigración a Cataluña está avanzando tras ser tumbada su tramitación en septiembre por la negativa de Podemos a respaldarla.
Y, mientras tanto, la huida masiva de votantes independentistas a Aliança Catalana se dispara, situando ya algunos sondeos a la formación de Sílvia Orriols a sólo dos diputados de Junts en el Parlament.
En este contexto, varios alcaldes de la formación neoconvergente se reunieron el lunes en Bruselas con Puigdemont y Turull para exigir un cambio de orientación política que ponga todavía más el acento en las cuestiones migratorias, las ocupaciones o la reincidencia delictiva, ante el temor de que las elecciones municipales de 2027 multipliquen los concejales de Aliança Catalana y mermen ostensiblemente la representación de Junts en los ayuntamientos catalanes.
Aliança está castigando a Junts al señalar que está incurriendo en el mismo error que cometió ERC al convertirse en el socio prioritario de Sánchez en la pasada legislatura. Lo que derivó en la debacle de los republicanos, que perdieron 13 diputados en las últimas elecciones autonómicas catalanas.
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