<p>La Casa América en Madrid tiene agendado para dar comienzo este misma semana el ciclo <i>Cine y memoria: la voz del pueblo y la lucha por la soberanía</i>, promovido por la Embajada de Venezuela en nuestros país, con tres títulos del país sudamericano. Pero, especialmente dos de ellos han provocado una rebelión de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid por considerar que enaltecen el régimen chavista de Nicolás Maduro. </p>
La Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid exigen al organismo gubernamental eliminar esa programación
Casa de América ha decidido suspender el ciclo programado por la Embajada de Venezuela tras las críticas de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital al asegurar que se iban a proyectar largometrajes que «enaltecen la dictadura» y son «propaganda» de su presidente, Nicolás Maduro.
«El ciclo de cine programado en la Casa de América por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en España para los días 17, 18 y 24 de marzo ha sido suspendido«, ha informado el consorcio público en un comunicado a través de sus redes sociales.
El ciclo se titulaba Cine y memoria: la voz del pueblo y la lucha por la soberanía y estaba organizado por la Embajada de Venezuela con dos películas concebidas como artefactos propagandísticos de la revolución bolivariana. Operación Orión (2018) y La batalla de los puentes (2020) forman parte del catálogo cinematográfico del chavismo, ya emitidas en los medios públicos venezolanos.
Ni cine, ni memoria ni mucho menos la voz del pueblo. Lo más sorprendente del caso es que los dos filmes no iban a emitirse en alguna sala oscura contratada por la embajada chavista o en alguno de los centros de sus partidos aliados en España. El lugar elegido en esta ocasión era la Casa de América de Madrid, dentro de «una serie de eventos destinados a promover el intercambio cultural entre Venezuela y España», tal y como aparecía reflejado en el programa del centro cultural cuya inauguración en 1992 coincidió con la celebración de la II Cumbre Iberoamericana en Madrid. Una institución pública en cuyo Consejo Rector está el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital.
Comités de familiares de presos políticos, asociaciones de migrantes y activistas han lanzado su grito al cielo ante lo que consideran un intento de blanqueamiento del presidente de facto, Nicolás Maduro, coronado por la fuerza y de forma ilegal en enero tras el mayor fraude electoral de la Historia de América Latina y tras la represión salvaje acometida por las fuerzas chavistas.
La indignación de los venezolanos, que han convocado plantones en la Plaza de Cibeles, ha forzado la «protesta enérgica» del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, que forman parte del consorcio público a cargo de la Casa de América, junto al Ministerio de Exteriores.
«La emisión de los dos largometrajes supone un intento perverso de blanquear y enaltecer el régimen chavista que, como sabes, atenta diariamente contra los derechos humanos en Venezuela», destacó Mariano de Paco, consejero de Cultura, en la misiva enviada a León de la Torre, director general de la Casa de América.
Para De Paco, este ciclo incumplía «las normas básicas de cualquier institución democrática».
La vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, se sumó al repudio institucional además de instar a la Casa de América a que reconsiderara esta programación para que no se convierta en «un altavoz del autoritarismo».
La batalla de los puentes y Operación Orión ni siquiera alcanzan la categoría de bodrio cinematográfico. En el primero, se tergiversan los hechos sucedidos el 23 de febrero de 2019, durante el desafío del presidente encargado, Juan Guaidó, a la revolución. Aquel día las fuerzas chavistas impidieron por la fuerza el paso de ayuda humanitaria en el paso fronterizo entre Colombia y Venezuela, con el que la oposición democrática pretendía forzar la caída de Maduro, quien en enero había asumido de forma ilegal su segundo mandato.
En aquella época Venezuela sufría los peores momentos de la gran crisis socioeconómica, provocada por el fracaso de la revolución. Millones de venezolanos ya habían huido entonces y lo seguirían haciendo hasta que la diáspora alcanzó los nueve millones de emigrantes, la mayor del siglo en el planeta, por encima de sirios, ucranianos y afganos.
La sinopsis que la Casa de América ofrece de Operación Orión es la misma que repite hasta la saciedad el gigantesco aparato de propaganda del chavismo: «Basada en hechos reales, sobre la invasión paramilitar frustrada e intento de magnicidio contra Hugo Chávez en 2004».
Las autoridades chavistas denunciaron un complot internacional tras la captura de medio centenar de colombianos que trabajaban en la finca Daktari, cerca de Caracas. Meses más tarde, Eladio Aponte, magistrado estrella del chavismo, informó al propio Chávez de que los capturados eran campesinos colombianos de la zona de Ocaña que apenas sabían coger un fusil entre sus manos. El comandante supremo le conminó a que condujera las investigaciones de una manera conveniente para el Gobierno, explicó años más tarde Aponte desde el exilio, en lo que denominó como un falso golpe de Estado.
«Es simplemente un intento más del régimen de Nicolás Maduro por lavar su maltrecha imagen internacional, mientras continúa cometiendo crímenes de lesa humanidad y desconociendo la soberanía popular de Venezuela», protestó el opositor Comando Con Venezuela, en otra carta dirigida a la Casa de América.
El director de Casa América, León de la Torre, detalló a Efe que la entidad cede su espacio a una embajada «como se recoge en los estatutos» para emitir cine «que no incita a la ilegalidad». No obstante, se mostró «preocupado» por el malestar generado.
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