<p>El <strong>Salón de Plenos</strong> del <a href=»https://www.elmundo.es/espana/alvaro-garcia-ortiz.html»>Tribunal Supremo</a> acoge el próximo viernes la apertura del Año Judicial, ceremonia solemne presidida por el Rey <a href=»https://www.elmundo.es/e/fe/felipe-vi.html»>Felipe VI</a> y que supone el inicio formal de las actividades del nuevo curso en los tribunales. Este año, todas las miradas estarán dirigidas hacia el fiscal general del Estado, <a href=»https://www.elmundo.es/espana/alvaro-garcia-ortiz.html»>Álvaro García Ortiz</a>.</p>
La situación genera gran incomodidad dentro del Alto Tribunal, donde distintas fuentes califican de «escandalosa» la presencia del fiscal general junto al Rey, la presidenta del Supremo y la Sala de Gobierno
El Salón de Plenos del Tribunal Supremo acoge el próximo viernes la apertura del Año Judicial, ceremonia solemne presidida por el Rey Felipe VI y que supone el inicio formal de las actividades del nuevo curso en los tribunales. Este año, todas las miradas estarán dirigidas hacia el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
El máximo representante del Ministerio Público se encuentra procesado por un delito de revelación de datos por la filtración de datos tributarios reservados del novio de Isabel Díaz Ayuso, el empresario Alberto González Amador. La situación es «insólita» y genera malestar y gran incomodidad dentro del Alto Tribunal donde distintas fuentes consultadas por EL MUNDO califican como «escandalosa» su presencia junto al Rey, la presidenta del Supremo, Isabel Perelló, y la Sala de Gobierno del tribunal, en la citada condición procesal.
La Ley Orgánica del Poder Judicial establece que el inicio del año judicial se celebrará un acto solemne en el Tribunal Supremo en el que se presentará la Memoria anual sobre el estado, funcionamiento y actividades de los Juzgados y Tribunales de Justicia por parte del presidente del TS y el CGPJ y donde «el fiscal general del Estado leerá también en este acto la Memoria anual sobre su actividad, la evolución de la criminalidad, la prevención del delito y las reformas convenientes para una mayor eficacia de la Justicia». En consecuencia, García Ortiz tiene previsto intervenir en la ceremonia pronunciando un discurso donde dará cuenta, ante el Rey, de la Memoria del Ministerio Fiscal correspondiente al año 2024.
Sus palabras llegarán después de que el pasado 29 de julio, la Sala de lo Penal confirmase su procesamiento por la filtración sobre la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Esa decisión es firme y se traduce en que, por primera vez en la historia de nuestro país, el fiscal general del Estado tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados.
«Por dignidad institucional ya debería haberse ido»
Por deferencia con el jefe del Estado y la presidenta del Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, el instructor de la causa, Ángel Hurtado, no prevé dictar el auto de apertura de juicio oral hasta que se celebre el acto solemne de inicio del Año Judicial. Fuentes jurídicas indican además que, previamente, Hurtado tendrá que pedir a las acusaciones populares y particular -ejercida por la defensa de González Amador- que reformulen sus escritos de acusación ya que la Sala de Apelación archivó la causa para la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, por lo que ese trámite es preceptivo.
Distintas fuentes del Supremo califican de «disparate» que el fiscal general haya decidido aferrarse al cargo y someter a la institución, en particular, y al sistema democrático, en general, a semejante desgaste. «Por dignidad institucional debería haberse ido»; «es impresentable que continúe en el cargo y vaya a acudir a la apertura del Año Judicial a hablar de la legalidad estando procesado»; o «independientemente de que vaya a ser condenado o absuelto, por responsabilidad institucional debería haber dimitido y ahorrarnos a todos el trago del próximo viernes», son algunos de los comentarios de magistrados del Alto Tribunal que se encuentran atónitos con la escena que se vivirá en los próximos días en el Salón de Plenos del antiguo Convento de las Salesas.
La situación es «insólita» y provoca malestar en la carrera judicial
Por su parte, fuentes próximas a García Ortiz indican que la confirmación del procesamiento por parte de la Sala de Apelaciones del Supremo -que le pilló por sorpresa en una reunión del Consejo de Estado donde se abordaba la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para dejar la instrucción en manos de los fiscales- supuso un varapalo, ya que el fiscal general confiaba en que los magistrados estimaran su recurso de apelación.
Pese al desánimo y la preocupación que supuso para el fiscal general el auto confirmando que se sentará en el banquillo de los acusados, el voto particular formulado por el magistrado progresista Andrés Palomo ha sido un balón de oxígeno para su defensa. Es de todo punto inusual que en una causa de un aforado y, a la hora de resolver los recursos contra un auto de transformación de las diligencias previas en procedimiento abreviado, uno de los jueces opte por formular un voto discrepante. No se recuerda en el Supremo otra decisión así.
Por su parte, el voto de Palomo -y la controversia jurídica que refleja en torno a su imputación- ha dado esperanzas a García Ortiz para pensar que, pese al aluvión de indicios en su contra, podrá resultar absuelto por los siete magistrados que le juzgarán en otoño; probablemente durante el próximo mes de noviembre.
Hasta el momento, y pese a los altibajos emocionales que ha sufrido el fiscal general en el último año, el Gobierno en pleno ha repetido una y otra vez que mantiene su apoyo a García Ortiz. Sin ir muy lejos, la semana pasada el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, aseguró que el fiscal general «está en plenitud de sus facultades» para asistir a la apertura del Año Judicial. «Es muy conocida la posición que tiene nuestro Gobierno de apoyo al fiscal general del Estado, a la magnífica labor que está llevando en la persecución del delito y en contar la verdad», subrayó.
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