<p>»¡Deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón!». La frase la pronunció supuestamente <strong>Diego Montaña</strong> y fue el origen de una agresión homófoba que hace tres años, en la madrugada del 3 de julio de 2021, derivó en el crimen de <a href=»https://www.elmundo.es/espana/samuel-luiz.html»>Samuel Luiz</a>, un auxiliar de enfermería de 24 años. El asesinato empieza a juzgarse esta semana en <strong>A Coruña</strong> con cinco acusados en el banquillo y dos menores ya condenados por los hechos.</p>
El asesinato del joven empieza a juzgarse este martes en A Coruña con cinco personas en el banquillo y dos menores ya condenados por los hechos
«¡Deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón!». La frase la pronunció supuestamente Diego Montaña y fue el origen de una agresión homófoba que hace tres años, en la madrugada del 3 de julio de 2021, derivó en el crimen de Samuel Luiz, un auxiliar de enfermería de 24 años. El asesinato empieza a juzgarse esta semana en A Coruña con cinco acusados en el banquillo y dos menores ya condenados por los hechos.
Este crimen conmocionó a toda España y dio lugar a manifestaciones en distintas ciudades, convertido en símbolo contra los ataques homófobos. Tres años después, un jurado deberá determinar si hubo homofobia o no.
La Fiscalía sostiene que la reacción de uno de sus atacantes fue más violenta por su homosexualidad y que dos de los acusados deben ser condenados por asesinato con alevosía y ensañamiento con la agravante de discriminación en relación a la orientación sexual de la víctima. Se trata de Diego Montaña, autor de esa frase, y de su pareja, Catherine Silva –Kathy-. Para ellos, la fiscal pide 25 años de prisión.
Según la acusación de la sección de Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalía de A Coruña, «por las palabras, gestos, forma de vestir, tono de voz y apariencia física de Samuel, Diego interpretó que era homosexual» y «desencadenó una reacción aún mucho más virulenta en el acusado por la animadversión a la orientación sexual homosexual que le atribuyó».
A su lado estaba Kathy, que no dio ningún golpe a Samuel, pero, según la fiscal, era «plenamente consciente de la profunda animadversión» de Diego hacia la homosexualidad, «la cual compartía plenamente» y «exteriorizó con su comportamiento su voluntad de participar en el ataque». Además, actuó «asegurándose de que nadie ayudase a la víctima y ayudando de forma activa a sus amigos», apartó y empujó a la amiga que lo acompañaba, haciéndola caer al suelo para asegurarse de que no le auxiliase y diciéndole: «¡Apártate que tú no pintas nada!».
Ese carácter homófobo lo ve también la magistrada presidenta del tribunal, que, en su auto de hechos justiciables, plantea 87 cuestiones a las que los miembros del jurado deberán dar respuesta y otras siete sobre el grado de ejecución del delito y la participación de los cinco acusados y, entre ellas, detalla que el jurado deberá determinar si esos dos acusados ejecutaron los hechos relatados «por causa de su animadversión hacia la orientación sexual homosexual que le atribuyeron a la víctima».
Ese carácter homófobo no se aplicaría a los otros tres acusados, Alejandro Freire –Yumba-, Kaio Amaral y Alejandro Miguez, tan solo acusados de asesinato con alevosía y ensañamiento por el que la Fiscalía pide que sean condenados a 22 años. Kaio Amaral se enfrenta a otros cinco años, de modo que la condena final sería de 27, por un delito de robo con violencia, por llevarse el móvil de la víctima tras la agresión.
El juicio comenzará este martes 15 de octubre con la selección de los miembros del jurado y se prolongará durante un mes en la antigua Fábrica de Tabacos de A Coruña. El miércoles 16 comenzarán las cuestiones previas y el primer momento clave llegará el jueves 16, cuando presten declaración dos de los tres acusados. Los otros tres lo harán al final, tras el resto de pruebas testificales y documentales, el 14 de noviembre.
También los dos menores ya juzgados por estos hechos comparecerán ante la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña. Fueron condenados, tras un acuerdo de conformidad entre las partes, como autores de un delito de asesinato, a tres años y medio de internamiento en régimen cerrado en un centro de menores y a tres años de libertad vigilada una vez salgan. En la actualidad ya son mayores de edad y declararán como testigos el 24 de octubre.
La paliza mortal a Samuel ocurrió entre las 2.58 horas y las 3.04 de la madrugada del 3 de julio de 2021 en el paseo marítimo coruñés. Samuel recibió «continuos y brutales» golpes en la cabeza, patadas y puñetazos por todo el cuerpo incluso cuando ya estaba tirado en el suelo, totalmente indefenso y desvalido, por los que falleció cuatro horas después en el hospital. La fiscal habla de «una crueldad y deshumanización extremas».
Horas antes, el fallecido y los acusados habían coincidido en un pub de A Coruña, si bien no se conocían ni habían tenido contacto previo. A la salida de esa local, sobre las 02.57.18 horas, Samuel y su amiga Lina se sentaron en la bancada del paseo marítimo coruñés e hicieron una videollamada a una amiga. Estaban hablando cuando llegaron Diego y Kathy y le recriminaron de forma agresiva «Deja de grabarnos». Cuando Samuel explicó que estaban en una videollamada, Diego interpretó que era homosexual y supuestamente comenzó el ataque.
Según el fiscal, «de forma sorpresiva y repentina», Diego se abalanzó sobre él, golpeándolo con puñetazos y patadas, principalmente en la zona de la cabeza y cara. El acusado Alejandro «se sumó a dicha acción de forma inmediata» y ambos derribaron a la víctima, llegando Alejandro a atacarle por la espalda, rodeándole con fuerza el cuello con su brazo empleando la técnica del ‘mataleón’.
En cuestión de segundos, se sumó un numeroso grupo de personas, amigos y conocidos de los primeros implicados, entre ellos, los dos menores ya condenados y los acusados Kaio y Alejandro, que se unieron al grupo «con el único propósito de golpear a Samuel con el fin de privarle la vida». Todos contribuyeron al fatal desenlace.
En un momento dado, «y a duras penas», logró incorporarse y, aturdido y desorientado, intentó irse, pero siguieron golpeándolo hasta que intervinieron dos ciudadanos senegales, Ibrahima Diack y Magatte N’Diaye, y lograron huir. Los agresores aún les persiguieron y atacaron 150 metros, en los que Diego le gritó: «Te voy a apuñalar, vas a morir». Tan solo pararon cuando lo vieron «inmóvil en el suelo».
En ese momento, Kaio le robó el móvil a Samuel, todos se dispersaron por diversas calles y Diego volvió a demostrar los tintes homófobos de su agresión diciéndole a terceras personas: «¿Quién le mandó al puto maricón meterse en eso, si era un puto maricón?».
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