<p class=»ue-c-article__paragraph»>En 2022, la ley española abrió la veda a los fondos de capital riesgo, o <i>private equity</i>, para captar al pequeño ahorrador nacional. El ajuste quedó recogido en la conocida como<strong> Ley Crea y Crece</strong>, que rebajó el mínimo de inversión inicial en este tipo de productos de los 100.000 a los 10.000 euros, siempre que estos inversores no profesionales accedieran a estos activos tras ser asesorados por una entidad autorizada. A día de hoy, la realidad es que los inversores minoristas españoles, sobre todo los más jóvenes, aún se resisten a los encantos del<i> private equity</i>.</p>
Hace ya dos años que los fondos de ‘private equity’ se abrieron en España al inversor minoritario, pero su éxito ha sido limitado por su iliquidez y una deficiente digitalización
En 2022, la ley española abrió la veda a los fondos de capital riesgo, o private equity, para captar al pequeño ahorrador nacional. El ajuste quedó recogido en la conocida como Ley Crea y Crece, que rebajó el mínimo de inversión inicial en este tipo de productos de los 100.000 a los 10.000 euros, siempre que estos inversores no profesionales accedieran a estos activos tras ser asesorados por una entidad autorizada. A día de hoy, la realidad es qu
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