<p>Los jóvenes de Marruecos se han echado a la calle contra el <strong>Mundial de Fútbol</strong> que organizará su país junto a España y Portugal en 2030. Adoran el balompié y su equipo nacional está mejor que nunca, pero el movimiento espontáneo <strong>GenZ212, </strong>que así se llama, no quiere que se inviertan 400 millones en remodelar el estadio de Tánger con un paro juvenil rampante. Las manifestaciones se han convocado por <strong>TikTok</strong> y el Régimen ha respondido con una represión policial sin contemplaciones. Hay decenas de detenidos.<br>Los jóvenes de Nepal se revolvieron hace un mes contra su Gobierno por querer suprimir las redes sociales. Los<strong> Nepo Kids</strong> usaron VPN para sortear el bloqueo en internet, asaltaron y quemaron la residencia del primer ministro y desnudaron al titular de Economía antes de lanzarlo al río. «Como no quieren prohibir la corrupción intentan prohibir los espacios digitales», declaró un manifestante a<i> Bloomberg.</i><br>Los jóvenes de Estados Unidos han dejado de intentar comprar vivienda. Sólo el 7% de quienes aspiran a ser propietarios mantienen una búsqueda activa de un techo. Han perdido la esperanza. El primer impacto de la IA se cierne sobre los empleos juniors. La Casa Blanca ha convocado a sus generales para declarar la guerra al enemigo interno, es decir, a los movimientos bajo los que se aglutinan muchos chavales descontentos.<br>Los jóvenes españoles son los que más tarde se independizan de Europa. Su precariedad provoca que la renta per cápita crezca más en los territorios que acumulan gente anciana, ya que las pensiones son superiores a sus salarios. No protestan, pero votan a la ultraderecha.<br>Los jóvenes chinos están recurriendo masivamente a la contratación de santeros. Nunca había existido una generación más preparada en ese país. Cada año se gradúan 12 millones de universitarios, la mayoría en carreras de alta cualificación. La calidad de sus facultades ha crecido tanto que se han reducido al mínimo los estudiantes que migran al exterior. Sin embargo, no encuentran trabajo. Según cuenta<strong> Lucas de la Cal, </strong>el paro juvenil ha alcanzado un máximo del 21% y los desempleados buscan la ayuda de oráculos que les aclare el futuro. El Gobierno ha empezado a atajar el problema… limpiando las calles de adivinos.<br>Cada país tiene su problema, pero en todos la respuesta se está traduciendo en forma de descrédito institucional y ascenso del populismo. Tampoco hay que consultar al Tarot para intuir que el tsunami laboral de la IA no va a calmar las cosas. Al menos al principio. </p>
Los jóvenes de Marruecos se han echado a la calle contra el Mundial de Fútbol que organizará su país junto a España y Portugal en 2030. Adoran el balompié y su
Los jóvenes de Marruecos se han echado a la calle contra el Mundial de Fútbol que organizará su país junto a España y Portugal en 2030. Adoran el balompié y su equipo nacional está mejor que nunca, pero el movimiento espontáneo GenZ212, que así se llama, no quiere que se inviertan 400 millones en remodelar el estadio de Tánger con un paro juvenil rampante. Las manifestaciones se han convocado por TikTok y el Régimen ha respondido con una represión policial sin contemplaciones. Hay decenas de detenidos.
Los jóvenes de Nepal se revolvieron hace un mes contra su Gobierno por querer suprimir las redes sociales. Los Nepo Kids usaron VPN para sortear el bloqueo en internet, asaltaron y quemaron la residencia del primer ministro y desnudaron al titular de Economía antes de lanzarlo al río. «Como no quieren prohibir la corrupción intentan prohibir los espacios digitales», declaró un manifestante a Bloomberg.
Los jóvenes de Estados Unidos han dejado de intentar comprar vivienda. Sólo el 7% de quienes aspiran a ser propietarios mantienen una búsqueda activa de un techo. Han perdido la esperanza. El primer impacto de la IA se cierne sobre los empleos juniors. La Casa Blanca ha convocado a sus generales para declarar la guerra al enemigo interno, es decir, a los movimientos bajo los que se aglutinan muchos chavales descontentos.
Los jóvenes españoles son los que más tarde se independizan de Europa. Su precariedad provoca que la renta per cápita crezca más en los territorios que acumulan gente anciana, ya que las pensiones son superiores a sus salarios. No protestan, pero votan a la ultraderecha.
Los jóvenes chinos están recurriendo masivamente a la contratación de santeros. Nunca había existido una generación más preparada en ese país. Cada año se gradúan 12 millones de universitarios, la mayoría en carreras de alta cualificación. La calidad de sus facultades ha crecido tanto que se han reducido al mínimo los estudiantes que migran al exterior. Sin embargo, no encuentran trabajo. Según cuenta Lucas de la Cal, el paro juvenil ha alcanzado un máximo del 21% y los desempleados buscan la ayuda de oráculos que les aclare el futuro. El Gobierno ha empezado a atajar el problema… limpiando las calles de adivinos.
Cada país tiene su problema, pero en todos la respuesta se está traduciendo en forma de descrédito institucional y ascenso del populismo. Tampoco hay que consultar al Tarot para intuir que el tsunami laboral de la IA no va a calmar las cosas. Al menos al principio.
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