<p>La moderna <strong>Hangzhou</strong>, una de las siete capitales antiguas de <strong>China</strong>, que fue uno de los primeros puntos de confluencia entre el oriente espiritual y el occidente mercantil, presume de ser uno de los principales músculos tecnológicos del país asiático. Y del mundo. Su gallina de los huevos de oro es el gigante <strong>Alibaba</strong>. Pero ahora además se ha convertido en la incubadora de todo tipo de revolucionarias startups que están pegando el pelotazo en inteligencia artificial, como <strong>DeepSeek</strong>, o en la industria de la robótica con humanoides que este año han corrido maratones y peleado en un ring de boxeo. </p>
El ministro fue recibido el miércoles por la mañana por su homólogo Wang Yi, destacado equilibrista de las relaciones internacionales y uno de los hombres fuertes del selecto club de siete líderes chinos
La moderna Hangzhou, una de las siete capitales antiguas de China, que fue uno de los primeros puntos de confluencia entre el oriente espiritual y el occidente mercantil, presume de ser uno de los principales músculos tecnológicos del país asiático. Y del mundo. Su gallina de los huevos de oro es el gigante Alibaba. Pero ahora además se ha convertido en la incubadora de todo tipo de revolucionarias startups que están pegando el pelotazo en inteligencia artificial, como DeepSeek, o en la industria de la robótica con humanoides que este año han corrido maratones y peleado en un ring de boxeo.
En esta ciudad de más de 12 millones de habitantes aterrizó el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, para una visita oficial a China en medio del empujón diplomático que lleva tiempo dando el Gobierno de Pedro Sánchez hacia el régimen de Xi Jinping. Calentando la esperada visita a Pekín que harán el próximo noviembre de los Reyes de España, Felipe VI y Doña Letizia, este miércoles tocaba un apretón de manos con el jefe de la diplomacia china.
Albares fue recibido el miércoles por la mañana por su homólogo Wang Yi, un destacado equilibrista de las relaciones internacionales y uno de los hombres fuertes del selecto club de siete líderes chinos, con el omnipresente Xi a la cabeza, que forman el Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano del gobernante Partido Comunista (PCCh).
«Hemos reforzado nuestro diálogo y analizado la forma en la que podemos seguir avanzando nuestra asociación estratégica integral», ha asegurado Albares tras la reunión con su homólogo chino. El ministro español ha asegurado que Wang le ha transmitido el deseo de Pekín de que el presidente Sánchez realice una visita anual al país asiático. «Van a continuar las visitas de alto nivel en ambas direcciones», añadía.
En declaraciones a los medios presentes en Hangzhou, el ministro también quiso responder a la última amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de tomar represalia comerciales contra España por no llegar al 5% del PIB en gasto en defensa. «España es un aliado fiable en el seno de la OTAN y no puede cuestionarse de ninguna manera su compromiso con la seguridad euroatlántica», ha defendido el ministro, recordando que ahora mismo están desplegados 3.000 soldados españoles «fundamentales para la seguridad de los cielos de los países bálticos».
Sobre China, las relaciones bilaterales con España han ido girando cada vez más hacia un plano político y estratégico. Prueba de ello es la reformulación de la relación bilateral que se hace en la Estrategia de Acción Exterior de España 2025-2028, el documento marco del Gobierno que define las prioridades de España en el patio internacional. En su última actualización, por primera vez, China parece junto a Estados Unidos como socio estratégico prioritario. «China es un actor esencial en la gobernanza global», señala el documento.
Wang le devolvía el miércoles a su colega español el recibimiento que Albares le brindó en febrero de 2024, cuando el chino visitó Córdoba durante una gira por varios rincones de Europa. Un año después, ambos volvieron a verse al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich.
El pasado septiembre, el ministro español hizo de anfitrión en el Palacio de Santa Cruz, sede de su Ministerio, de la última ronda de negociaciones comerciales entre los equipos de China y Estados Unidos, que eligieron Madrid como terreno neutral para unas conversaciones que condujeron a prolongar una débil tregua arancelaria entre las dos superpotencias.
Algunos medios estatales chinos han dado espacio en sus webs a la visita del ministro español. «Refleja el enfoque pragmático de Madrid hacia las relaciones bilaterales con China», señalaba el diario chino Global Times, editado también en inglés, destacando que España, a diferencia de otras naciones europeas, «no tiene no tiene una historia de confrontación directa con China», y que el viaje de Albares «refleja el compromiso de España con una relación práctica con China».
El encuentro entre Albares y Wang se celebró en un pabellón del West Lake, un enorme lago que es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, rodeado de montañas al oeste y al este, y lleno de puentes de piedra, pagodas y flores de loto. Un refugio de paz en el centro de una bulliciosa ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011, que ha sido durante siglos fuente de inspiración para poetas, pintores y músicos de todo el país.
También tiene una fuerte carga política histórica porque Mao Zedong, el padre de la República Popular China, pasaba en las villas que rodean al lago largas temporadas junto a sus lugartenientes. Hace nueve años, acogió la cumbre anual del G-20 porque, para el Gobierno de Xi, este sitio representa a la perfección el «sueño chino»: belleza, armonía, prosperidad y modernidad enraizadas en la tradición.
Hangzhou se encuentra al este de China, en la próspera provincia de Zhejiang, de donde procede más del 70% de la migración china en España. Aunque este grupo salió sobre todo de regiones bastante más al sur de esta provincia, concretamente de la ciudad de Wenzhou y del condado de Qingtian, tierras de comerciantes.
Aprovechando el viaje a Hangzhou, Albares va a inaugurar aquí el primer centro universitario español en suelo chino, el Beihang Valencia Polytechnic Institute (BVPI). Se trata de un centro que nace del acuerdo entre la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y las autoridades locales. Comenzará su actividad docente en el curso académico 2026/27 y albergará hasta 2.000 estudiantes, con una oferta académica incluirá cuatro programas de grado, seis programas de máster y cuatro programas de doctorado.
Durante los actos en Hangzhou, Albares ha estado arropado por la embajadora Marta Betanzos y Luis Antonio Calvo, cónsul en Shanghai. En la embajada de Pekín llevan desde verano esperando a que Albares llene la vacante que hay de «número dos» de la oficina diplomática, una tarea de la que el ministro español, aunque no sea habitual, se quiere ocupar personalmente, colocando a alguien de su confianza por la importancia que tiene China en estos momentos para el Gobierno español.
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