<p class=»ue-c-article__paragraph»>Una de las palabras más relacionadas con las alarmas es el miedo. Miedo a un robo, al vandalismo o más recientemente a la ocupación. Una emoción poderosa que se ha usado mucho para vender en un sector en boga en los últimos años en España, pero que no casa mucho con <strong>Diego Torrico</strong> y su discurso al frente de Movistar Prosegur Alarmas (MPA). El CEO de la unión de las dos históricas empresas en este sector continúa encadenando crecimientos a doble dígito con un discurso que se separa el estereotipo del sector.</p>
El CEO de la compañía ve recorrido en un sector en el que España ocupa el ‘top 3 mundial’ y se encuentra en plena transformación tecnológica y de hábitos
Una de las palabras más relacionadas con las alarmas es el miedo. Miedo a un robo, al vandalismo o más recientemente a la ocupación. Una emoción poderosa que se ha usado mucho para vender en un sector en boga en los últimos años en España, pero que no casa mucho con Diego Torrico y su discurso al frente de Movistar Prosegur Alarmas (MPA). El CEO de la unión de las dos históricas empresas en este sector continúa encadenando crecimientos a doble dígito con un discurso que se separa el estereotipo del sector.
«La comunicación históricamente ha sido muy basada en el miedo. Es efectiva, pero no puedes estar continuamente asustando a la gente para aprovecharte, más en los tiempos que estamos. Lo que hemos hecho ha sido darle un giro completo y decir, ‘oye, se puede'», asegura el directivo en una entrevista tras ver el último anuncio de la compañía, en que unos ladrones renuncian a un robo tras ver que la alarma ha sido instalada por la empresa.
La joint venture entre Prosegur Alarmas y Movistar echó a andar en marzo de 2020, justo antes de la pandemia, y encadena varios años de crecimiento, hasta facturar 425 millones de euros. «La seguridad es un servicio muy peculiar. Está como durmiendo en la mente del cliente, pero de pronto, sucede algo a tu alrededor, se despierta y pasa a ser un servicio de primera necesidad», explica Torrio, que señala que la contratación de alarmas está muy ligada a que haya ocurrido algún suceso cercano que alerte al potencial cliente, lo que viene a ser un servicio push en la jerga del sector.
La otra peculiaridad es que su temporada fuerte es casi la misma que la de los hoteles: Semana Santa y verano, donde el efecto vacaciones y segunda residencia dispara la demanda de estos servicios, que son cada vez complejos tecnológicamente y en los que hay una férrea competencia empresarial.
El mercado español es singular. En España hay ya más de tres millones de alarmas, una cifra que supone que el país es el tercero en el mundo con mayor base instalada. Solo lo superan Japón, con ocho millones de alarmas y 127 millones de habitantes, y Estados Unidos, con 33 millones. ¿Sigue habiendo margen para crecer a un 12,8% como hizo en 2024 Movistar Prosegur Alarmas? Para Torrico lo hay, ya que en ratio de penetración por hogar, España, con un 11%, está por detrás de Noruega o Suecia.
«Es curioso porque el sentido común diría que quien tiene más alarmas son los países con más inseguridad. Pues no, te vas a Noruega y tiene un 19% siendo uno de los países del mundo con una penetración más alta. ¿Por qué? Porque Noruega es un país que desde hace 30 años ha tenido mucha competencia con Securitas Direct y Sector Alarm», explica.
«El sentido común te dice que los países con más alarmas son los que tienen más inseguridad, pero luego ves que el top es Noruega. La clave es la competencia»
Diego Torrico, CEO de Movistar Prosegur Alarmas
En contraposición, está Francia, donde se considera un bien de lujo y la penetración apenas alcanza el 5%. Esto ocurría antes en España, donde la alarma se ligaba al chalet, pero el directivo señala que esto ha cambiado y cada vez se venden más alarmas en pisos.
Esta competencia, explica Torrico, es el principal factor que está moviendo el sector español, que se está volviendo muy intenso a nivel promocional y que espera que se doble en tamaño en cinco o siete años. De hecho, solo hay que entrar en la página web de la compañía para ver lo intensa que es la ‘pelea’ por el cliente con la instalación gratis y promesas de ahorro desde 300 euros en la captación.
Un esfuerzo promocional que es posible porque, una vez que un cliente se instala una alarma, es difícil que este cambie de proveedor. «Podemos invertir mucho porque la vida del cliente es larga. Si no sería inviable», reseña el directivo.
El otro factor que es característico de España y que ha propiciado este aumento de alarmas es el de la ocupación. Solo hay que buscar en Internet para ver que cada una de las empresas ofrece una alternativa para esta casuística que el directivo reconoce que ha ayudado a las ventas. En el caso del grupo empresarial, la oferta es un seguro antiocupación que ofrece 30.000 euros para «ayuda legal, noches de hotel, reparaciones que tengas que hacer… Es un servicio potente», apunta.
El sector se lleva años sofisticando y no es ajeno a las modas tecnológicas, si bien son parte de un todo. Movistar Prosegur Alarmas cuenta en Madrid con su propio laboratorio de innovación dotado con la máxima seguridad, en el que se testean los distintos tipos de alarma que instala la compañía o se controla casi al milímetro el volumen de incidencias que se están produciendo en España, una información que también llega a la central de alarmas de Madrid.
«Hace diez años, era una alarma que prácticamente no capturaba señales de vídeo ni fotografías», algo que ha cambiado mucho, al igual que las preferencias del cliente, explica Torrico: «Antes tú querías proteger tu casa y te comprabas un perro. Ahora compras una alarma para cuidar de tu perro o tu gato», subraya.
De hecho, MPA se ha adaptado a esta demanda y ofrece por ejemplo alarmas perimetrales ligadas a ventana y puertas que sirven para alertar si salen de la vivienda las mascotas o incluso personas mayores, o cámaras con micrófonos que permiten hablar al animal: «El 50% de los packs de ampliación que vendemos son para mascotas».
Los otros grandes pasos han sido dotarse de capacidad para reaccionar rápido a los siniestros («si te han roto el cristal de la ventana a las tres de la mañana tenemos un servicio de urgencia»), especialmente en negocios para asegurar que pueden continuar con su actividad.
El otro puntal es el lanzamiento de servicios accesorios entre los que destacan dos: la custodia de llaves, una solución para olvidadizos con menos problemas que un cerrajero, o un botón del pánico ligado a la aplicación de las alarmas y que permite contactar con la central y pedir ayuda o generar un aviso para que se llame a la policía. Los servicios alternativos son casi interminables: desde relojes especializados en el cuidado de personas mayores hasta un seguro antirrobos en el cajero. «Lo que decimos es que vendemos la superseguridad», remarca Torrico, haciendo referencia al concepto estrella de la firma.
Ahora, el siguiente paso es la aplicación de la IA a gran escala, especialmente en el vídeo. «En un turno de mañana en nuestra central puede haber 70 u 80 personas y decenas de miles de señales entrando a la vez. Tú imagínate que somos capaces de que un algoritmo con IA analice las señales y te diga: ‘Hazle más caso a esta que parece que hay un ladrón y la otra tiene pinta de ser una avispa’. Es muy relevante porque permite al operador gestionar la mitad de señales en media hora. Eso va a ser disruptivo», vaticina el directivo.
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