<p>Cuatro días después de que el <a href=»https://www.elmundo.es/economia/empresas/2025/06/24/685a92cbe85ece5e6a8b4596.html» target=»_blank»>Gobierno dictase su opinión</a>, el silencio de BBVA sigue marcando el compás de espera en la OPA sobre Banco Sabadell. Nada se sabe por ahora de los planes de <strong>Carlos Torres</strong> con la operación, salvo que en la entidad están sopesando todos los escenarios, también la retirada. Son muchos los factores que están en juego, incluida la reputación del propio banco, y son muchas también las incógnitas que pueden acabar decidiendo el desenlace de una operación histórica en el sector financiero español. </p>
Son muchos los factores que están en juego, incluida la reputación del propio banco, y son muchas también las incógnitas que pueden acabar decidiendo el desenlace de una operación histórica en el sector financiero español
Cuatro días después de que el Gobierno dictase su opinión, el silencio de BBVA sigue marcando el compás de espera en la OPA sobre Banco Sabadell. Nada se sabe por ahora de los planes de Carlos Torres con la operación, salvo que en la entidad están sopesando todos los escenarios, también la retirada. Son muchos los factores que están en juego, incluida la reputación del propio banco, y son muchas también las incógnitas que pueden acabar decidiendo el desenlace de una operación histórica en el sector financiero español.
Empezando por la venta de TSB, la filial británica adquirida por el Sabadell en el año 2015. Por más que los directivos del banco habían negado una y otra vez en los últimos trimestres que su venta estuviese sobre la mesa, ahora se ha desvelado como otro de los ases que Josep Oliu y su equipo guardaban bajo la manga para defenderse de la ofensiva de BBVA. Un giro de guion que también ha descolocado en La Vela. Ayer terminó el plazo que se había dado el grupo vallesano para recibir ofertas vinculantes por su brazo en Reino Unido y en los próximos días tendrá que dirimir si alguna de ella le convence para una transacción. Entre los candidatos, algunos gigantes como Santander o Barclays, según medios británicos. La decisión llegará antes del día 24 de julio, tal y como avanzó el consejero delegado, César González-Bueno, hace unos días en Santander. Si Sabadell acaba aceptando alguna de las propuestas, la cantidad recibida le permitirá aumentar la promesa de retribución a sus accionistas, algo con lo que aspiran a desincentivar que acudan al canje propuesto por BBVA, si BBVA continúa adelante con su oferta.
Otra de las carpetas que BBVA tendrá que estudiar estos días es si opta por plantar batalla judicial al Gobierno tras su decisión de vetar la fusión durante los próximos tres años (o cinco, de prorrogarse las condiciones).
En este sentido, BBVA podrá recurrir al Tribunal Supremo el dictamen del Consejo de Ministros. El banco puede presentar un recurso contencioso administrativo en el Supremo, que es el órgano competente en este caso, y para ello cuenta con un plazo de dos meses (sin contar agosto). El recurso, que se sustancia en una demanda, debe especificar los motivos de impugnación y las razones del recurrente. La resolución final podría retrasarse hasta dos años, lo cual implicaría que, de seguir adelante con la oferta, los accionistas de Banco Sabadell tendrían que tomar una decisión sin conocer el veredicto final de la justicia.
Sin salir del ámbito judicial, otra cuestión es la advertencia que Bruselas ha hecho al Gobierno español por su intervención en la OPA. La Comisión Europea activó el procedimiento llamado EU Pilot para solicitar más información a España sobre la situación de la adquisición y ha sido beligerante tras conocer la resolución del Consejo de Ministros. Tanto, que ha advertido al gabinete de Pedro Sánchez de que no dudará en usar su «poder» y sus «competencias» para «eliminar cualquier restricción injustificada al mercado único impuesta por los Estados miembros». El Ejecutivo, por su parte, ha intentado protegerse asegurando que su intervención es «proporcionada» y ajustada a los principios de interés general que exige la normativa española. «El ángulo legal lo tenemos cubierto desde el principio. Lo primero que hicimos fue un análisis legal interno sobre el terreno de juego y las posibilidades de actuación que tenía el Consejo de Ministros. No estamos impidiendo la operación, damos paso a la siguiente etapa, donde le corresponde hablar, si BBVA decide seguir adelante, a los accionistas de Sabadell», dijo el ministro Carlos Cuerpo hace unos días en Santander.
Es otro de los grandes interrogantes en estos momentos. BBVA planteó en su propuesta inicial unas sinergias de 850 millones de euros que ahora tendrá que recalcular para contemplar las exigencias del Consejo de Ministros. Si bien muchos analistas ya estimaban esas cifras como algo ajustadas, ahora podrían quedar en papel mojado atendiendo a las condiciones que ha impuesto Moncloa. La prohibición de despedir o cerrar oficinas por motivos de la OPA prácticamente volatiliza buena parte de los ahorros planteados por el equipo de Torres (por ejemplo, 300 millones en empleo), sin embargo, la clave está en la integración de las plataformas tecnológicas. Para BBVA, este punto supone el grueso de las sinergias, con hasta 450 millones en juego, sin embargo, el Gobierno no ha aclarado si dicha integración se podría llevar a cabo y eso introduce más incertidumbre en los cálculos. En el escenario de que pudiese, Banco Sabadell asegura que «achatarrar» su estructura tecnológica tendría un coste de 900 millones de euros, algo que de nuevo pondría en cuestión la rentabilidad de la operación para el banco de origen vasco.
Actualidad Económica