<p class=»ue-c-article__paragraph»>Es mediodía y casca un sol de justicia (la J mayúscula llegará más tarde) sobre el río Aragón a su paso por Milagro. Todo es quietud, verdor y naturaleza a la ribera del pueblo, casi en la frontera con La Rioja y a millones de kilómetros del mundanal ruido.</p>
Un proyecto urbanístico imposible en su pueblo natal unió a un edil de 37 años llamado Santos Cerdán con Joseba Antxon Alonso, el empresario de Servinabar, vinculado al mundo ‘abertzale’: un recorrido por su decurso vital juntos desde el pueblo
Es mediodía y casca un sol de justicia (la J mayúscula llegará más tarde) sobre el río Aragón a su paso por Milagro. Todo es quietud, verdor y naturaleza a la ribera del pueblo, casi en la frontera con La Rioja y a millones de kilómetros del mundanal ruido.
Parece imposible imaginar este manso y vacío soto abrigado de chopos, que forman balcones hacia el agua y cuyas copas apuntan al perfil del pueblo allá arriba en la montaña, transmutado en un modesto Marina D’Or a la navarra.
Y mucho menos pensar que fuera justo aquí, al lado del agua, en unos terrenos claramente inundables que el ladrillazo soñó con fagocitar, donde nació la amistad que amenaza con provocar 20 años después todo un cambio de Gobierno en España.
Pero así fue: aquí, en definitiva, conoció en 2006 un anónimo concejal de pueblo de 37 años, llegado muy tarde a la política desde su puesto de jefe de línea en la envasadora vegetal Bonduelle, a un empresario guipuzcoano ya entonces bastante revolvín y con excelentes contactos en la política: del mismo pueblo que Otegi y con buenos amigos en el PNV (y donde fuera necesario).
Sí, así fue: aquí Santi Cerdán conoció a Antxon Alonso.
«Al principio no había feeling, podríamos decir», desliza un ex concejal de la localidad, apuntando a la evidente paradoja posterior: 10 años después, en 2016, Cerdán firmaba con Alonso un contrato para comprarle en secreto el 45% de Servinabar, y empezar ambos a pillar obra pública navarra como campeones.
Y casi otra década más tarde ese documento sería la muerte política de Cerdán, que de seguro siguió un camino increíble desde este pueblón de 3.600 habitantes, con mucha población inmigrante, dedicado a los vegetales y la cereza, hasta La Moncloa… Y ahora de vuelta al pueblo.
«El proyecto llegó de un día para otro, y Cerdán se opuso, porque parecía que lo traíamos nosotros, los de UPN, pero no era así», dice a EL MUNDO un ex edil de Unión del Pueblo Navarro, que gobernaba Milagro aquel 2006. «Este Antxon apareció por aquí sin más, y no nos pareció mal considerar al menos la idea».
La idea, la clásica ida de olla de la época del ladrillazo en todo su esplendor: construir en la vega bajo del pueblo, junto al río, nada menos que 1.300 viviendas, un lago, un museo temático sobre Navarra (!), zona deportiva, área comercial y de ocio… Vamos, que faltaba el parque de atracciones.
«Sí, parece una locura, pero así eran aquellos tiempos, y hay que recordar que mucho en toda España se quedó colgado, pero mucho otro llevó bienestar y trabajo a la gente», argumenta el ex político hoy, cuando, precisamente, el negocio vuelve a calentarse como el palo de un churrero.
Desde el PSOE navarro lo admiten: es en ese momento, 2006, cuando ambos se conocen, y de entrada Cerdán se opone al proyecto/delirio, que recibe informe inicial favorable del Gobierno foral, y llega a viajar «a una feria de construcción de Bilbao, pero sólo en maqueta, no llevamos más, porque proyecto nunca llegó a haber, sólo preguntas por su viabilidad».
