Bruselas sigue tendiendo la mano a Washington, pero el puño está también listo para cerrarse. El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha recibido este lunes el respaldo firme de los Estados miembros para seguir intentando llegar a un acuerdo comercial con Estados Unidos. Pero tras el tarifazo del sábado del presidente estadounidense, Donald Trump, que anunció por carta aranceles del 30% a productos europeos a partir del 1 de agosto, la UE cierra filas. Ante una tasa “efectivamente prohibitiva para el comercio mutuo”, Bruselas ha presentado a los ministros de Exteriores y de Comercio un segundo paquete de contramedidas por 72.000 millones de euros por si las negociaciones fracasan.
El comisario Maros Sefcovic propone un segundo paquete de represalias por si las negociaciones fracasan. Los Veintisiete respaldan la estrategia de Bruselas ante Washington
Bruselas sigue tendiendo la mano a Washington, pero el puño está también listo para cerrarse. El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha recibido este lunes el respaldo firme de los Estados miembros para seguir intentando llegar a un acuerdo comercial con Estados Unidos. Pero tras el tarifazo del sábado del presidente estadounidense, Donald Trump, que anunció por carta aranceles del 30% a productos europeos a partir del 1 de agosto, la UE cierra filas. Ante una tasa “efectivamente prohibitiva para el comercio mutuo”, Bruselas ha presentado a los ministros de Exteriores y de Comercio un segundo paquete de contramedidas por 72.000 millones de euros por si las negociaciones fracasan.
“El 30% es absolutamente inaceptable. Es un nivel absolutamente prohibitivo para cualquier comercio”, ha insistido Sefcovic al término de la cita de ministros, en la que no ha ocultado su “profunda decepción” por la carta de Trump cuando, ha revelado, creía tener ya prácticamente cerrado la semana pasada un principio de acuerdo que hubiera frenado la escalada arancelaria. El eslovaco ha recibido el apoyo prácticamente unánime de los miembros de la UE —Hungría ha vuelto a ser el verso suelto al criticar la actuación de Bruselas, a la que ha acusado de no ser lo suficientemente “firme y asertiva” ante Washington— para seguir intentando llegar, sin descanso, a una solución “mutuamente beneficiosa” antes del 1 de agosto fijado por Trump como nueva fecha límite. De hecho, este mismo lunes, el eslovaco tenía previstas nuevas conversaciones con sus interlocutores en Washington, ciudad a la que no descarta viajar también de nuevo en las próximas horas o días.
“Seguimos convencidos de que nuestra relación transatlántica merece una solución negociada que lleve a una renovada estabilidad y cooperación (…) La UE nunca abandona [la negociación] sin un esfuerzo genuino, especialmente en vista del duro trabajo ya invertido y de cuán cerca estamos de lograr un acuerdo, así como de los claros beneficios de una solución negociada”, ha aseverado el veterano comisario.
Pero tras esos esfuerzos está la conciencia cada vez más firme, ha reconocido también Sefcovic, de que hay que estar preparados para la posibilidad de que el ansiado acuerdo no se produzca. Un mensaje que le ha llegado de todos los ministros de la manera “más fuerte desde el comienzo de las discusiones con EE UU”, según ha revelado a los periodistas. El motivo es que todos están convencidos de la necesidad de “proteger los trabajos, los negocios y nuestra economía” a la par que se intenta negociar, lo que requiere “preparar al mismo tiempo” las medidas de “reequilibrio” comercial sin descartar tampoco, aunque nadie quiere ponerse aún en ese escenario extremo, la posibilidad de activar el instrumento anticoerción de la UE. “Todo está sobre la mesa, pero vayamos paso a paso”, ha dicho Sefcovic.
“Si quieres paz, prepárate para la guerra. Y ahí estamos”, había resumido la situación al comienzo del encuentro en Bruselas el ministro de Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, cuyo país preside el Consejo en la segunda mitad de este año. A puerta cerrada, Sefcovic ha adelantado que a lo largo del día llegaría a las capitales europeas la segunda lista de productos estadounidenses identificados por la Comisión hace un par de meses como contramedidas para responder a los aranceles estadounidenses en caso de que no se logre un acuerdo. La lista, que ascendía inicialmente a unos 95.000 millones de euros, se ha reducido finalmente a 72.000 millones, según ha confirmado la Comisión.
Si esa segunda réplica finalmente se aprobara, se sumaría a la que está suspendida, que equivale a unos 20.000 millones. Es decir, la respuesta de la UE, por el momento, sería algo superior a los 90.000 millones. Eso afectaría a algo menos de un tercio de las importaciones europeas desde Estados Unidos, lo que implica que la réplica de los Veintisiete quedaría muy lejos del golpe de Washington, que alcanza al 70% de las exportaciones de la UE hacia el otro lado del Atlántico.
“No podemos ser ingenuos”, ha señalado al respecto el responsable español de Economía (y de Comercio), Carlos Cuerpo, que también ha cerrado filas con el Ejecutivo comunitario.
“Hay unidad de acción y de apoyo a la actuación de la Comisión en estas negociaciones con la intención de seguir buscando un acuerdo en estas dos semanas y media que quedan hasta la fecha tope de principios de agosto”, según el ministro español. Pero en esta, ha puntualizado, hay que continuar hablando “entendiendo también que no podemos ser ingenuos y que tenemos que plantear un escenario en el que no haya acuerdo y preparar medidas de reequilibrio si ese escenario se diera”. España quiere que en esa estrategia se piense más allá del contragolpe a Washington: propone que se explore un “mecanismo paraguas” para proteger a la industria y las empresas europeas que se cree, al menos en parte, con los aranceles que se puedan recaudar de las represalias de aranceles a Estados Unidos, una opción que, ha indicado Cuerpo, el comisario europeo se ha dicho dispuesto a “investigar” en las próximas semanas.
No obstante, en la estrategia de defensa europea para esta guerra comercial no está solo la devolución de golpes. También se busca la ampliación de destinos para exportaciones y, por tanto, de más alianzas comerciales en otras zonas del mundo. “EE UU supone alrededor del 13% del comercio global. Así que queda otro 87% y creo que todos vemos oportunidades en otras partes del mundo para tenderle la mano a Europa”, ha analizado el ministro danés Rasmussen un día después de que la Comisión Europea anunciara un acuerdo político con Indonesia para cerrar un tratado de comercio en los próximos meses. En la mira de la presidencia danesa de turno, ha subrayado Rasmussen, está también “lograr que el Mercosur cruce la línea de meta” antes de finales de año. Se refería al acuerdo comercial que Bruselas trata de formalizar con el bloque latinoamericano compuesto por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y que se convertiría en el principal pacto para la UE.
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