<p class=»ue-c-article__paragraph»>La cuestión del agua siempre ha tenido mucha raigambre en España, muy especialmente en el Levante. Valencia tiene un Tribunal de las Aguas desde épocas remotas, con antecedentes que se remontan hasta la época romana, pero existente con seguridad desde la Edad Media. El general <strong>Cabrera</strong>, el Tigre del Maestrazgo, lo dejó claro al señalar a sus tropas carlistas el objetivo que constituían sus adversarios: «A por ellos, que son de regadío». El agua ha sido asunto capital entre las últimas catástrofes sufridas, vale decir las inundaciones de Valencia, en las que brilló con luz propia la inutilidad de <strong>Mazón </strong>y la negligencia criminal de <strong>Pedro Sánchez</strong>. No han comprendido aún los socialistas su responsabilidad en la tragedia por negarse a limpiar los cauces y lo que es más: <strong>Ximo Puig</strong> quiso deshacer lo bueno que <strong>Franco </strong>hizo en Valencia al desviar el cauce del Turia tras las inundaciones de 1957, obra que salvó las vidas de muchos valencianos en la dana de 2024. Bueno, pues Puig y los socialistas valencianos querían recuperar el viejo cauce, el del 57.</p>
«No han comprendido aún los socialistas su responsabilidad en la tragedia de la dana por negarse a limpiar los cauces»
La cuestión del agua siempre ha tenido mucha raigambre en España, muy especialmente en el Levante. Valencia tiene un Tribunal de las Aguas desde épocas remotas, con antecedentes que se remontan hasta la época romana, pero existente con seguridad desde la Edad Media. El general Cabrera, el Tigre del Maestrazgo, lo dejó claro al señalar a sus tropas carlistas el objetivo que constituían sus adversarios: «A por ellos, que son de regadío». El agua ha sido asunto capital entre las últimas catástrofes sufridas, vale decir las inundaciones de Valencia, en las que brilló con luz propia la inutilidad de Mazón y la negligencia criminal de Pedro Sánchez. No han comprendido aún los socialistas su responsabilidad en la tragedia por negarse a limpiar los cauces y lo que es más: Ximo Puig quiso deshacer lo bueno que Franco hizo en Valencia al desviar el cauce del Turia tras las inundaciones de 1957, obra que salvó las vidas de muchos valencianos en la dana de 2024. Bueno, pues Puig y los socialistas valencianos querían recuperar el viejo cauce, el del 57.
Pedro Sánchez está alcanzando una perfección improbable. En los últimos años ha dejado la marca de su incuria en la gestión de la pandemia, en la que ya definió su estilo: anteponer sus prejuicios ideológicos (la mani del 8-M), a cualquier otra consideración (el riesgo de contagio): 130.000 muertos. Después han venido la desatención a los damnificados del volcán de la Palma, la dana ya citada y en los últimos días ha rizado el rizo y salimos a catástrofe diaria. Un apagón nunca conocido en la historia de España y de Europa. No solo de la democracia, aunque computemos el franquismo y ante él ha respondido en su mejor estilo, que es no responder y agarrándose a sus prejuicios, no en vano es el único gobernante europeo radicalmente enemigo de la energía nuclear. Apenas recuperados del apagón, las averías de los trenes mantuvieron encerrados durante horas a más de diez mil viajeros. A las 24 horas Sánchez anunció en Barcelona su intención de someter a consulta popular la OPA del Banco Bilbao-Vizcaya al Sabadell, en apoyo de las posiciones que sobre el tema mantiene el prófugo malversador, anuncio que ha hecho cumbre en su lucha contra la libertad y la propiedad. Y para rematar el conjunto, la guerra del agua que mantiene enfrentadas a Murcia, Alicante y Almería contra Castilla-La Mancha a propósito del trasvase Tajo-Segura y del recorte de casi la mitad que había prometido Teresa Ribera. Es su versión del pato patagónico: cada pisada, una cagada, solo para tapar la cagada del día anterior.
A Felipe le preguntaron en el 82 por el eslogan del PSOE, Por el cambio y respondió: «El cambio es que España funcione». Algo tendría que decir sobre sus epígonos que han conseguido que no funcione nada en ninguna parte.
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