De ese momento, en 2007, hay foto de Cerdán en Bilbao junto a la maqueta de marras, «porque entonces ya, vete tú a saber por qué, él había pasado de rechazar el proyecto a apoyarlo». Al principio Santi había argumentado que no se podía pasar así como así de 3.000 habitantes a 10.000, ni meterle al pueblo 60 hectáreas más, cuando además ya había 490 viviendas nuevas en construcción -en una de las cuales ha terminado viviendo él, en la zona de los Almendros-.
Pero «de un día para otro», dicen en UPN, Cerdán, que era edil desde 1999 (se afilió ese año, con 30, un caso atípico: pese a ser hijo y nieto de militantes socialistas, no se había apuntado siquiera a las Juventudes) cambió de idea.
De quien no hay imagen en el trance bilbaino es de Joseba Antxon Alonso, un maestro en estas lides: 20 años después, no hay manera de conseguir una foto pública -sólo la de su DNI en el informe de la UCO- del empresario. Que se tomaba cañas hasta hace poco con la ex presidenta Uxue Barkos. Que en tiempos de Cerdán en el parlamento regional intercedió para que algún periódico navarro no le arreara tan fuerte al PSN. Y que, se comenta en Pamplona, bien pudo ayudar al político años después a negociar con Bildu e incluso con Junts (por medio del PNV) para montar la mayoría de Gobierno en Madrid tras el sudoku electoral de 2023, cruzando Cerdán hacia el nacionalismo excluyente igual que hizo para que los de Otegi se abstuvieran y gobernara Chivite, su hija política, en Navarra.
Pero volvamos a Milagro. Y al momento en que, pocos meses después de Bilbao, Milagro Ciudad de Vacaciones (de verdad se llamaba así) fenece. «El Gobierno foral dijo que los terrenos eran inundables, llegó la explosión de la burbuja y nadie quiso pelear por ello… Aunque todavía fue uno de los temas de las elecciones locales de 2007», sigue esta fuente de UPN. Las elecciones en las que, según dos ex ediles, Santos Cerdán mostraría «su verdadera cara».
«Santi era el candidato a alcalde y le hizo una campaña completamente inmoral a Esteban Garijo, que venía de gobernar y que sacó entonces una mayoría abrumadora: aquí siempre nos habíamos repartido los concejales UPN y PSN, y aquella vez les ganamos 7 a 4, porque a Santi se le fue de las manos».
Cerdán, según no sólo rivales políticos, hizo una campaña personal durísima contra Garijo e incluso denunció agresiones supuestamente vinculadas al proyecto Marina D’Or. Los socialistas llegaron a buzonear una nota simple de una sociedad de Garijo -que ha declinado hablar con este diario- con varios familiares, «algo que en absoluto era irregular y le había hecho su gestor». El alcalde acabó denunciando también en Tafalla a su opositor y los milagreros (se dice así) en todo caso tomaron partido claro ante tanto fango, mandando a Cerdán al rincón de pensar.
La vida sigue y Santos, ya en torno a los 40 años, continúa liderando la oposición en Milagro, siempre con su apariencia campechana, pero «serio y no tan llano» para otros -todas las fuentes de este reportaje piden anonimato: «Este es un pueblo muy pequeño y nos vemos la cara todo el rato», dicen incluso sus adversarios, alguno de los cuales se declara «muy dañado por aquellos años» y proclama: «No le deseo mal a nadie, pero el tiempo pone a cada cual en su lugar»-.
En 2011 pierde de nuevo ante la candidata de UPN, Yolanda Ibáñez, y comienza a ramonear políticamente hacia Pamplona, a 56 kilómetros.
Es allí donde una fuente del Partido Socialista Navarro le ubica «en torno a 2013» con Joseba Antxon Alonso, «que ya era un personaje bastante conocido en algunos círculos de la ciudad». Además de provenir del entorno del PNV, el empresario que sería luego «guipuchi», «gui» o apenas «g» en los mensajes entre Cerdán y Koldo García -por su origen guipuzcoano- tenía (y tiene), según diversas fuentes, un superamigo que valía oro en la Pamplona de aquella época: el director del Diario de Noticias, Joseba Santamaría.
