<p>Año y medio se cumplirá esta semana desde que <strong>Pedro Sánchez</strong> publicó en sus redes sociales una «carta a la ciudadanía» en la que, cuestionándose si seguir en el cargo, hablaba de una «constelación de cabeceras ultraconservadoras» y mencionaba por primera vez el concepto de «máquina del fango», donde englobaba a estas, entre otros agentes. Desde entonces, el <a href=»https://www.elmundo.es/espana/gobierno-espana.html»>Gobierno </a>ha colocado en su hoja de ruta distintas reformas que afectan al sistema mediático, queriendo regular desde su financiación hasta el secreto profesional. Estas medidas, sin embargo, han sido objeto de críticas venidas de la bancada de la oposición y, también, de algunos órganos independientes.</p>
En este tiempo, el Gobierno ha puesto en su hoja de ruta varias reformas que afectan al sector periodístico, como regular los fondos públicos que reciben y legislar sobre el secreto profesional
Año y medio se cumplirá esta semana desde que Pedro Sánchez publicó en sus redes sociales una «carta a la ciudadanía» en la que, cuestionándose si seguir en el cargo, hablaba de una «constelación de cabeceras ultraconservadoras» y mencionaba por primera vez el concepto de «máquina del fango», donde englobaba a estas, entre otros agentes. Desde entonces, el Gobierno ha colocado en su hoja de ruta distintas reformas que afectan al sistema mediático, queriendo regular desde su financiación hasta el secreto profesional. Estas medidas, sin embargo, han sido objeto de críticas venidas de la bancada de la oposición y, también, de algunos órganos independientes.
«Son medios de marcada orientación derechista y ultraderechista», escribió Sánchez en su «carta», en referencia a aquellos digitales que venían publicando noticias sobre su esposa antes de que un juez abriera diligencias en su caso. Cinco días después, el presidente del Gobierno insistió en sus críticas al ecosistema periodístico: habló de los «pseudomedios» como un «desafío» e instó a «cuidar la democracia» frente a ellos. «Yo defiendo la libertad de prensa, pero lo que es inadmisible es defender todo este fango, todos estos bulos, toda esta desinformación», dijo. Tras aquel periodo de reflexión de Sánchez, el Gobierno se dispuso a preparar medidas en esta línea que a día de hoy ya han visto la luz.
El grueso de aquellas propuestas quedó recogido en el «Plan de Acción por la Democracia» que el Ejecutivo aprobó en Consejo de Ministros en septiembre del año pasado. No figuraban en el texto ninguno de los términos acuñados por Sánchez sobre los medios, pero sí las medidas orientadas a regularlos. Por ejemplo, el plan recogía la creación de un «registro» en el que deben figurar los datos de los propietarios de cada cabecera y la inversión publicitaria que estas reciben.
En este sentido, además, el texto proponía fijar «límites a la financiación que las administraciones públicas pueden dedicar a los medios», con el objetivo de que estos no estén «impulsados por» o sean «dependientes de» gobiernos de distintas siglas. Tras sus cinco días de reflexión, Sánchez ya se había referido críticamente a las «páginas web que están financiadas con distinto dinero, tanto de gobiernos autonómicos como de gobiernos municipales del PP con la ultraderecha». Al valorar la propuesta de limitar la financiación pública a los medios, los populares hablaron de una «caza de brujas» y acusaron a Sánchez de «perseguir a la prensa crítica».
También quedaban recogidas en aquel plan otras propuestas que afectan directamente al ejercicio del periodista. Es el caso de la reforma de la Ley de Secretos Oficiales y el impulso de una norma para garantizar el derecho al secreto profesional. El Gobierno las aprobó a la vez, en julio de este año. La primera fue objeto de críticas porque no exime a los periodistas que desvelen documentos clasificados de ser sancionados -sí se atenúa la cuantía a pagar bajo la premisa del «derecho a la libertad de información»-.
Y la ley reguladora del secreto profesional ha despertado ciertas dudas en el Consejo General del Poder Judicial que, en un informe que se dispone a aprobar este miércoles, advierte de «insuficiencias y fallas» en varios apartados del redactado. Llega a señalar que, en ocasiones, la nueva norma rebaja la protección actualmente vigente del secreto profesional.
Los reproches de Sánchez a los «pseudomedios», y las reformas que han despertado críticas en distintos agentes durante estos 18 meses, se han visto complementadas, en ocasiones, por choques directos de miembros del Gobierno con los medios. El último, protagonizado por el ministro Óscar Puente: «Otro patriota del ABC con acreditación para preguntar en la Casa Blanca que la utiliza para preguntarle todos los días a Trump por los supuestos incumplimientos de España con la OTAN», criticó en redes sociales.
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