<p>Con más de 3.000 años de historia, el <strong>Puerto de Cartagena</strong> funciona como un núcleo del ecosistema empresarial en la Región de Murcia. En 2024, movió 35,6 millones de toneladas de mercancías, consolidándose como uno de los enclaves marítimos más relevantes de España. El 80% de la importación de la región y el 60% de las exportaciones pasan por este puerto, y es este gran volumen el que dibuja un nuevo reto para los operadores. «Ampliar sus instalaciones para dar servicio a todo el ecosistema», ha explicado <strong>Pedro Pablo Hernández</strong>, presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena.</p>
En el foro de EL MUNDO, los ponentes han destacado el papel e impacto del Puerto de Cartagena como vector económico de la Región de Murcia, así como la relevancia de los operadores y los retos que enfrenta este enclave en un contexto de expansión y de transición energética
Con más de 3.000 años de historia, el Puerto de Cartagena funciona como un núcleo del ecosistema empresarial en la Región de Murcia. En 2024, movió 35,6 millones de toneladas de mercancías, consolidándose como uno de los enclaves marítimos más relevantes de España. El 80% de la importación de la región y el 60% de las exportaciones pasan por este puerto, y es este gran volumen el que dibuja un nuevo reto para los operadores. «Ampliar sus instalaciones para dar servicio a todo el ecosistema», ha explicado Pedro Pablo Hernández, presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena.
Hernández fue uno de los invitados a la mesa redonda del foro La España vertebrada de EL MUNDO Región de Murcia, que se ha celebrado hoy en la Sociedad Cervantina de Madrid. La autoridad portuaria ya ha puesto en marcha dos proyectos de ampliación, pero requiere nuevas actuaciones y más suelo para mantenerse competitivo a nivel internacional. Sobre todo, con «prioridad al crecimiento de muelles especializados, a la automatización de terminales y a la mejora de accesos ferroviarios, no solo para aumentar y optimizar la capacidad, también para una reducción de costes«, ha enumerado Virginia Figueroa, directora general de Grupo Transcoma, empresa que lleva más de dos siglos ofreciendo servicios marítimos, logísticos y aduaneros.
Todo ello, para ampliar las actividades del puerto. «Un operador necesita espacio portuario, necesita acomodar una nueva mercancía y, por tanto, es el primero que pone a disposición todas las infraestructuras para ello», ha reconocido Jorge Martín Barceló, delegado de Ership Cartagena, empresa familiar con 140 años de experiencia en operaciones portuarias y con gran presencia internacional. «Hay que estar preparado y con infraestructuras de primer orden», ha considerado. En la misma línea, Barceló ha reconocido la importancia de la unión entre las autoridades, la comunidad portuaria y las empresas del Valle de Escombreras (Aeve) para mantener el nivel del puerto, como ya pasó durante la pandemia y otros episodios clave a nivel geopolítico.
«Los éxitos del pasado no nos van a asegurar los del futuro», ha advertido Antonio Mestre, director de Operaciones de Activos Industriales de Repsol. Por esto, para mantener un nivel de rendimiento que no ha sido alcanzado todavía por otros, se debe perseverar en «esa visión de rentabilidad y el valor del ecosistema donde habita el puerto», como también debe continuar en la industria y en la sociedad. Es decir, dar un servicio a la población, pero también ser rentable. «Lo que tenemos que pensar es qué tenemos que hacer para cumplir otros 75 años», ha reconocido el directivo de Repsol, cuya refinería en Cartagena, la más antigua de España, representa el 7% del PIB regional.
Esa pelea por mantener la competitividad va de la mano de una constante actualización tecnológica, pero también de las nuevas exigencias en materia de sostenibilidad. Y es que el Puerto de Cartagena, como el resto de los muelles españoles, está inmerso en un ambicioso proceso de transición energética en el que ha sido pionero. «Somos el único puerto español con certificación EMAS desde hace más de quince años y estamos preparados para liderar la producción y exportación de hidrógeno renovable con el anuncio hoy de la primera planta de Repsol en Cartagena, los biocombustibles y el gas natural como energías de transición», ha recordado Hernández.
«La Agenda 2030 es algo obligatorio y tiene que ser primordial para todos los operadores del puerto», ha suscrito Figueroa, quien ha enfatizado que la electrificación de los muelles, los usos de energías renovables y de combustibles alternativos son la combinación que acerca a esta infraestructura estratégica al reemplazo de los combustibles «nocivos».
En este punto del debate, Mestre ha lanzado un aviso a navegantes. «La descarbonización es obligatoria, pero también debe ser rentable para no mermar la competitividad». Y es que actualmente la normativa marítima obliga a que todos los buques que atraquen en un puerto europeo tengan que pagar por su huella de carbono. El problema es que no es una regla internacional, lo que amenaza con desviar el tráfico de muelles punteros como el de Cartagena hacia destinos no afectados por estas exigencias ambientales. «Está bien que se promueva la descarbonización, pero el problema es que en Tánger Med o Argelia no se pagan estas tasas», ha alertado Mestre, antes de indicar que ya se están percibiendo cambios de rutas.
En cualquier caso, Hernández ha asumido que el camino pasa por un ecosistema portuario cada vez más sostenible. «Llevamos trabajando en sostenibilidad desde 2003, más de 20 años«, ha resaltado. El presidente de la autoridad portuaria ha adelantado que la electrificación de los muelles empezará por los cruceros. La idea es que «los barcos puedan conectarse a la red», además de incorporar plantas fotovoltaicas para recortar emisiones.
Un tercer aspecto tiene que ver con la apuesta por la biodiversidad, con planes como el de la reforestación de posidonia, una planta marina endémica del mar Mediterráneo, en aguas portuarias. De nuevo, Hernández lo ha destacado como un caso «único» en el sistema portuario en el que, dentro de las aguas de un puerto, se haga reforestación.
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