<p>De la misma manera que con la reconstrucción judicial y periodística de la actuación de <strong>Carlos Mazón</strong> el día de la DANA basta para comprender que actuó de manera negligente y frívola, los informes de la UCO, junto a otros elementos dados a conocer por la instrucción del juez, nos permiten sacar algunas conclusiones sobre la trama socialista que operó impunemente en el PSOE y el Gobierno de <strong>Pedro Sánchez</strong>. Veamos.</p>
Los informes de la UCO y otros elementos de la investigación judicial ofrecen el retrato de un sistema corrupto
De la misma manera que con la reconstrucción judicial y periodística de la actuación de Carlos Mazón el día de la DANA basta para comprender que actuó de manera negligente y frívola, los informes de la UCO, junto a otros elementos dados a conocer por la instrucción del juez, nos permiten sacar algunas conclusiones sobre la trama socialista que operó impunemente en el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez. Veamos.
1) La destrucción de las elites en España (en algunos casos, autodestrucción) se debe a una mezcla de factores propios de un país con una democracia inmadura, como son el prestigio del igualitarismo posmoderno -el dogma de que no hay un canon, una opinión, una persona, que esté por encima de otra…-, así como la debilidad de la clase dirigente que procedía de la Transición. Esto facilitó el acceso al poder de todo tipo de ganapanes y lumpen-arribistas. La ordinariez del lenguaje y la sintaxis (por llamarla de alguna manera) que utilizaban en sus comunicaciones los José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García -«si lo consigues me dejo violar por ti» y otros-, su total desprecio por la institucionalidad inherente a los cargos que ocupaban, reflejan un fallo del sistema que permite que personas de escasa preparación y de dudosa moral estén dirigiendo España.
2) Tras numerosos escándalos de corrupción política y de la mayoría de partidos en las últimas décadas, la ausencia de mecanismos de control en las contrataciones públicas sigue siendo absoluta. Inexplicable para un país que se pretende puntero de la Unión Europea. Las conversaciones de Koldo y Ángel Víctor Torres, cuando este era presidente de Canarias, para cerrar la compra -y presunta comisión- de mascarillas de la trama exhiben la impunidad, propia de un bazar clandestino, con la que se gastaron millones de euros públicos, aprovechando el inconstitucional encierro de la población durante la pandemia y cuando un teórico «comité de expertos» asesoraba la toma de decisiones del Gobierno. Es el mismo interesado descontrol -una manera de tapar en la melé las chorizadas- que había en el PSOE de Sánchez respecto a los pagos de dinero en efectivo, la ausencia de facturas y justificaciones, y llamativos movimientos contables, como la retirada de un millón en ‘cash’ de la cuenta del partido, especialmente en años electorales. El retrato en crudo de un burdel de Estado.
3) La estrategia socialista de presentar a Koldo como a un idiota -más aun que Ábalos- que pasaba por ahí, sin apenas poder e influencia, resulta insostenible tras conocerse sus mensajes con Torres. Muestran como este miembro del Clan del Peugeot despachaba y presionaba a presidentes autonómicos, cargos del PSOE, empresas públicas como Adif, Puertos, o ministerios como el de Defensa y Sanidad, con una frecuencia y autoridad que no corresponde a la de un simple «fontanero» de Obras Públicas. Koldo incluso manejaba información confidencial de Sánchez y daba a entender que él era la llave que abría la puerta presidencial a quien se portara bien.
4)El informe de la UCO no recoge algunas de las acusaciones que Víctor de Aldama -otro pájaro- había vertido sobre Torres, como su supuesto alterne con mujeres que fuman -que diría Pla-, pero contradice su comparecencia en el Senado y su intento de desvincularse de Koldo, cuya relación aseguró que fue solo anecdótica. Entre sus maniobras y negociaciones con la trama corrupta, Torres conspiró con Koldo para acelerar medidas vinculadas al covid para Canarias y contratos sanitarios que frenaba Salvador Illa.
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