<p><strong>Míriam Nogueras</strong> sólo representa siete votos pero sus escaños pueden conseguir de la noche a la mañana con una sola decisión un cambio radical en España; pueden tumbar al Gobierno y volcar el signo político cambiando los pesos de la balanza. <strong>Pedro Sánchez </strong>sabe que está en sus manos y ha cedido ante ellos en multitud de asuntos, algunos de enorme trascendencia, a cambio de su apoyo. Por eso, y porque les teme, la última <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/10/22/68f8892221efa03b1b8b457c.html»>advertencia</a> que le lanzaron ayer en el Congreso levantó ampollas en La Moncloa.</p>
Nogueras avisa al jefe del Ejecutivo de que «habría que empezar a hablar de la hora del cambio»; y el Gobierno tacha la advertencia de «simple juego de palabras»
Míriam Nogueras sólo representa siete votos pero sus escaños pueden conseguir de la noche a la mañana con una sola decisión un cambio radical en España; pueden tumbar al Gobierno y volcar el signo político cambiando los pesos de la balanza. Pedro Sánchez sabe que está en sus manos y ha cedido ante ellos en multitud de asuntos, algunos de enorme trascendencia, a cambio de su apoyo. Por eso, y porque les teme, la última advertencia que le lanzaron ayer en el Congreso levantó ampollas en La Moncloa.
«Quizá habría que empezar a hablar de la hora del cambio». Una sola frase de Nogueras restalló como un latigazo en la bancada azul y como una campanada en las filas de la oposición popular. Cierto es que Junts ha avisado muchas veces y ha amagado sin llegar a golpear pero, ayer, su advertencia tenía un tono distinto y a nadie le pasó desapercibido, sobre todo porque la propia Nogueras insistió fuera del Hemiciclo asegurando que «el chicle ya se ha estirado hasta el final» y que si no hay cambios claros e inmediatos por parte del Gobierno, será Junts quien cambiará y «pasarán cosas».
El Gobierno se esforzó en minimizar la amenaza calificándola de «juego de palabras» y negando albergar cualquier temor a una disposición de Junts a tejer alianzas con los populares para derribar a Sánchez.
En el PP, las palabras de la portavoz sonaron bien y aunque en Génova quieren trasladar una actitud descreída y escéptica, no dejan de ver una rendija desde la que emplazar a un partido con el que coinciden en muchos asuntos que preocupan a los ciudadanos: la vivienda, los impuestos, la situación de pymes y autónomos, la inmigración, los servicios públicos y los casos de corrupción que afectan al PSOE y al Gobierno. Tanto es así que desde la dirección del PP las señales que se emitían tras el aldabonazo de Nogueras eran las de disposición a la escucha: «Si de verdad quieren un cambio, que llamen y reemplazamos esta etapa».
Un mensaje breve pero nítido que para el PP viene a significar una apuesta por conformar un bloque capaz de retar a Sánchez con una moción de censura. De momento, no hay indicios de que Junts esté dispuesto a recoger el guante y llegar tan lejos. La amnistía y las demandas secesionistas se interponen como un obstáculo formidable. Por eso, los populares no se llaman a engaño y creen que el aviso de Junts a lo sumo cristalizará en «un rechazo continuo a las iniciativas del Gobierno y, sobre todo, a los Presupuestos» si es que estos finalmente llegan a la Cámara.
En ese caso, la legislatura, remachan en Génova, «habría colapsado» y, aunque Sánchez intentara aferrarse al poder, la insostenibilidad de un Gobierno maniatado se impondría. Pese a todo, insisten en que su disposición a atender una llamada de Junts sigue sobre la mesa y rechazan aventurar condiciones o exigencias. Sobre lo que sí llaman la atención es sobre la coincidencia de planteamientos en múltiples terrenos. De hecho, ayer, sin ninguna concertación previa, Nogueras y Feijóo se dieron la mano en los reproches que dirigieron al presidente del Gobierno.
Si el líder del PP acusó a Sánchez de «tomar a los trabajadores por cajeros automáticos» y le lanzó a la cara el 90% de los hogares que han perdido poder adquisitivo; el 38% de incremento del precio de la vivienda, las casi cien subidas de impuestos y la deficiencia de los servicios públicos, mientras crecen las sospechas de financiación ilegal del PSOE y los únicos que viven mejor son «el Gobierno, los mil asesores y todos los que iban en el coche de las primarias», la portavoz de Junts se sumó a la arremetida acusando al Ejecutivo de «perseguir a los autónomos» para que devuelvan las ayudas de la etapa del covid; de ahogarlos con cuotas e impuestos; de no cumplir con las promesas de construcción de vivienda pública; de bloquear las leyes que pretenden atajar la okupación y la multirreincidencia delictiva y de la «tortura diaria» de Renfe.
«Mucha gente está hasta las narices», remató Nogueras, «de no llegar a fin de mes mientras ven que sus impuestos van a pagar rescates de las estrellitas de la flotilla, a financiación ilegal de partidos, a prostitución, a fiestas o a pagar favores de algunos medios de comunicación». Unas palabras que bien podría haber pronunciado Feijóo.
España
