El ejército de Israel ha bombardeado este jueves la única iglesia católica de Gaza, la parroquia de la Sagrada Familia, lo que ha causado la muerte de tres personas (dos mujeres y un hombre) que se refugiaban en las instalaciones, según ha denunciado el Patriarcado Latino de Jerusalén. Entre los seis heridos en el templo, dos de ellos en estado crítico, se encuentra el párroco Gabriel Romanelli, con el que el papa Francisco hablaba a diario hasta su muerte. En el momento del ataque, la iglesia acogía a unas 400 personas.
El papa Francisco hablaba hasta su muerte a diario con el párroco Gabriel Romanelli, herido leve en el ataque sobre el templo que da refugio a cientos de gazatíes
El ejército de Israel ha bombardeado este jueves la única iglesia católica de Gaza, la parroquia de la Sagrada Familia, lo que ha causado la muerte de tres personas (dos mujeres y un hombre) que se refugiaban en las instalaciones, según ha denunciado el Patriarcado Latino de Jerusalén. Entre los seis heridos en el templo, dos de ellos en estado crítico, se encuentra el párroco Gabriel Romanelli, con el que el papa Francisco hablaba a diario hasta su muerte. En el momento del ataque, la iglesia acogía a unas 400 personas.
Su sucesor, el papa León XIV, ha lamentado el bombardeo y ha recordado su petición de un “alto el fuego inmediato”, según un comunicado del Vaticano. Algunas imágenes llegadas desde la Franja muestran tanto los daños producidos por el impacto en la fachada del edificio como a Romanelli, con heridas leves, siendo atendido.
“Lo que sabemos con certeza es que un tanque, según el ejército israelí por error, pero no estamos seguros, impactó directamente en la iglesia, la Iglesia de la Sagrada Familia, la Iglesia Latina”, ha señalado el máximo representante de los católicos en Tierra Santa, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, en declaraciones a Vatican News.
El Patriarcado Latino de Jerusalén condenó “este ataque contra civiles inocentes y contra un lugar sagrado”, informó Reuters. “Esta horrible guerra debe llegar a su fin por completo”, dijo la institución, añadiendo que las víctimas habían recurrido al recinto de la iglesia como un refugio seguro “después de que sus hogares, posesiones y dignidad ya habían sido despojados”.
La comunidad católica en Gaza es muy pequeña (unas 180 personas del millar de cristianos) frente a la abrumadora mayoría musulmana. Pero la figura del padre Romanelli, argentino, se ha hecho famosa desde que el papa Francisco hizo público que cada día, al acabar su jornada, le llamaba por teléfono o por videoconferencia para estar al tanto de las novedades de la guerra, así como de la situación de los fieles y las personas que se refugiaban en las instalaciones.
Esas conversaciones se mantuvieron hasta poco antes de la muerte del anterior Pontífice, el pasado mes de abril. El Vaticano grabó e hizo públicos algunos de esos momentos en los que, a través de la pantalla, Francisco se asomaba a la cruda realidad de la guerra en la Franja y preguntaba, por ejemplo, por lo que habían tenido para comer. “Santo Padre, alitas de pollo, como ayer”, le respondían. La última llamada tuvo lugar el 19 de abril, solo dos días antes de fallecer el Papa.
Como hace frecuentemente, el ejército de Israel afirma que ha abierto una investigación. Hasta el momento no ha dicho que el objetivo fuera algún terrorista palestino, argumento que utiliza a menudo para justificar sus ataques a infraestructuras civiles en las que ha matado a miles de personas.
En la ofensiva israelí desde el ataque de Hamás a su territorio —que costó la vida a unas 1.200 personas el 7 de octubre de 2023— han muerto más de 58.000 en la Franja, al menos una veintena de ellas este jueves.
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