<p class=»ue-c-article__paragraph»>El buen hacer con las formas y los volúmenes y su destreza con el uso de la aguja situaron a <strong>Cristóbal Balenciaga</strong> entre los referentes de la moda femenina ya en los años 40. Patrones de tejido enmarcados, pliegues, lazos y siluetas Cocoon que alargan la espalda como construcciones arquitectónicas forman parte de su impronta. En Getaria (Guipúzcoa), la localidad natal del modisto, exhiben hasta el 11 de enero de 2026 un conjunto de creaciones de la maison que fundó en el museo dedicado a su legado. La exposición <i>Las Sutilezas de un Diálogo, </i>la primera colaboración museística con la firma Balenciaga, propone una conversación fluida entre el pasado y el presente en el diseño para contemplar la excelencia técnica y la riqueza creativa de la casa de moda que fundó en París.</p>
En el Museo Balenciaga de Getaria, las creaciones del modisto se alternan en un mismo espacio con las de Demna, el hasta ahora director artístico de la casa de moda.
El buen hacer con las formas y los volúmenes y su destreza con el uso de la aguja situaron a Cristóbal Balenciaga entre los referentes de la moda femenina ya en los años 40. Patrones de tejido enmarcados, pliegues, lazos y siluetas Cocoon que alargan la espalda como construcciones arquitectónicas forman parte de su impronta. En Getaria (Guipúzcoa), la localidad natal del modisto, exhiben hasta el 11 de enero de 2026 un conjunto de creaciones de la maison que fundó en el museo dedicado a su legado. La exposición Las Sutilezas de un Diálogo, la primera colaboración museística con la firma Balenciaga, propone una conversación fluida entre el pasado y el presente en el diseño para contemplar la excelencia técnica y la riqueza creativa de la casa de moda que fundó en París.
En cita pone en conversación las obras del modisto vasco y de Demna Gvasalia, el hasta ahora director creativo de la marca. Las obras expuestas proceden del extenso archivo de la maison que abarca desde los primeros trabajos de Cristóbal hasta recientes colecciones de prêt-à-porter y alta costura. También hay una obra del propio museo que simboliza la unión institucional.
Concebida como parte de las Jornadas Europeas del Patrimonio, la muestra ya fue presentada en la sede de Kering en París, el grupo francés al que pertenece Gucci y nuevo destino del georgiano Demna. El recorrido permite una lectura minuciosa del lenguaje visual y técnico de la casa Balenciaga. En él, las 31 piezas que componen la muestra, 15 de Cristóbal y 16 de Demna, se presentan en una oscura sala como objetos de arte en una escenografía que aísla los detalles de cada obra. De esta manera, la atención se dirige a un lugar concreto de la prenda, para poder contemplar los diseños magistrales que aportan armonía a la forma, equilibrio al pliegue y pureza a la silueta. Cada detalle se examina como parte de un todo más amplio, evidenciando una construcción y materialidad innovadoras. Un enfoque en lo micro para apreciar mejor lo macro. «Es el caso de algunos de los looks más característicos de la firma en los últimos tiempos, basados en las reinterpretaciones de mangas, cuellos y capuchas, que se exhiben dentro de paramentos con ventanas que focalizan el ojo del visitante en el detalle. Patrones de tejido enmarcados, pliegues, lazos y siluetas Cocoon que alargan la espalda y que enfatizan la complejidad y originalidad de los diseños», señala Gaspard de Massé, director de Patrimonio de Balenciaga.
Con cinco décadas de diferencia, los estilos de los dos diseñadores entablan un diálogo profundo, unas veces evidente y otras más sutil, que la yuxtaposición de las piezas expuestas permite percibir.
La muestra pone el foco en torno a seis temas: el cuello -encuadre para la nuca-, la manga tres cuartos -perfección obsesiva-, la cintura hourglass -como símbolo social-, el color Balenciaga -selección monocromática de piezas en negro- y los diálogos -atemporales-.
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