«Aquellos primeros pasos de Cerdán en Pamplona la verdad es que los vimos como una cosa bastante exótica», dice una ex edil de UPN en la localidad: «Era el típico que no había salido nunca del pueblo». No es extraño que se juntara con Koldo García, que venía de vigilar obras y había aparecido por el PSN en Pamplona hacia 2010 «diciendo que quería montar agrupación en Huarte, donde no teníamos», dice una persona que ostentó responsabilidades en el PSN.
Koldo consiguó acta de edil por Huarte, una población pegada a Pamplona, en 2011, y en esa época se le empieza a ver junto a Cerdán y, de vez en cuando, también con Antxon.
«Koldo era un tío dispuesto a ayudar siempre, aunque algún jaleo provocó, como cuando le dio una chapadica a un chaval cuando España ganó el Mundial de 2010», lo que le valió una condena por lesiones.
El verdadero punto de inflexión llega en 2014. El entonces líder del PSN, Roberto Jiménez, pierde la confianza de Madrid y el congreso entroniza a María Chivite, que proviene de Cintruénigo, pueblo cercano a Milagro, y a quien lanza Pedro Sánchez, que acaba de ganarle las primerias a Eduardo Madina en Madrid. Habla una persona que en ese momento dejó de ostentar responsabilidades en el PSOE navarro: «Cerdán, además de compañero de militancia y de responsabilidades políticas, había sido buen amigo mío, y no sólo eso. Teníamos una relación familiar, nuestras familias se veían, le presenté a mis amigos y él a mí a los suyos, era afectuoso. Pero llegó Chivite, dejé de tener responsabilidades y, sin que pasara absolutamente nada entre nosotros, la persona que yo conocía desapareció. Pasó a tratarme de otra manera. Mira, aquí en Navarra, incluso en Pamplona, somos gente muy llana, nadie hace cosas raras. Si tienes un amigo, lo tienes. No sé, igual suena inocente, pero me sorprendió», termina esta fuente. Que no obstante rechaza «hacer sangre: todo esto que está saliendo me parece inimaginable, pero ese contrato [para comprar el 45% de Servinabar], por muy privado que sea, ahí está. Eso no lo levanta nadie, ni aunque la Justicia le exonere».
Cerdán consigue acta de diputado regional ese 2014, y «en el pueblo nos llegaba que en el grupo socialista regional le llamaban algo así como ‘El Becario’», dice uno de los ex ediles de UPN. Como siempre, infravalorado: en la política y parece que también en otras lides. Santi apuesta desde ese momento por Sánchez y en 2016, cuando la antigua guardia del PSOE consigue prácticamente matarle políticamente, redobla su apuesta.
Ahí, en 2016, se produce la famosa gira del Peugeot que pasa, cómo no, por Milagro, para hacer noche en la casa familiar de los Cerdán, en la muy humilde calle San Miguel número 16 (el padre conductor de autobús de línea, la madre ama de casa, él mismo hizo una FP de Electrónica Industrial) antes de un mitin en Aldeanueva de Ebro, a 10 kilómetros. Cerdán, Ábalos y Koldo, casi los únicos báculos de Sánchez en ese momento. ¿Olfato, apuesta loca? «De loco nada», explica la anterior fuente del PSN. «Él sintió claramente que las bases estaban con Sánchez, date cuenta de que incluso estando en el parlamento foral subía y bajaba todos los días a Milagro. Vivía en la calle, la escuchaba».
Lo demás, en fin, el lector ya lo ha leído: auge y caída del político de pueblo. Quien, cuando llegó a Madrid como secretario de Organización en 2021, tras caer su amigo Ábalos, extrañó a todos con un pisazo impagable con su sueldo. Y que pudo comprar una casa que tuneó modestamente en la zona nueva de Milagro. Cuyo nombre, por cierto, proviene del latín miraculum, atalaya. Lo que nos permite, menos mal, terminar observando de nuevo el río. Lejos del mundanal ruido.
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