<p>La <a href=»https://www.elmundo.es/economia/empresas/2025/05/06/681a1ca0e4d4d8721a8b45d9.html» target=»_blank»>consulta pública lanzada </a>por el Gobierno para sondear a la opinión pública sobre la OPA de BBVA por Banco Sabadell ha cogido por sorpresa a mercados y supervisores. El Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se mantienen al margen del referéndum planteado por el Ministerio de Economía para analizar la operación y lejos de <a href=»https://www.elmundo.es/economia/2025/05/06/6819f166e4d4d8721a8b45c2.html» target=»_blank»>responder a la reclamación que lanzó el líder el PP, Alberto Núñez-Feijóo</a>, se inhiben a la hora de pronunciarse sobre el cuestionario.</p>
Ni el supervisor del sector financiero en España ni el supervisor de los mercados de inversión consideran que estén llamados a intervenir en este asunto
La consulta pública lanzada por el Gobierno para sondear a la opinión pública sobre la OPA de BBVA por Banco Sabadell ha cogido por sorpresa a mercados y supervisores. El Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se mantienen al margen del referéndum planteado por el Ministerio de Economía para analizar la operación y lejos de responder a la reclamación que lanzó el líder el PP, Alberto Núñez-Feijóo, se inhiben a la hora de pronunciarse sobre el cuestionario.
El presidente de los populares se quejó en el Cercle d’Economia el pasado martes de la «frivolidad» de la medida y pidió el pronunciamiento del Banco de España, entre otras instituciones, ante lo que considera una propuesta que supone un riesgo de potenciales reclamaciones patrimoniales para el Estado de los fondos accionistas.
Sin embargo, lejos de pronunciarse, ni el supervisor del sector financiero en España ni el supervisor de los mercados de inversión consideran que estén llamados a intervenir en este asunto. Consultados por este diario, fuentes del organismo que dirige José Luis Escrivá aseguran que no tienen «nada que decir» al respecto de la consulta, que su papel en la OPA quedó resuelto con el pronunciamiento a favor de ella que ya emitieron tanto el propio Banco de España como el Banco Central Europeo (BCE) y que no contemplan ninguna actuación más a raíz de la consulta. Tampoco creen que tengan que asesorar a ninguna de las dos entidades en caso de que alguna de ellas recurriese a sus servicios ante lo novedoso e inédito de la medida.
En el caso de la CNMV, la posición es similar. Sorprendidos también por lo insólito de la consulta, en el seno del regulador no consideran que tengan nada que opinar al respecto. Su papel, aseguran, pasa por supervisar el folleto que finalmente BBVA quiera hacer llegar a los accionistas y asegurarse de que el documento se publica con la información necesaria y correcta para que participen en el proceso de decisión. Y ya. Además, las fuentes consultadas no vislumbran la relación entre la consulta pública y el riesgo de potenciales reclamaciones para el Estado por parte de los accionistas al que aludía Feijóo; en su opinión, los accionistas tendrán en esta OPA las mismas posibilidades de reclamar que en cualquier otra oferta pública de adquisición y por los mismos motivos -si los hubiese- que en cualquier otra operación de este tipo, pero no consideran que la consulta, cuyo planteamiento no es vinculante para el Ejecutivo, pueda ser uno de esos motivos.
Mientras tanto, las dos entidades calibran cómo actuar ante la consulta y si participar o no en ella. El cronómetro está en marcha. El Ministerio de Economía habilitó el pasado martes el cuestionario en el que podrán participar todos los ciudadanos, organizaciones y agentes económicos que quieran para aportar su opinión sobre la OPA de BBVA y sus potenciales impactos. El Gobierno ha establecido un plazo que culmina el día 16 de mayo para recibir las aportaciones, si bien ha dejado claro que éstas no tendrán un carácter vinculante para la decisión que finalmente tendrá que tomar el ministro del ramo, Carlos Cuerpo.
Tras el pronunciamiento de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) hace ocho días sobre los compromisos que tendrá que asumir BBVA en caso de que la OPA se resuelva a su favor, Cuerpo tiene 15 días hábiles para decidir si eleva el análisis a fase 3, es decir, si lo lleva al Consejo de Ministros para que dictamine si mantiene las condiciones invariables o si añade nuevos compromisos atendiendo a criterios que nada tienen que ver con competencia.
La consulta pública lanzada por Moncloa busca precisamente reunir motivos de «interés general» que justifiquen su hipotético rechazo a la fusión de ambas entidades. Desde el lanzamiento de la operación hace ahora un año [el 9 de mayo de 2024], el Gobierno se ha mostrado contrario a la absorción de Sabadell por parte de BBVA y ahora tiene en sus manos tomar una decisión al respecto.
El referéndum ha sido bien acogido por Banco Sabadell y por la clase política y empresarial catalana, que han elevado en los últimos días la presión sobre Moncloa para que se oponga al proceso. Asociaciones de accionistas minoritarios, patronales y diversas organizaciones ha expresado ya públicamente su intención de presentar alegaciones mediante el formulario habilitado por Economía, un formulario que entre otras cuestiones pide a los concurrentes que indiquen si consideran que existen criterios de interés general distintos de la competencia que pueden verse afectados por la operación.
En paralelo, los mercados, inversores y accionistas siguen pendientes de la evolución de ambas entidades mientras transcurre la refriega política. Entre los analistas hay cierto consenso en que BBVA debe optar por mejorar finalmente su oferta si quiere convencer a los accionistas de Sabadell para que acudan a su llamada, por más que BBVA ha reiterado en numerosas ocasiones que no tiene «ni necesidad ni interés» de subir el precio. Actualmente, la prima que arroja el intercambio de títulos planteado por Carlos Torres sería negativa. Los títulos de BBVA cotizaban ayer en el entorno de 12,47 euros, mientras que los de Banco Sabadell se cambiaban a 2,55 euros.
Actualidad Económica