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El metálico se resiste a morir, aunque cada vez se utilice menos. Y si se utiliza menos es porque cada vez son más habituales las compras por internet, no porque la gente prefiera otras modalidades de pago porque, de acuerdo con el estudio sobre hábitos en el uso del efectivo, que publicó ayer el Banco de España, el dinero en efectivo mantiene su posición de liderazgo. En concreto, en 2024, fue el medio más utilizado a diario por el 57% de los consumidores, aunque su uso ha retrocedido ocho décimas con respecto a 2023, cuando el porcentaje se situaba en el 65%, ante el auge del comercio online. En contraste, la utilización de tarjetas ha descendido ligeramente, del 32% al 30%, y los dispositivos móviles han ganado terreno, siendo ahora el método principal para el 11% de los consumidores, cuando hace un año lo era para el 8%.
Comodidad, costumbre y control de gastos. Son los motivos que explican esta preferencia por el metálico, tal como señala el Banco de España en su informe, una práctica ante la que la propia institución no prevé que se produzcan grandes cambios al respecto en el próximo año: dos tercios de los encuestados esperan mantener sus hábitos de pago actuales. A pesar de esto, el 39% de los jóvenes menores de 25 años cree que su uso de efectivo disminuirá, en contraste con solo un 13% de los mayores de 64 años que piensan lo mismo. Sobre todo porque son cada vez más los establecimientos hosteleros y comercios que aceptan el pago con tarjeta o a través de dispositivos móviles como forma de pago.
Aunque el cash sea el medio de pago predominante sobre el conjunto de la población española, sí existen diferencias determinadas por la edad. Así, mientras el pago en metálico llega a ser el medio más habitual para el 78% de los mayores de 65 años; sólo lo es para el 39% de los jóvenes de entre 18 y 34 años. En esta franja de edad gana terreno el pago a través del teléfono móvil, mientras que la tarjeta se consolida entre los de 35 a 64 años.
El lugar de residencia es otro factor determinante a la hora de elegir cómo realizar las transacciones. El uso del efectivo es más común en municipios pequeños, con menos de 5.000 habitantes, donde el 71% de la población lo utiliza de forma habitual; sin embargo, en las grandes ciudades esta cifra es solo un 47%. También influye el nivel educativo de la población, siendo el metálico más popular entre aquellos con educación básica, mientras que las tarjetas y los dispositivos móviles son más utilizados por personas con estudios superiores. Además son los jóvenes los que están más predispuestos a usar el euro digital, que está estudiando implantar el Banco de España como nuevo método de pago ante el creciente uso de medios de pago electrónicos. Se trata de una forma virtual de dinero que emitiría el propio Banco de España sin necesidad de tener un banco comercial intermedio.
De hecho hace tan solo dos días, el propio gobernador de la institución, José Luis Escrivá, defendía el sentido y la necesidad de impulsar este medio de pago en la Eurozona como sustituto del efectivo. Una postura que parece que rema a contracorriente. Las instituciones buscan alternativas y sustitutos al pago en metálico, cuando en la actualidad la población paga la mayoría de sus compras en efectivo.
Ante esta iniciativa, tal como revela el estudio, el conocimiento que tiene la población del euro digital no es muy elevado, solo el 25% sabe de su existencia y conoce su uso, aunque este porcentaje ha ascendido cinco puntos porcentuales respecto a 2023. Además, el 22% de los ciudadanos estaría dispuesto a usarlo como medio de pago complementario, especialmente los más jóvenes.
Actualidad Económica