<p class=»ue-c-article__paragraph»><a href=»https://www.elmundo.es/espana/santos-cerdan.html»>Santos Cerdán</a> le pidió a <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> que el <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> le pagara los gastos de su defensa, pero el presidente se negó. Fue en la reunión que mantuvieron en <strong>La Moncloa</strong> el 12 de junio, el día en que el <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/06/12/684a7d69e4d4d880378b4573.html»>informe</a> de la <a href=»https://www.elmundo.es/e/uc/uco.html»>Unidad Central Operativa</a> (UCO) de la <a href=»https://www.elmundo.es/e/gu/guardia-civil.html»>Guardia Civil</a> detonó la mayor crisis de la legislatura. Era entonces el todopoderoso secretario de Organización de los socialistas y mano derecha fiel de Sánchez.</p>
El ex número tres le dijo que no tenía «un puto duro» para costearse los abogados, pero el presidente lo repudió. Ahora solicita lo mismo al seguro de responsabilidad civil de su ex partido, que también se lo niega
Santos Cerdán le pidió a Pedro Sánchez que el PSOE le pagara los gastos de su defensa, pero el presidente se negó. Fue en la reunión que mantuvieron en La Moncloa el 12 de junio, el día en que el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detonó la mayor crisis de la legislatura. Era entonces el todopoderoso secretario de Organización de los socialistas y mano derecha fiel de Sánchez.
Así lo confirman a EL MUNDO fuentes de la dirección de Ferraz que estaban presentes en la sede del PSOE cuando Cerdán volvió de La Moncloa para firmar su renuncia a todos sus cargos orgánicos y parlamentarios, escribir un comunicado y terminar de recoger sus cosas. El dirigente navarro le dijo a su equipo de confianza: «Le he dicho [a Sánchez] que yo lo dejo todo y no soy como Ábalos, y lo único que le he pedido es ayuda para los gastos de defensa, porque no tengo un puto duro, pero me ha dicho que no».
Es decir, Cerdán le pidió a Sánchez lo mismo que él le había ofrecido a José Luis Ábalos. Como adelantó este diario, el entonces secretario de Organización del PSOE ofreció en secreto al ex ministro que el PSOE le pagase su defensa en el caso Koldo, así como un sueldo en una consultora de la órbita de la formación política, colaboraciones escritas y televisivas y el compromiso de rehabilitarle políticamente en el futuro si finalmente no resultaba condenado. A cambio le exigió la entrega del acta de diputado y un pacto de silencio y no agresión con el Ejecutivo de Pedro Sánchez y con el PSOE.
Eso mismo proponía para sí: ser leal y no tirar de manta alguna a cambio de ayuda para costearse los abogados, pero Pedro Sánchez fue categórico en su negativa. De hecho, el presidente llegó a pensar en dimitir él mismo.
Incluso después del informe de la UCO, Santos Cerdán seguía sosteniendo que «todo es mentira, todo es falso». Así se lo dijo a los suyos en Ferraz, en petit comité. Fuentes socialistas confirman que el ex dirigente navarro les relató cómo le había trasladado al presidente del Gobierno que era «un montaje».
Ya en prisión preventiva, Cerdán ha vuelto a la carga: ha solicitado durante los últimos días al seguro de responsabilidad civil del PSOE que se haga cargo de su defensa. Según ha podido saber este diario, la petición la ha cursado a través de sus letrados, a los que la aseguradora ha contestado que no se hace cargo de los gastos de defensa arguyendo que ya no forma parte del partido. Fuentes próximas al ex secretario de Organización socialista sostienen que ha encajado con contrariedad esta respuesta y que considera que la dirección del partido «se la está cogiendo con papel de fumar». No obstante, entiende que Sánchez tenga que tener una posición institucional en la que se desmarque de él en estos momentos.
Llegados a este punto está siendo la familia de Cerdán la que está costeando su defensa. Por el momento, el ex dirigente socialista ha efectuado un primer pago a sus letrados que ronda los 10.000 euros procedentes de una cuenta de su mujer en la que custodiaba una indemnización de 50.000 euros por un accidente laboral.
Este diario ha reconstruido con diversas fuentes socialistas lo que pasó esos dos días desde que Cerdán habló con Sánchez para contarle que todo era «un montaje» hasta que, 24 horas después, el presidente lo dejó caer con la más «profunda» y mayor «decepción» de su vida política. «El PSOE y yo no debimos confiar en él», dijo en una rueda de prensa en Ferraz. El que sigue es el relato de una caída estrepitosa, veloz y fulminante.
La noche del miércoles 11 de junio comenzaron a salir informaciones sobre el número tres del PSOE. Se confirma que la Guardia Civil ha entregado al Tribunal Supremo grabaciones de Santos Cerdán que lo sitúan al borde de la imputación. El secretario de Organización socialista y todopoderoso escudero de Sánchez habló con los pretorianos de su equipo y les asegura que «no hay nada de eso». Que todo es «mentira». «Os lo prometo». Y se lo prometió por su vida: «Me moriría» si fuera verdad.
Ese mismo día, por la mañana, Cerdán comentó con su secretario general otras informaciones que apuntaban a la publicación inminente de un informe sobre su participación en la trama Koldo, pero sin detallar con qué grado de implicación. El presidente del Gobierno lo apoyó a pies juntillas. Varios ministros pusieron la mano en el fuego por él, entre ellos la vicepresidenta María Jesús Montero. «¿Dónde está el informe?», repetían entonces en el PSOE.
Fue tal el cierre de filas que incluso por la noche, cuando ya se conoció la existencia de las grabaciones, el PSOE emitió un comunicado categórico en el que se aseguraba que «Cerdán no ha participado, mucho menos influido, en adjudicaciones de obra pública. Jamás ha cobrado una comisión por ello». Y se añadía que «cuando se conozca la totalidad del informe, Santos Cerdán dará todas las explicaciones necesarias para que de una vez por todas su nombre y honorabilidad dejen de verse mezclados a diario con casos que nada tienen que ver con su persona».
Apenas 14 horas después de ese comunicado, en la mañana del jueves 12 de junio, Cerdán recibió el demoledor informe en el que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no sólo lo implicaba en el caso, sino que lo situaba en la cúspide, como el presunto jefe de la trama. Pedro Sánchez también lo leyó entonces, a bocajarro y estupefacto. No daba crédito. De inmediato, llegó a la conclusión, junto a sus asesores principales, de que debía cesar a su mano derecha con «toda la contundencia». Llamó a Cerdán y lo citó en La Moncloa «en cuanto acabe el Pleno».
Cerdán leyó el documento de 490 páginas en su escaño, a la vista de los periodistas que ocupaban la tribuna justo encima de él. Tras el pleno, cariacontecido, se dirigió a la sede del PSOE, antes de reunirse con el jefe del Ejecutivo. Fue a comenzar a recoger sus cosas. Sólo había entonces una docena de personas. Les dijo: «Voy a dimitir de todos mis cargos, yo no soy como Ábalos y no me voy a aferrar al escaño». Pero les insistió en que, a pesar de la claridad meridiana e incontrovertible de los audios, «todo es un montaje, todo es falso».
De Ferraz se fue al Palacio de La Moncloa. Allí lo esperaba Sánchez. Y entonces, su amigo y jefe, con la mano achicharrada de tanto haberla puesto en el fuego por él, lo repudió dura y definitivamente.
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