<p>El abandono escolar temprano ha llegado al mínimo de toda su historia. El <strong>13%</strong> de los jóvenes de 18 a 24 años no sigue estudiando más allá de la <strong>ESO</strong>, según los datos que ha elaborado este martes el <strong>Ministerio de Educación</strong> a partir de la<strong> Encuesta de Población Activa</strong> (EPA) del <strong>Instituto Nacional de Estadística (INE)</strong>, según ha podido saber EL MUNDO. Atrás quedan los años de la <i>burbuja</i> inmobiliaria, donde uno de cada tres jóvenes dejaba los estudios para marcharse a trabajar en la construcción o en la hostelería. La tendencia positiva que consolidó la pandemia de <strong>Covid</strong> y el impulso que ha tomado en los últimos años la <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/01/21/678e8e65fdddfff7318b4587.html»>Formación Profesional</a> explican estas buenas cifras que, sin embargo, nos siguen manteniendo a la cola de Europa y con poca posibilidad de cumplir el objetivo marcado por la UE para 2030.</p>
En Baleares la tasa es cuatro veces superior a la de Cantabria y el País Vasco. El objetivo de la UE es llegar al 9% en 2020
El abandono escolar temprano ha llegado al mínimo de toda su historia. El 13% de los jóvenes de 18 a 24 años no sigue estudiando más allá de la ESO, según los datos que ha elaborado este martes el Ministerio de Educación a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), según ha podido saber EL MUNDO. Atrás quedan los años de la burbuja inmobiliaria, donde uno de cada tres jóvenes dejaba los estudios para marcharse a trabajar en la construcción o en la hostelería. La tendencia positiva que consolidó la pandemia de Covid y el impulso que ha tomado en los últimos años la Formación Profesional explican estas buenas cifras que, sin embargo, nos siguen manteniendo a la cola de Europa y con poca posibilidad de cumplir el objetivo marcado por la UE para 2030.
Por territorios se mantienen diferencias significativas. País Vasco (5%) y Cantabria (5,5%) son las que tienen valores más bajos, seguidas a bastante distancia de Navarra (9,9%), Asturias (10,5%) y Comunidad de Madrid (10,5%). Los valores más altos están en Melilla (26%), Baleares (20,1%), Murcia (18,2%), La Rioja (17%) y Andalucía (15,5%).
El abandono es uno de los problemas más graves que tiene la escuela española. Los jóvenes que no tienen más allá de un título de la ESO presentan tasas más altas de paro, exclusión, problemas de salud y menor satisfacción con la vida, lo que tiene un efecto negativo en términos sociales y económicos. El dato, correspondiente a todo 2024, supone una bajada de siete décimas en relación al 13,7% registrado en 2023. Ya en 2021 España logró batir el récord y llegar al mínimo de la historia, un 13,3%, debido principalmente a que la pandemia retuvo a más alumnos más tiempo en las aulas. En 2022 aumentó hasta el 13,9%, recogiendo a todos aquellos jóvenes -sobre todo las chicas– que habían postergado su decisión de dejar los estudios durante el confinamiento. Esa bolsa de abandono concentrado se normalizó meses después, volviendo a bajar hasta el 13,7% en 2023. Y ahora ha seguido descendiendo la tendencia que se había puesto de manifiesto en 2021 y que alcanza el tope más bajo desde que, en los años 70, comenzó a medirse este indicador de desempeño del sistema educativo.
¿Por qué ha bajado? «Cada vez las madres y los padres tienen más nivel educativo y eso influye en el nivel educativo que alcanzan sus hijos. La probabilidad de que un joven abandone sus estudios es 14 veces mayor cuando su madre solo ha completado la Primaria en comparación con aquellos cuya madre tiene estudios superiores», responde Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos e investigador en Funcas. «Otra de las razones es que la Formación Profesional está funcionando bastante bien: hay mayor oferta de plazas, más flexibilidad y muchos más jóvenes que, al terminar 4º de la ESO, están escogiendo esta vía en vez de abandonar los estudios», añade.
El Gobierno también saca pecho de su Ley de FP, de 2022. Sanz considera que «todavía es muy pronto para ver los efectos de esta norma», pero considera que «va en el buen sentido en términos generales». «En FP de Grado Superior ya estábamos bastante bien, pero hasta hace poco no había llegado el éxito a la FP de Grado Medio, que ha hecho un buen trabajo en los últimos años. Los jóvenes ven que hay una buena inserción laboral y que merece la pena estudiarla».
El analista destaca, además, el desarrollo que ha tenido en estos años la FP Dual, que permite combinar la teoría con prácticas en empresas, un primer contacto con el mundo laboral que «motiva mucho a los jóvenes». Buena cuenta de ello es son los alumnos del Grado Medio de Informática de Ángel L. González, el profesor de un centro público de Puertollano (Ciudad Real) que ahora es uno de los 50 candidatos del Premio Nobel de la Educación.
Como en todo, hay cosas que mejorar. «La parte negativa es que vamos a seguir siendo el segundo país de la UE con la tasa de abandono temprano más elevada, por detrás de Rumanía, y a mucha distancia del primero, Alemania«, apunta Sanz, que augura, que, «a este ritmo, no vamos a llegar al objetivo del 9% que se ha marcado la UE para 2030″.
«Si vamos bajando medio punto al año, de aquí a 2030 llegaremos al 10% como mucho, pero no al 9%. Además, cuanto más alta es la tasa más cuesta bajarla. La convergencia con la media europea se ha ralentizado en los últimos años. Llevamos tiempo en un rango del 13%-14%, lo que indica que hay un obstáculo. Hay que intentar pasar esa barrera del 13% y para ello hay que tomar medidas de choque para reducir el abandono», interpreta.
El Gobierno lo ha fiado todo a su Ley de FP, pero los expertos en política educativa consideran que tiene que hacer una verdadera apuesta por los planes de refuerzo en horario extraescolar para los alumnos rezagados, que no disponen de suficiente inversión (360 millones de euros se han destinado a PROA+, pero hace falta por lo menos 500 millones). Sanz recuerda que los alumnos varones y los jóvenes de origen inmigrante presentan tasas de abandono más elevadas, pero no hay programas específicos para ellos. En este sentido, en otros países ha funcionado la incorporación de docentes que compartían antecedentes culturales o sociales similares a los de estudiantes, pues les han servido de referente, una medida que propone este investigador.
El informe publicado este martes por el Ministerio muestran que en 2024 la diferencia entre el dato de abandono de los hombres (15,8%) y el de las mujeres (10%) sigue siendo «muy significativa», 5,7 puntos porcentuales, aunque recuerda que se ha reducido desde los 7,5 puntos porcentuales de diferencia existentes en 2014. «Pero, consideradas las proporciones entre ambos sexos, el porcentaje de abandono de los hombres supera al de las mujeres en un 57% en 2024 y en 2014 lo hacía en un 41,8%», añade a renglón seguido. «También se ha de destacar el distinto comportamiento que ha tenido este indicador en 2024 para los hombres, descendiendo ligeramente, -0,3 puntos porcentuales-, mientras que para las mujeres ha disminuido claramente -1,3 puntos porcentuales-«, apunta.
Funcas aboga también por mejorar los incentivos económicos y profesionales para atraer y retener a docentes experimentados en centros educativos de zonas desfavorecidas porque «estudios recientes han demostrado que estas medidas pueden reducir desigualdades educativas significativas». También recomienda ampliar la oferta de plazas y disminuir el número de estudiantes por clase, especialmente en las etapas educativas iniciales, para «garantizar una atención más individualizada y mejorar el aprendizaje».
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