<p>Acaso la Inteligencia Artificial (IA) deje sin trabajo a los creadores y trabajadores… pero no parece que vaya a poder con los intermediarios, conseguidores, y demás personajes que viven, esencialmente, de cobrar peaje. Tan lúgubre reflexión procede del caso de <strong>Tilly Norwood, </strong>una actriz creada por la empresa de IA británica<strong> Particle6</strong> que ya ha recibido ofertas de agentes de Hollywood para representarla y tratar de conseguirle papeles en películas. Así pues, Particle6 tendrá mucha tecnología. Pero no puede alcanzar el éxito sin intermediarios de carne y hueso para lograr papeles. La compra del estudio<strong> Paramount </strong>por<strong> Skydance </strong>-tras la que está el gigante del software <strong>Oracle</strong>- puede abrir, además, las puertas de Hollywood a<strong> Norwood </strong>y a otras estrellas virtuales. Como ha declarado <strong>Emily Blunt</strong> con un mensaje claramente conceptista que resume el sentimiento general del estrellato femenino hollywoodiense, «estamos jodidos».</p>
Análisis de las tendencias mundiales que, tarde o temprano, afectarán a su bolsillo
Acaso la Inteligencia Artificial (IA) deje sin trabajo a los creadores y trabajadores… pero no parece que vaya a poder con los intermediarios, conseguidores, y demás personajes que viven, esencialmente, de cobrar peaje. Tan lúgubre reflexión procede del caso de Tilly Norwood, una actriz creada por la empresa de IA británica Particle6 que ya ha recibido ofertas de agentes de Hollywood para representarla y tratar de conseguirle papeles en películas. Así pues, Particle6 tendrá mucha tecnología. Pero no puede alcanzar el éxito sin intermediarios de carne y hueso para lograr papeles. La compra del estudio Paramount por Skydance -tras la que está el gigante del software Oracle– puede abrir, además, las puertas de Hollywood a Norwood y a otras estrellas virtuales. Como ha declarado Emily Blunt con un mensaje claramente conceptista que resume el sentimiento general del estrellato femenino hollywoodiense, «estamos jodidos».
Tras cinco años de drama, Washington ha obligado a ByteDance a vender su red social TikTok en EEUU. Pero lo ha hecho de una manera generosa para la compañía china que, dicho sea de paso, acaba de superar a Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) como la red social más grande del mundo por facturación. Con el acuerdo, ByteDance cobrará a la nueva TikTok estadounidense por dejarle usar su algoritmo y participará en la gestión de la publicidad de la plataforma, en la que, además, retendrá el 20% del capital. Así, ByteDance podrá obtener el 50% de los ingresos de la futura TikTok USA y mantener el know how tecnológico de la plataforma, mientras avanza en inteligencia artificial, donde es una de las pocas compañías chinas capaces de competir con las de EEUU. El mayor perjudicado es el aliado de Trump Jeff Yass, que corre el riesgo de perder 5.000 de los 20.000 millones de dólares que tiene en ByteDance International, la hasta ahora dueña de TikTok.
La próxima demanda de los nacionalistas al Gobierno ¿será que haga que ChatGPT mejore su catalán y su euskera? La cosa va en serio, porque la IA es una amenaza para los idiomas con pocos hablantes. En palabras del propio ChatGPT, «los grandes modelos de IA de lenguaje (como yo) necesitamos enormes cantidades de palabras y textos. El inglés, el español, el chino, etcétera, dominan en Internet. Si tu idioma tiene pocos recursos digitales, la IA sabe poco de ellos y puede reproducir errores, estereotipos o, simplemente, ignorarlos». La organización sin ánimo de lucro Common Crawl, que analiza datos en Internet, estima que siete idiomas que son la lengua materna de 250 millones de personas en África y Asia apenas suponen el 0,03% de los contenidos en Internet, pese a que entre ellos están el pashto (que hablan 50 millones de personas incluyendo a los talibán) y o el hausa (la lengua vehicular en parte de África Occidental, con 90 millones de hablantes).
La venta, esta semana, del gigante californiano de los videojuegos Electronic Arts (EA) por 55.000 millones de dólares (47.000 millones de euros) es un resumen de por dónde va la economía del siglo XXI. En primer lugar, porque los videojuegos mueven tres veces el dinero del cine y el vídeo, así que estamos hablando de un sector con un poder cultural y social inmenso gracias a juegos como Los Sims, Apex Legends, y EA Sports FC (el antiguo FIFA). El dueño de EA va a ser PIF, un fondo estatal de una monarquía absoluta que tiene una religión oficial (el Islam), y al que en España conocemos bien desde su entrada en Telefónica en 2023. Y, finalmente, la venta fue negociada entre élites políticas, porque el muñidor de la operación entre EA y PIF fue Jared Kushner, el yerno de Donald Trump, que se hizo amigo del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman (MBS) durante el primer mandato del presidente, cuando fue asesor de este en la Casa Blanca.
Para que convenza a Hamas de que acepte el plan de paz para Gaza, Trump ha ofrecido a Qatar un acuerdo de defensa mutua que en la práctica le da a ese país árabe las mismas garantías de seguridad que existen entre los socios de la OTAN (en este caso, que un ataque a Qatar sería un ataque a EEUU). Pero si la paz prospera, hará falta, además de buena voluntad política, dinero en cantidades fantásticas. A principios de año, una serie de estimaciones del Banco Mundial, la ONU y diversos países árabes coincidían en que la reconstrucción de Gaza costaría unos 44.000 millones de euros a lo largo de diez años. Desde entonces, la guerra ha seguido, y en agosto el diario israelí Jerusalem Post, citando a fuentes de Naciones Unidas, elevaba la cifra a 68.000 millones. Aunque Gaza ocupa solo la mitad del espacio del municipio de Madrid y tiene la población de la provincia de Sevilla, está totalmente pulverizada, y va a haber que rehacerla desde cero.
Si preguntamos ¿hay suficiente agua en el mundo para cubrir las necesidades humanas?, la respuesta será «en teoría sí, pero el agua no siempre está donde debería». Ahora bien, si la pregunta es ¿hay suficiente agua mineral en el mundo?, la respuesta será una carcajada. Pero la verdad es que eso no está claro. Francia se ha visto sacudida en los últimos años por una serie de escándalos de líderes del sector -entre ellos Nestlé y Alma-, que han sido acusados de filtrar y desinfectar sus aguas con productos y técnicas prohibidas para disimular la contami-nación vinculada a sequías, polución e infraestructuras envejecidas. Algunas marcas han llegado a mezclar agua del grifo con agua de manantial. Y es que el aumento de la demanda de agua mineral, derivada de su imagen de producto ‘sano’, supera al de la oferta. Los 480.000 millones de litros que se serán consumidos este año se transfor-marán en 500.000 millones en 2030. No hay manantial para tantas botellas.
Actualidad Económica