<p><strong>»Transformar Aragón en un territorio líder en crecimiento, creación de empleo, generación de talento y aprovechamiento de sus características diferenciales».</strong> Este es, en palabras del Gabinete de Presidencia, Economía y Justicia de la Junta, el mensaje que los aragoneses trasladaron al ejecutivo salido de las urnas en 2023. Y para la consecución de esos objetivos, saben que la apuesta por la innovación es innegociable. Por eso, con el fin de potenciar esta apuesta, se está facilitando la llegada de infraestructuras claves en la nueva economía digital: <strong>los centros de datos.</strong></p>
Aragón se ha convertido en un polo atracción para los centros de datos de las empresas tecnológicas, que se ven atraídas por la ubicación estratégica de la región y su fortaleza en energías renovables.
«Transformar Aragón en un territorio líder en crecimiento, creación de empleo, generación de talento y aprovechamiento de sus características diferenciales». Este es, en palabras del Gabinete de Presidencia, Economía y Justicia de la Junta, el mensaje que los aragoneses trasladaron al ejecutivo salido de las urnas en 2023. Y para la consecución de esos objetivos, saben que la apuesta por la innovación es innegociable. Por eso, con el fin de potenciar esta apuesta, se está facilitando la llegada de infraestructuras claves en la nueva economía digital: los centros de datos.
Actualmente, hay en marcha unos 20 proyectos en todo el territorio y la intención del Ejecutivo autonómico es atraer cuantos más sean posibles para cumplir con el deseo de la ciudadanía. Para ello, se han puesto en marcha varias medidas importantes.
Por un lado, se ha constituido la Dirección General de Inversiones Estratégicas, «un puesto de nueva creación que asume una interlocución constante y directa con aquellos proyectos empresariales que se interesan por la comunidad o que ya han decidido hacerlo», tal como explican desde el Gobierno autonómico. Otra iniciativa a destacar es la puesta en marcha de la Unidad Aceleradora de Inversiones, que implica al conjunto del Ejecutivo aragonés con el objetivo de «trabajar de manera coordinada para que los proyectos que se interesen por Aragón lleguen a buen puerto».
La materialización de estas inversiones en toda la comunidad autónoma se ha visto facilitada por algunas de las características únicas del territorio aragonés. En primer lugar, destacan desde la Junta, «una ubicación estratégica privilegiada, que nos sitúa en el centro de los principales núcleos económicos del país: Madrid, Barcelona, Valencia y País Vasco». A su vez, «conexiones intermodales que posibilitan los desplazamientos de manera ágil y rápida». Además, la región cuenta con «un ecosistema innovador y repleto de talento, lo que favorece el crecimiento de sectores pujantes como el tecnológico». Y por último, «el apoyo institucional» del propio Gobierno autonómico a través de medidas como las antes mencionadas, que «favorecen la inversión para la creación de empleo y oportunidades».
El FACTOR ENERGÉTICO. Todo esto ha favorecido que grandes multinacionales hayan decidido invertir en la región para instalar infraestructuras tecnológicas. La primera en interesarse, tal como aseguran desde la propia compañía, fue Amazon Web Services (AWS), que ha construido ya tres centros de datos en el territorio aragonés (dos en Zaragoza y otro más en Huesca).
Además del apoyo institucional y la existencia de un ecosistema innovador que favorecen la llegada de estos proyectos, David Blázquez, responsable de Relaciones Institucionales de AWS para Iberia, resalta otra característica clave de la comunidad: «Su apuesta por las energías renovables, ya que el acceso a ellas es indispensable para nosotros». En este sentido, hay que tener en cuenta que, según datos de Redeia (antigua Red Eléctrica), el 89% de la electricidad producida en Aragón en 2024 fue de origen renovable.
AWS no dispone de datos específicos respecto a los puestos de trabajo constituidos gracias a la creación de sus centros de datos en Aragón. Pero, tal como detalla Blázquez, su expansión por toda España, anunciada el año pasado y que movilizará una inversión de 15.700 millones de euros, «creará 17.500 empleos a tiempo completo en negocios locales de forma anual, además de contribuir con 21.600 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) de España hasta el año 2033″.
Para Blázquez, toda la infraestructura nacional de AWS ayuda a «crear un ecosistema digital en Aragón» que la posiciona como «epicentro de la innovación, tanto en España como en Europa». Esto, continúa, «facilita la llegada de otras compañías punteras del sector», como DXC Technologies, partner de AWS, que estableció un centro europeo de operaciones cloud en Zaragoza. «Desde entonces, esta empresa ha contratado a 1.500 empleados», puntualiza Blázquez.
Además, el positivo impacto de la llegada de estos centros se extiende más allá del sector tecnológico. «Negocios locales de construcción, seguridad, instalaciones eléctricas y de comunicaciones están creciendo gracias nuestra red», expone el responsable de AWS. «Por ejemplo, Levitec, una empresa local de instalaciones eléctricas, ha tenido un crecimiento exponencial al comenzar a trabajar con AWS, pasando de 80 a más de 424 empleados en tan sólo cinco años».
