<p>En un momento en el que el agua rebosaba ya el habitáculo, donde la presión era agobiante y la pérdida de pulso notable. Las conversaciones machistas sobre mujeres y prostitutas conocidas entre <strong>José Luis Ábalos</strong> y <strong>Koldo García</strong>; el cese de un hombre clave para <strong>Pedro Sánchez </strong>en el <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> y el Gobierno como <strong>Francisco Salazar</strong> por acusaciones de acoso sexual; las alusiones en sede parlamentaria del <a href=»https://www.elmundo.es/e/pp/pp-partido-popular.html»>PP</a> a las saunas de la familia de <strong>Begoña Gómez</strong>; la polémica por el mal funcionamiento de las pulseras antimaltratadores… presentan un escenario de castigo electoral de las mujeres al PSOE.</p>
En cinco meses, los socialistas se han dejado dos puntos y medio y la brecha con los ‘populares’
En un momento en el que el agua rebosaba ya el habitáculo, donde la presión era agobiante y la pérdida de pulso notable. Las conversaciones machistas sobre mujeres y prostitutas conocidas entre José Luis Ábalos y Koldo García; el cese de un hombre clave para Pedro Sánchez en el PSOE y el Gobierno como Francisco Salazar por acusaciones de acoso sexual; las alusiones en sede parlamentaria del PP a las saunas de la familia de Begoña Gómez; la polémica por el mal funcionamiento de las pulseras antimaltratadores… presentan un escenario de castigo electoral de las mujeres al PSOE.
La decisión del PP del Ayuntamiento de Madrid de secundar una iniciativa de Vox para dar información a las mujeres que soliciten interrumpir su embarazo sobre el trauma posaborto fue visto en el Gobierno como un agujero en la pared, al que se han lanzado para tratar de lograr un boquete que les permita coger oxígeno y recuperar constantes vitales entre las mujeres. Porque lo cierto es que la hemorragia es preocupante. No hay dudas de que el PSOE aguantó en las últimas elecciones generales de julio de 2023 y logró gobernar gracias al respaldo de las mujeres. Pero los últimos escándalos han provocado orfandad respecto al electorado femenino. El PP logra el respaldo mayoritario de las mujeres, según los datos de Sigma Dos para EL MUNDO.
El pasado mes de junio, la diferencia entre populares y socialistas era de sólo 4,4 puntos a favor de la formación que lidera Alberto Núñez Feijóo. En julio, la brecha creció hasta los 10 puntos, con un descenso de las papeletas femeninas que optarían por el PSOE. Desde entonces y pese a los intentos del Gobierno por impulsar iniciativas para reconectar con las mujeres, la tendencia se mantiene. Aunque hubo un repunte socialista a la vuelta del verano, llegando al 29,7% del voto femenino frente al 36,2% del PP, los datos de octubre devuelven la distancia a casi 10 puntos -37,8% frente al 28,6%-.
En cinco meses, el PSOE, según Sigma Dos, no sólo no ha recuperado voto femenino, sino que se ha dejado dos puntos y medio y la brecha con el PP ha pasado de 4,4 puntos a 9,2 a favor de los populares, que serían, a día de hoy, el partido elegido mayoritariamente por las mujeres. Conscientes del problema y de este agujero, el PSOE inició el curso político con un acto feminista en el madrileño municipio de Alcorcón, liderado por la vicepresidenta María Jesús Montero, que en sus mítines por Andalucía también ha hecho de la defensa de la mujer una de sus ideas centrales.
«Cuando haya elecciones las mujeres mayoritariamente volverán a votar al PSOE», vaticinó Pedro Sánchez. El PP, en cambio, le augura un descalabro en voto femenino.
Cargos socialistas y miembros del Gobierno admiten que la polémica por el mal funcionamiento de las pulseras antimaltrato y la gestión hecha por la ministra de Igualdad, Ana Redondo, son cuestiones que les han perjudicado porque afecta directamente a sus políticas feministas y a su nicho electoral, donde las mujeres son punta de lanza. En el seno del partido y del Ejecutivo que si antes la corrupción les suponía un peaje importante, ahora esta cuestión está más amortizada de manera general entre el electorado y que son cuestiones como los comentarios machistas sobre mujeres o prostitutas o que haya habido una brecha en la protección de mujeres víctimas de violencia machista los que sí les penalicen y les restan apoyo.
El voto femenino es determinante para el PSOE. En las últimas elecciones generales Sánchez apeló a las mujeres para tratar de frenar el ascenso del bloque PP-Vox. El mensaje sobre los retrocesos que para las mujeres supondría ese escenario copó buena parte de su estrategia. Los datos del CIS reflejan que el peso del voto femenino en julio de 2023 se situó en el 60% del total socialista. Atendiendo a los datos de las mujeres que dijeron que votaron, y que los socialistas recibieron 7.821.718 papeletas, la encuesta postelectoral de septiembre de 2023 fija en un 64% el peso del voto femenino. Los datos del sondeo de junio, dejan el dato en el 58,9%.
Ahora retoman ese mensaje. De ahí que para tratar de contrarrestar la mala imagen, y volver a conectar con las mujeres, los socialistas se hayan volcado en iniciativas como, de nuevo, la promesa de impulsar una ley para abolir la prostitución; o el también compromiso de una ley integral contra la trata y la explotación de seres humanos -cuyos trámites se iniciaron pero no se han acabado-; o el dar luz verde a una ley de medidas en materia de violencia vicaria. La defensa del derecho al aborto es otro paso más en ese intento de reconquista, de recuperar un terreno que no termina de ser lo fértil que necesitarían de cara a las urnas.
«Esto no es una estrategia que nosotros hayamos ideado de cero. Son ellos los que recortan y hacen retroceder derechos reconocidos que son de la mitad de la población», señalan fuentes socialistas. En Ferraz y en La Moncloa no ocultan que este tema, y el «error» del PP, «nos beneficia y a ellos les perjudica».
«El PP se ha provocado él solito este problema con el aborto», señalan desde el núcleo duro de Sánchez. «Son ellos los que han movido ficha. Nosotros podríamos haber puesto el aborto encima de la mesa, digamos, forzando que entrara en agenda porque creyéramos que nos interesaba, pero no fuimos nosotros». Pero una vez que el PP lo puso en la mesa, la orden desde La Moncloa a todas las unidades fue centrarse en este asunto, para desgastar al PP. Lanzaron el blindaje de este derecho en la Constitución y han exigido a las comunidades que pongan el marcha el registro de objetores.
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