<p>La era de los <i>gastos superfluos</i> viene marcada por las tendencias en redes sociales. Las últimas en desatar la fiebre consumista de los más jóvenes y desbordar los mercados han sido unas figuritas adhesivas a cualquier superficie (como móviles y ordenadores): los<strong> Sonny Angels</strong> en su versión <strong>Hippers.</strong></p>
El efecto de las redes sociales consolida la compra de productos coleccionables, que los jóvenes están dispuestos a adquirir a pesar de sus precios
La era de los gastos superfluos viene marcada por las tendencias en redes sociales. Las últimas en desatar la fiebre consumista de los más jóvenes y desbordar los mercados han sido unas figuritas adhesivas a cualquier superficie (como móviles y ordenadores): los Sonny Angels en su versión Hippers.
Originales de Japón (fueron lanzados en el país en 2004), además de su aspecto llamativo tienen una particular forma de compra: las figuras vienen envueltas, lo que las convierte en una incógnita para su comprador, que no sabe cuál adquiere hasta que las abre. Y este riesgo tiene un precio llamativo para unas figuras que miden entre 7 y 8 centímetros, y que esencialmente son bebés de aspecto angelical con accesorios en su cabeza: para su versión original, el precio medio es de unos 13,5 euros, aunque en plataformas de venta como Amazon pueden llegar a encontrarse por 50 euros. Sin embargo, su popularidad ya ha facilitado la aparición de imitaciones más baratas en otras plataformas de compra y bazares donde el precio medio puede rondar los 5 euros.
«Al principio me pareció una tontería monumental», relata Elena (23 años), quien se vio empujada a comprar dichas figuritas tras experimentar su constante presencia en TikTok y en el contenido de las cuentas de influencers y famosos que seguía. «Se expandieron como una plaga. Todos los vídeos que veía eran gente abriendo Sonny Angels: literalmente todos», cuenta.
A base de ver este tipo de contenidos en TikTok, también Ana (24 años, @vainillaomatcha en TikTok), inició una colección que ahora cuenta con 18 figuras originales de Sonny Angels (y espera la llegada de 15 unidades más): «Me he gastado más de 400 euros en ellos, lo que es demasiado dinero, claro». Sobre la tendencia, opina que «le puede gustar a todo el mundo, quizás por la nostalgia de cuando éramos pequeños. Sientes la misma felicidad cuando abres uno y te toca el que quieres, que cuando completabas una colección de cromos, por ejemplo».
Una situación que ya no sorprende. Las plataformas de contenido digital se han convertido en escaparates para muchos productos, dada su rápida visualización y facilidad para compartir, además de contar la atención del público joven y sus hábitos de nativos digitales. De hecho, los propios usuarios de TikTok son conscientes de la situación y le ponen nombre: #TikTokMadeMeBuyIt («TikTokMehizoComprarlo»), una etiqueta que se incluye en los vídeos que enseñan productos comprados a raíz de recomendaciones de la plataforma.
«Creo que fue un efecto llamada o contagio, porque no paraba de verlo en TikTok», continúa Elena. «No paras de ver una cosa en todos lados, y sin quererlo sientes una necesidad repentina de tener uno, cueste lo que cueste. Quieres ser uno más y sentirte parte de esa fiebre, es adictivo. Además, son monísimos». En su caso, hasta ahora se ha gastado 40 euros en dos muñecos. «Hasta ahora», claro, porque tal y como explica, «son como una droga, siempre quieres más«. En su caso, detalla, cree que parte del atractivo puede ser «el hecho de abrirlos sin saber qué te va a tocar y que, realmente, son una monada».
La plataforma de compra digital Idealo revela en su encuesta Cómo compran los jóvenes de la Gen Z en España que los nacidos entre 1995 y principios de los 2000 se inspiran mayoritariamente en las redes sociales para orientar su consumo: «El 98% de la Gen Z utiliza YouTube como plataforma principal, seguida de Instagram (97%),TikTok (84%) y Twitch (72%), cada semana», frente a medios más tradicionales como la televisión o la radio.
La alta demanda de Sonny Angels ha obligado a las pocas tiendas físicas autorizadas por el distribuidor a organizar sus ventas. Es el caso, por ejemplo, de la tienda Hola Caracola, de Madrid, que asegura que «cuando vienen reposiciones, duran una jornada». La demanda es tal que deben anunciar en otra red social, Instagram, la hora a la que van a vender sus Sonny Angels, «y antes de la hora ya hay gente esperando en la puerta».
«No hay suficientes para abastecer la demanda, ni en España ni en el resto del mundo», explican desde otra de las tiendas oficiales, Alva For Kids. «Las tiendas oficiales recibimos mercancía cuando llega a Europa desde Japón, y el distribuidor en Europa hace el reparto entre todas las tiendas de Francia, España, Italia, Reino Unido y Portugal». En su caso, tienen un canal de difusión en WhatsApp «con unos 1000 miembros» a los que informan de la llegada del producto y del día que se ponen a la venta. En la mayoría de las ocasiones se agotan en pocas horas.
«Cuando fui a comprarlos, la dueña de la tienda había impuesto que solo se vendería uno a cada cliente, porque si no, se quedaban sin existencias ese mismo día», explica Elena. «Me contaron que la gente compraba cinco o seis, y que era increíble», concluye. De todos modos, ella no había coleccionado figuras antes, explica, sino que en su caso «esta fiebre es completamente nueva«.
No es el caso de Ángela (24 años), para quien los Sonny Angels han sido su última incorporación, porque ya contaba con otras colecciones previas: los muñecos Sylvannian y los Funkos, de los cuales ha llegado a coleccionar más de 60. «Me habré gastado 200 euros en solo Funkos«, reconoce. «Los descubrí por Instagram hace años. Soy una friki de Disney, Marvel, Harry Potter y varias series, y es que Funko hace muchísimas ediciones». El precio medio de estas figuras de colección ronda los 16 euros, aunque en ocasiones también pueden comprarse a un precio más rebajado, así como todo lo contrario: las ediciones especiales o limitadas pueden alcanzar los 60 euros. «Me gusta comprar Funkos porque hacen de muchísimos tipos diferentes, y a mí siempre me ha gustado coleccionar cosas y adornar mi cuarto. Me encanta tener figuras de mis personajes favoritos en mi cuarto», concluye.
Ángela Hilario Actualidad Económica