<p>Nos encontramos ante un crecimiento global moderado y una inflación que, aunque no alcanzó máximos recientes, se mantiene por encima de los objetivos de los bancos centrales. Ante este escenario, nos centramos en empresas resistentes a la incertidumbre y aprovechar las tendencias a largo plazo.</p>
Ejemplos son ASML y ASM International, que desempeñan un papel esencial en la cadena de valor de los semiconductores.
Nos encontramos ante un crecimiento global moderado y una inflación que, aunque no alcanzó máximos recientes, se mantiene por encima de los objetivos de los bancos centrales. Ante este escenario, nos centramos en empresas resistentes a la incertidumbre y aprovechar las tendencias a largo plazo.
Esto se ve agravado por un entorno comercial complejo, con renovadas tensiones en torno a los aranceles, lo que refuerza la necesidad de diversificación y de cadenas de suministro resilientes. Los riesgos geopolíticos -en Europa del Este, Oriente Medio o en las relaciones entre China y Occidente- han aumentado el riesgo, aumentando el valor de los modelos de negocio rentables y sostenibles a lo largo del tiempo, ya que pueden resistir estas presiones.
Nosotros seguimos buscando exposición en sectores europeos que combinen la resiliencia estructural con potencial de crecimiento. Si bien nuestro enfoque es Bottom-up, vemos oportunidades muy interesantes en los sectores tecnológico e industrial.
En el campo de la tecnología, el liderazgo europeo radica en los fabricantes de máquinas que permiten obtener cada vez más potencia de cálculo a partir de chips cada vez más pequeños, así como en los desarrolladores de materiales avanzados que mejoran estos componentes. Ejemplos son las empresas holandesas ASML y ASM International, que desempeñan un papel esencial en la cadena de valor de los semiconductores, que a su vez se beneficia del crecimiento de la inteligencia artificial.
El sector industrial europeo también alberga empresas de gran calidad, con capacidad de generar capital a lo largo del ciclo. Es el caso de compañías especializadas en motores de aviación, como Rolls-Royce y Safran, que obtienen buena parte de sus beneficios del negocio de contratos de mantenimiento.
Asimismo, en sectores como el reaseguro encontramos empresas sólidas y rentables, lo que refuerza la idea de que Europa cuenta con compañías que generan valor incluso con tensiones comerciales y geopolíticas prolongadas.
Un componente esencial de la gestión activa es la capacidad de identificar tanto nuevas oportunidades como aquellos sectores a los que conviene no estar expuesto. Tendemos a evitar sectores donde los productos son básicos, donde hay demasiada competencia, así como empresas que están en una posición débil en la cadena de valor. Nuestro enfoque es de abajo hacia arriba. Dicho esto, hay sectores en los que encontramos buenos modelos de negocio y otros en los que las oportunidades son más limitadas, por ejemplo, sectores que se pueden comoditizar, donde las empresas de ese sector tienen poco control sobre el precio o el crecimiento. Por ejemplo, desconfiamos de las compañías petroleras y químicas. Otros segmentos percibidos como defensivos, como el del consumo o las farmacéuticas, se enfrentan a presiones relacionadas con los precios, la pérdida de patentes o los cambios en los hábitos de consumo, lo que reduce la visibilidad y sostenibilidad de sus beneficios.
Más allá de estos sectores, un debate recurrente entre inversores es el de la concentración de valores de renta variable. Esto se ve en EEUU en torno a las grandes tecnológicas, conocidas como los Siete Magníficos (Apple, Microsoft, Google, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla). Europa también cuenta con situaciones de este tipo. La pregunta de fondo es si estamos ante una nueva burbuja. Nuestra valoración es que, aunque no podemos hablar de ello en sentido estricto, la preocupación por una excesiva concentración no carece de fundamento.
El siguiente gráfico muestra la diferencia de valoración entre las empresas europeas más caras y menos caras, medida por el PER. Cuando la línea sube, significa que las acciones caras se están volviendo más caras. Cuando la línea baja, significa que las valoraciones se están comprimiendo, es decir, una prima más baja para las acciones más caras.
*Francis Ellison, Renta Variable Europea, Client Portafolio Manager en Columbia Threadneedle Investments.
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