<p class=»ue-c-article__paragraph»>La segunda ruptura del grupo de <a href=»https://www.elmundo.es/espana/sumar.html»>Sumar</a> en el <a href=»https://www.elmundo.es/e/co/congreso-de-los-diputados.html»>Congreso</a> pone en cuestión el liderazgo de <a href=»https://www.elmundo.es/espana/yolanda-diaz.html»>Yolanda Díaz</a> en el espacio y su capacidad para mantener unidas las filas. La alianza electoral que tanto le costó tejer con los pedazos rotos de la izquierda alternativa se deshilacha en menos de dos años con la salida ahora de una parte de <strong>Compromís </strong>y con la más que probable marcha mañana del partido balear <strong>Més</strong>. Son dos fugas que llegan en el peor momento de la legislatura y que se producen, además, por dos causas comunes: la urgencia de poner tierra de por medio con un <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> salpicado por la corrupción para poder ser verdaderamente «contundente» contra <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> y la constatación de que la gestión de la diversidad territorial dentro del espacio está siendo un experimento fallido.</p>
Més Compromís se va al Grupo Mixto y mañana puede hacerlo el diputado de Baleares
La segunda ruptura del grupo de Sumar en el Congreso pone en cuestión el liderazgo de Yolanda Díaz en el espacio y su capacidad para mantener unidas las filas. La alianza electoral que tanto le costó tejer con los pedazos rotos de la izquierda alternativa se deshilacha en menos de dos años con la salida ahora de una parte de Compromís y con la más que probable marcha mañana del partido balear Més. Son dos fugas que llegan en el peor momento de la legislatura y que se producen, además, por dos causas comunes: la urgencia de poner tierra de por medio con un PSOE salpicado por la corrupción para poder ser verdaderamente «contundente» contra Pedro Sánchez y la constatación de que la gestión de la diversidad territorial dentro del espacio está siendo un experimento fallido.
Estas dos razones dejan en una situación muy incómoda a Díaz de cara a lo que viene, puesto que antes, en diciembre de 2023, el grupo parlamentario ya se fracturó por primera vez en el momento en el que Podemos decidió romper con la vicepresidenta segunda e irse al Grupo Mixto, desde donde atrincherarse para construir un espacio alternativo propio que dispute a Sumar el trono en la izquierda alternativa.
Ahora ha sido el partido mayoritario de Compromís el que pone rumbo al Grupo Mixto. Més Compromís decidió el lunes que su diputada, Àgueda Micó, abandone las filas de Sumar. Sin embargo, el segundo parlamentario de la coalición valenciana, Alberto Ibáñez, de la cuota de Iniciativa, permanecerá como hasta ahora, lo que, para añadir más caos a la situación, provocará la ruptura de Compromís en el Congreso. Dos diputados y cada uno en un lugar.
El paso al Mixto que Micó oficializará la próxima semana, cuando tenga lugar la Ejecutiva de Compromís, puede provocar un efecto dominó en otros dos partidos que están debatiendo también si merece la pena continuar dentro de Sumar ante el caso de corrupción del PSOE. Dentro de la formación de Díaz temen un contagio en el partido balear Més y en el aragonés Chunta.
Díaz tiene motivos reales para preocuparse por el primero. Y es consciente de cómo esta situación. Més celebra mañana por la tarde una asamblea en la que se respira un clima de ruptura, como atestiguan fuentes del partido balear. De confirmarse, el siguiente en irse al Mixto sería, pues, el diputado Vicenç Vidal.
Més quiere alejarse del PSOE por la corrupción para poder fiscalizarlo de la manera más exigente posible y viene reclamando a Sumar salirse del Gobierno para combatir un caso que afecta a dos secretarios de Organización de Sánchez. Sin embargo, Díaz no está por la labor de dar ningún caso en ese sentido y permanecerá en el Gobierno. Por ese motivo, las bases de Més tienen mañana que responder si se van.
El caso de la Chunta va a otro ritmo. El partido aragonés ha elaborado un documento con medidas contra la corrupción que quiere que el PSOE ponga en marcha. Lo que pase con esas propuestas será lo que acelere o frene el debate interno acerca de permanecer en Sumar. La Chunta podría proceder de la misma manera que Més, que es pedir primero a Sumar que abandone el Gobierno y si no se hace, plantear marcharse.
Al margen de cada caso, hay un elemento común en los tres: su incomodidad con la gestión de la diversidad que se ha hecho en Sumar y el llamamiento a buscar una «confederalidad» real y un funcionamiento distinto en el futuro. La portavoz del grupo, Verónica Barbero, admitía ayer las «muchas tensiones» que se producen porque conviven intereses de partidos nacionales y territoriales, así como que el grupo tenga que apoyar al Gobierno. Donde algunos partidos están representados y otros no lo están.
Lejos de dramatizar, en Sumar creen que también esto es un aprendizaje para el futuro y confían en que para las próximas elecciones no haya problema para volver a suscribir acuerdos para ir juntos. Por ahora, ni Més Compromís ni los otros partidos que dudan en seguir ponen en cuestión un horizonte electoral común. Lo que sí contradicen, y por eso está la ruptura encima de la mesa, es si deben alejarse todo lo posible del PSOE por la corrupción.
Més Compromís celebró ayer que tendrá a partir de ahora todos los instrumentos a su alcance para hacer esa «oposición contundente» al PSOE y apretar las tuercas con la corrupción y con la dana. En todo caso, mantiene que garantizará la estabilidad de la legislatura y que seguirá sosteniendo al Gobierno.
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