Pero las grandes multinacionales no son las únicas que están aprovechando la apuesta por la innovación de las instituciones aragonesas. Una firma local como Samca también ha entrado en el negocio de los data centers con el proyecto Green It Aragón, el primer campus de datos de la comunidadcon energía renovable en régimen de autoconsumo producida y valorizada en territorio aragonés. Y es que la mayor peculiaridad de esta infraestructura es que se integrará junto a los parques eólicos ya construidos por la propia compañía.
El proyecto, que se extenderá a lo largo de cuatro términos municipales zaragozanos (Luceni, Pedrola, Plasencia de Jalón y Rueda de Jalón), movilizará una inversión de 2.627 millones de euros. Además, durante la fase de construcción se crearán hasta 2.300 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, a los que añadirán 320 más durante el posterior periodo de explotación.
Aragón atraviesa un gran momento económico, con múltiples iniciativas dispuestas a seguir dinamizando la actividad en la región. Tan es así que la comunidad espera inversiones por valor de 57.900 millones de euros, entre las que destaca la llegada de la nueva factoría de CATL y Stellantis, por valor de 4.100 millones de euros y más de 4.200 nuevos empleos.
Hasta la fecha, actividades como la automoción, la logística, la agroalimentación o la industria biofarmacéutica han sido estratégicos en la región. A ellas se suman ahora los sectores de tecnología y defensa, por los que Aragón está apostando muy fuerte.
La pujanza de estas actividades ha permitido que el crecimiento del PIB aragonés superase ligeramente la media nacional en 2023 y 2024, con alzas del 2,7% y el 3,9%, respectivamente. Por su parte, el avance en el conjunto de España fue del 2,5% y el 3,5% esos dos mismos ejercicios, según el INE.
En términos de empleo, Aragón también exhibe fortaleza, pues su tasa de paro fue del 7,6% al cierre del segundo trimestre de 2025, la cuarta más baja del país y casi tres puntos por debajo de la media nacional. «Los niveles de paro son los menores desde septiembre de 2008 y el número de afiliados a la Seguridad Social está en máximos, con la industria y la construcción creando empleo a doble dígito durante el último año», tal como destacan desde el Gobierno de Aragón.
En el ámbito tecnológico, una de las iniciativas más destacadas de la región es el desarrollo del Distrito Aragonés de Tecnología o DAT Alierta.
En la actualidad, hay ya 30 hectáreas en funcionamiento de un total de 80, en las que se han asentado instituciones como la Universidad de Zaragoza, el Instituto Tecnológico de Aragón, la incubadora de empresas CEEI Aragón o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Se invertirán 200 millones de euros en este espacio, que albergará edificios para impartir formación profesional, así como institutos de investigación y sedes de empresas.
Otra inversión destacada se articula en torno al Fondo de Transición Justa, que llevará 88 millones a la provincia de Teruel en tres años. En 2024, ya se concedieron ayudas a las pymes por 21, 4 millones de euros.
OTROS PLANES MUY AMBICIOSOS. Entre la batería de iniciativas en marcha también destaca el Plan Pirineos, con el que el Gobierno aragonés aspira a dinamizar los valles de las cuatro comarcas más septentrionales de la comunidad. Desplegará 195 millones de euros en zonas turísticas, instalaciones de ocio y construcción de vivienda, con una partida de 50 millones para la modernización de las estaciones invernales.
Mención aparte merece la convocatoria de ayudas de fondos STEP para inversiones en tecnologías limpias y eficientes, con 13,6 millones hasta 2027. A su vez, el programa Volveremos, de impulso a los negocios locales, trabaja ya con 61 ayuntamientos.
Poner coto a la despoblación rural sigue siendo uno de los grandes desafíos históricos de Aragón. Durante décadas, la comunidad ha visto cómo la actividad agrícola se reducía, al mismo ritmo que la población emigraba hacia las ciudades. No en vano, el 28,5% de las localidades rurales aragonesas sufre un fuerte retroceso demográfico, según el INE. Pero hay señales alentadoras: algunas de las comarcas históricamente más castigadas empiezan a mostrar brotes verdes, fruto de iniciativas que buscan devolver oportunidades y futuro al medio rural.
La economía agraria es, hoy por hoy, el mejor termómetro de este cambio incipiente. En 2024, la Renta Agraria de Aragón alcanzó los 2.550 millones de euros, con un crecimiento del 14,8% respecto al año anterior, por encima de la media nacional. Este avance, según la Junta aragonesa, responde no sólo a una mayor eficiencia en las explotaciones, sino también a las medidas puestas en marcha para reforzar la competitividad y mantener la actividad en el medio rural.
