<p>A los siete años ingresaron a la pequeña Ángela en el hospital. A su lado había otra niña, como ella, con un pronóstico funesto. No iba a sobrevivir. Y la pequeña Ángela acudía a la biblioteca del hospital a coger cuentos para leérselos a la otra niña: allí podía ser una princesa en un lejano reino, una guerrera que vencía a un villano o recordar la niña que ella misma fue, corriendo y jugando en libertad, lejos de esa cama-prisión. De aquel recuerdo infantil partió la intuición de la novela que ha convertido a la Ángela adulta en <strong>finalista del Premio Planeta, categoría dotada con 200.000 euros.</strong> En apenas cuatro años, Ángeles Banzas ha escrito cuatro libros, aparcando su profesión en el mundo empresarial y tomando un camino muy distinto a las Ciencias Políticas que estudió en la Universidad de Santiago de Compostela, su ciudad natal.</p>
‘Cuando el viento hable’ es un ‘thriller’ de tintes góticos ambientado en la Galicia de posguerra. «La Historia es un doble espejo que nos habla del presente», señala la autora
A los siete años ingresaron a la pequeña Ángela en el hospital. A su lado había otra niña, como ella, con un pronóstico funesto. No iba a sobrevivir. Y la pequeña Ángela acudía a la biblioteca del hospital a coger cuentos para leérselos a la otra niña: allí podía ser una princesa en un lejano reino, una guerrera que vencía a un villano o recordar la niña que ella misma fue, corriendo y jugando en libertad, lejos de esa cama-prisión. De aquel recuerdo infantil partió la intuición de la novela que ha convertido a la Ángela adulta en finalista del Premio Planeta, categoría dotada con 200.000 euros. En apenas cuatro años, Ángeles Banzas ha escrito cuatro libros, aparcando su profesión en el mundo empresarial y tomando un camino muy distinto a las Ciencias Políticas que estudió en la Universidad de Santiago de Compostela, su ciudad natal.
«Las bibliotecas y librerías son templos para mí», admite Banzas. Y, como la noche pasada cuando recibió el galardón en la gala del Planeta, se vuelve a emocionar cuando cuenta aquel episodio, más de 30 años después: «Había una pequeña biblioteca en la escuela del hospital: un refugio que rompía la soledad, ofrecía calor emocional y permitía seguir viviendo más allá de la dolencia física. La literatura puede curar, romper el aislamiento, estimular la imaginación y proporcionar una vía alternativa de existencia. En una enfermedad prolongada, la ficción enseña a imaginar, incluso sin ver. Se convierte en una herramienta contra el horror y la tristeza, especialmente en infancias marcadas por el sufrimiento».
Como en sus novelas anteriores, todas publicadas en Suma de Letras, sello de Penguin Random House (la competencia de Planeta), en Cuando el viento hable Banza teje una historia de misterio, con tintes góticos y toques de thriller, siempre con el paisaje de la Galicia rural de fondo, con las viejas leyendas contadas de generación en generación. La novela empieza con un poderoso prólogo que sitúa a la protagonista: Sofía tiene 20 años y, en la noche de difuntos («esto es importante», recalca la autora), descubre en el cementerio una lápida grabada con su nombre y sus apellidos, con la fecha de nacimiento y muerte. ¿Acaso está ante su propia tumba?¿Quién es la otra Ángela que yace ahí enterrada?
A partir de ahí empieza una compleja trama en la que confluyen secretos familiares, una luminosa historia de amor, experimentos clandestinos sobre seres humanos y los horrores de la Guerra Civil y la posguerra (Sofía nació en 1939). «Abordo la historia con prudencia, sin juzgar, ofreciendo una mirada humana y diferente centrada en la esperanza. La Historia es como un doble espejo que nos habla del presento. Pero la abordo con prudencia, sin juzgar, ofreciendo una mirada humana y diferente centrada en la esperanza. Exploro silencios, sombras y ausencias de la posguerra para enfatizar la importancia de ver al otro como semejante, no como diferente», matiza la escritora. Con un mensaje profundamente humanista, al tiempo que su historia avanza, Banza busca en la semejanza lo que nos une y no lo nos que diferencia: «Exaltar la diferencia y señalar al otro nos conduce a conflictos y a guerras. Convertimos al diferente en enemigo. Es algo que nos aísla y nos deshumaniza. Al verlo desde la distancia, en otro contexto histórico, la reflexión no suscita un rechazo inmediato, al contrario. Es una manera de cuestionarnos y desmontar prejuicios».
Sin revelar más datos del argumento, la nueva novela de Banzas contiene una orgullosa «mirada gallega» que ha marcado toda su literatura. «Es cierto que en los últimos años se percibe un despertar cultural generalizado en Galicia, con ficciones que rompen estereotipos y prestan atención a su rico legado. La mía es una mirada profundamente atlántica, hacia el fin del mundo», reivindica. Un fin del mundo geográficamente literal (el cabo de Finisterre), pero también metafórico.
Cultura