<p>La actriz <strong>Aitana Sánchez-Gijón</strong> ha sido reconocida con el <strong>Goya de Honor</strong> del año 2025 que recogerá en la gala que se celebrará el próximo 8 de febrero en Granada. La artista, de 55 años, debutó en televisión con 16 años junto a <strong>Pedro Masó</strong>, compartiendo elenco con <strong>Javier Bardem</strong>, <strong>Maribel Verdú</strong> o <strong>Cayetana Guillén Cuervo</strong>, en la serie <i>Segunda enseñanza </i>y ha trabajado con algunas de las principales figuras nacionales como <strong>Fernando Fernán-Gómez</strong>, <strong>Pedro Almodóvar</strong>, <strong>Bigas Lunas</strong> o <strong>Vicente Aranda</strong> y directores internacionales como <strong>Brad Anderson</strong>, <strong>Juan José Campanella</strong> o <strong>Adolfo Aristarain</strong>.</p>
La actriz comenzó su carrera con 16 años en la televisión y ha trabajado con Fernando Fernán-Gómez, Pedro Almodóvar o Juan José Campanella
La actriz Aitana Sánchez-Gijón ha sido reconocida con el Goya de Honor del año 2025 que recogerá en la gala que se celebrará el próximo 8 de febrero en Granada. La artista, de 55 años, debutó en televisión con 16 años junto a Pedro Masó, compartiendo elenco con Javier Bardem, Maribel Verdú o Cayetana Guillén Cuervo, en la serie Segunda enseñanza y ha trabajado con algunas de las principales figuras nacionales como Fernando Fernán-Gómez, Pedro Almodóvar, Bigas Lunas o Vicente Aranda y directores internacionales como Brad Anderson, Juan José Campanella o Adolfo Aristarain.
El presidente de la Academia del Cine, Fernando Méndez-Leite, ha destacado que Aitana Sánchez-Gijón es «una gran compañera que cumple 38 años de profesión cinematográfica» y «una actriz completa, seria, responsable y competente» que además fue la primera mujer presidenta de la institución. De este modo, la actriz es la novena mujer -por 30 hombres- que consigue el Goya de Honor, la quinta en los últimos diez años. Además se da la circunstancia de que la de Honor es su única estatuilla tras haber sido nominada una sola vez para los premios en 2021 por Madres paralelas.
«Nunca he tenido una gran ambición, me parece fantástico tenerla porque te hace perseguir tus objetivos, pero a mí las cosas me han pasado de casualidad o por la insistencia de otras personas», ha asegurado la actriz durante la rueda de prensa posterior al anuncio, donde ha apuntado que ella participó en Un paseo por las nubes, donde compartió protagonismo como Keanu Reeves, por «la insistencia» de su representante. «Me dijo que tenía que hacer la prueba porque estaban buscando a mujeres latinas y yo pensé que con la cantidad de actrices mexicanas estupendas que hay en Hollywood no me iban a elegir a mí «, ha ahondado.
La artista ha remarcado que ahora se encuentra «en plenitud de facultades» con «mas derecho a jugar» por la trayectoria cosechada en las casi cuatro décadas de trayectoria en la pantalla y en las tablas. Porque Aitana Sánchez-Gijón siempre ha compaginado sus trabajos en televisión, teatro y cine, donde su primer proyecto fue en 1986 con Romanza final (Gayarre), de José María Forqué. Dos años después le llegó Remando al viento, de Gonzalo Suárez, y El Mar y el tiempo, de Fernando Fernán-Gomez, en 1989. Ya en la década de los 90 le llegaron papeles en películas de Pilar Miró (El pájaro de la felicidad), Bigas Lunas (La camarera del Titanic) y Vicente Aranda (Celos).
«De joven no me imaginaba nada de esto, solo deseaba ser actriz y tuve la suerte de que me salió bien«, ha apuntado Sánchez-Gijón, que ha señalado que este Goya de Honor es «un estímulo más» para su carrera. «Si la conversación con Fernando [Méndez-Leite] duró 10 minutos, cinco fueron de bronca porque no entendía que siendo todavía relativamente joven me lo dieran. Siempre he entendido que este premio era para gente con una trayectoria más larga y para una vida posterior», ha afirmado la actriz, sorprendida por haber sido premiada en este punto de su trayectoria, siendo la más joven junto a Antonio Banderas en obtener el Goya de Honor.
Aitana Sánchez-Gijón también ha desgranado su etapa en Estados Unidos, donde rodó la citada Un paseo por las nubes con Alfonso Aráu y Y llegó el amor con Juan José Campanella. «En Hollywood me llevaban a conocer todos los estudios, me sacaban 15 guiones y me preguntaban con quien quería trabajar. […] Me parecía todo una gran mentira divertidísima, pero yo no me creía nada«. Y, en lugar de quedarse se volvió a España para la gira teatral de La gata sobre el tejado de zinc caliente con Mario Gas. «Pensé que si me tenían que salir cosas ya me saldrían, pero la verdad es que había que estar allí y currárselo. Hice un par de pruebas para algunas películas, pero no me cogieron y no estuve allí. No me lo trabajé allí, porque no me brotaba, no me sentía en mi lugar. Hubiera hecho más cosas, y si me surge la oportunidad aún lo haría encantada, pero me parecía de una soledad muy difícil de soportar quedarme».
Y, tras su regreso a España, ha sido precisamente el teatro el arte que más ha marcado su carrera. Fue el propio Mario Gas quien la devolvió a las tablas con Las criadas en el año 2002 tras años prolíficos de cine y televisión. Y, en 2015, de la mano de Andrés Lima, consiguió su primer Premio Max como protagonista de Medea. «Lo que he intentado siempre es tomarme esto con cierta seriedad, pero sin perder de vista que es un juego, la niña interior que juega, imagina, se comunica con otros, mira a los ojos a los demás e intenta sacar algo hacia fuera del alma humana a través de todos esos personajes».
Como cierre, la actriz también ha advertido del «peligro» que suponen las redes sociales para los actores noveles y para los jóvenes en general. «Veo muchos compañeros jóvenes que empiezan en esto y reciben de repente una atención que no sucedía cuando yo empecé. […] En ese momento la repercusión mediática era ínfima, la mía fue gradualmente creciendo y pude ir asimilándola y manejándola. A mí lo que me preocupa son las almitas de esos jóvenes que arrancan y les llega un tsunami a sus vidas porque con la voracidad de todo esto pueden ser fenómenos que duren dos días«.
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