Por ejemplo, en el ámbito del agua y la tecnología agrícola, un total de 28 comunidades de regantes movilizaron casi 54 millones en inversiones. Esto se traduce en decenas de proyectos que transforman miles de hectáreas, con la modernización de canales, sistemas de riego y parcelas agrícolas.
Al mismo tiempo, los fondos para la modernización tecnológica y el Plan Renove de maquinaria están transformando el día a día de los agricultores aragoneses. Con centenares de proyectos activos y nuevas iniciativas cada año, los productores incorporan maquinaria 4.0 y soluciones de digitalización que cambian la forma de trabajar en el campo. Entre ellas, destacan pulverizadores de precisión, máquinas de siembra directa, sistemas avanzados de fertilización y mejoras en regadíos, con aspersión y goteo eficientes. «Estas inversiones permiten ahorrar agua y energía, reducir costes y aumentar la productividad, tanto en cultivos como en ganadería, impulsando una agricultura más moderna y sostenible», dicen desde el ejecutivo regional.
APOYO PROVINCIAL. El papel de las diputaciones provinciales es clave para asentar población y mejorar la calidad de vida. En Huesca, donde se concentran muchas de las comarcas históricamente más castigadas, impulsan medidas en el ámbito de la vivienda para facilitar la compra, rehabilitación o construcción de casas. También destinan hasta seis millones de euros al arreglo y mantenimiento de caminos rurales y una cifra récord en la provincia de un millón de euros anuales hasta 2027 para mejorar 22 escuelas rurales, lo que beneficiará a casi 4.000 alumnos y asegurará que puedan estudiar cerca de sus casas.
En Teruel, la diputación provincial también impulsa acciones para mantener viva la vida rural. Entre ellas destacan el Plan de Concertación -que canaliza hasta 12 millones de euros a proyectos municipales de desarrollo local-, un programa de digitalización de empresas y la organización de ferias agropecuarias para dinamizar la economía. Además, se está poniendo especial énfasis en la creación de multiservicios, ya presentes en 110 municipios, «para que los pequeños núcleos mantengan servicios esenciales (tienda, bar o pequeños comercios) sin tener que desplazarse a otros pueblos».
El Cierzo y los veranos secos y soleados tradicionales de Aragón son la materia prima de su destacado sistema energético renovable. El 89% de la electricidad que se produce en la región procede ya de estas fuentes, según datos del Boletín de Coyuntura Energética. Por eso, esta comunidad es uno de los motores de la transición energética de España.
Aragón, con un 3,1% del PIB nacional y sólo un 2,8% de la población del país, aporta el 15% de la potencia renovable instalada. Eólica y solar se reparten dicha potencia, como las principales fuentes. La primera lleva en marcha desde finales de los años 90, y lidera a aportación con el 52% de la producción. Hoy cuenta con 5.480 MW instalados en 206 parques eólicos, y con 3.028 aerogeneradores. La segunda, más reciente, ya ha multiplicado la potencia instalada casi por tres en los últimos cuatro años, hasta los 3.195 MW.
«El desarrollo de la solar responde a la fuerte implantación de parques solares en todo el territorio, especialmente en las provincias de Zaragoza y Teruel», explica César Gimeno, delegado de Unión Española Fotovoltaica (Unef) en Aragón. Por otra parte, esta comunidad en la que más MW eólicos ha instalado en los últimos cinco años, tal y como expone Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). De hecho, afirma que la tramitación de parques eólicos ha sido más eficiente que en otras CCAA.
El terreno disponible en Aragón es un factor importante del impulso renovable. Pero, además, «las Administraciones, autonómicas y locales han entendido los parques eólicos como oportunidades para el territorio», constata Willstedt. De hecho, la eólica emplea al año a 6.500 personas -3.700 son empleos directos-. Lo mismo ocurre con la fotovoltaica, pues solo los nuevos proyectos instalados en lo que va de año han empleado a más de 1.500.
Entre muchos proyectos, en Aragón destacan los eólicos Delta II, gestionado por Repsol y ubicado en las tres provincias, o el Proyecto Catalina, de CIP, para generar hidrógeno renovable y previsto para 2029. También varios solares, como la instalación de autoconsumo de Tudor. «La combinación de un gran recurso eólico y solar, así como una planificación estratégica y un marco regulatorio favorable apoyado por los diferentes gobiernos ha convertido a Aragón en referente«, dice Gimeno.
Esa disponibilidad de energía renovable es la «causa principal de la atracción de nuevos proyectos industriales y de datos», opina Gimeno. No obstante, Unef y AEE lo ven a expensas de un canon renovable, con efectos retroactivos, que podría lastrar el desarrollo y penaliza la rentabilidad renovable al encarece el producto final. «Ha hecho replantearse a muchos inversores su intención de seguir invirtiendo en Aragón», dice Willstedt. Si esas nubes sobre el horizonte 2030 se disipan, dentro de la Estrategia Aragonesa para el Cambio Climático, Willstedt recuerda que se prevé elevar la contribución mínima de las renovables hasta el 32% sobre el total del consumo energético.
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