<p>Hay enclaves que, desde sus orígenes, parecen predestinados a que sus huéspedes encuentren en ellos la paz, la tranquilidad, el silencio y el bienestar. A V<strong>illa San Michele, A Belmond Hotel, </strong>peregrinan aristócratas internacionales y artistas, así como los amantes del slow travel, aquellos viajeros que huyen de las prisas para alojarse en un monasterio medieval con las comodidades del siglo XXI. El lujoso establecimiento que se emplaza sobre una colina ha anunciado que comienza un nuevo capítulo con la reapertura de sus puertas el 28 de abril de 2026 tras una gran renovación de 18 meses.</p>
El Villa San Michele, A Belmond Hotel, anuncia su regreso con nuevas suites y un spa junto a Guerlain.
Hay enclaves que, desde sus orígenes, parecen predestinados a que sus huéspedes encuentren en ellos la paz, la tranquilidad, el silencio y el bienestar. A Villa San Michele, A Belmond Hotel, peregrinan aristócratas internacionales y artistas, así como los amantes del slow travel, aquellos viajeros que huyen de las prisas para alojarse en un monasterio medieval con las comodidades del siglo XXI. El lujoso establecimiento que se emplaza sobre una colina ha anunciado que comienza un nuevo capítulo con la reapertura de sus puertas el 28 de abril de 2026 tras una gran renovación de 18 meses.
Originalmente un monasterio franciscano de 600 años de antigüedad y una encarnación del Renacimiento italiano, tras la reforma mantendrá su icónica fachada inspirada en Miguel Ángel, su terraza abovedada con vistas a la ciudad y su capilla original, así como los frescos, las logias, el claustro y los jardines en terrazas. Como novedad, ha remodelado los 9.700 metros cuadrados de jardines e inaugura 39 estancias rediseñadas bajo la dirección del estudio Luigi Fragola Architects. «Materiales auténticos, como textiles toscanos, cerámica artesanal, mármol, terracota y madera, se convierten en el vocabulario de un lenguaje contemporáneo que reimagina los ideales renacentistas de belleza, renacimiento y descubrimiento», cuenta el arquitecto.
El alojamiento sorprenderá con tres nuevas suites exclusivas. Limonaia, ubicada en el antiguo invernadero, tiene jardín privado y piscina climatizada, así como biblioteca y una ecléctica colección de arte. Por su parte, El Grand Tour, la que fuera residencia privada de Napoleón Bonaparte, ocupa toda la primera planta de la Villa. El mármol toscano, los tapices neoclásicos y las antigüedades le confieren un aire residencial, que se combinan con una paleta de colores suaves y calcáreos y una distribución diáfana. En tercer lugar, Botánica ofrece un diseño lúdico que explora la relación entre el arte y la naturaleza, como se aprecia en acabados artesanales como la boiserie con frescos y las mesas scagliola hechas a mano por maestros florentinos.
En su nueva etapa, el hotel también inaugurará su primer spa en colaboración con Guerlain, como apuesta para la conexión con el bienestar espiritual y en la búsqueda de ser un destino para la vida consciente.
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