<p>El funeral por las víctimas de la <a href=»https://www.elmundo.es/espana/dana.html»>dana</a>, más allá de ser una expresión de dolor y recuerdo, tuvo mucho de simbolismo, sobre todo, político. El presidente de la Generalitat, <strong>Carlos Mazón</strong>, muy cuestionado, quiso adelantarse convocando a una declaración institucional a primera hora de la mañana en el salón más solemne del Palau de la Generalitat -el de Corts, reservado para las grandes ocasiones- para escenificar la unidad y el respaldo del PP valenciano en el primer aniversario de la dana.</p>
El dirigente autonómico quiso lucir fortaleza con una declaración institucional rodeado de altos cargos, pero en el partido le apoyan sin entusiasmo
El funeral por las víctimas de la dana, más allá de ser una expresión de dolor y recuerdo, tuvo mucho de simbolismo, sobre todo, político. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, muy cuestionado, quiso adelantarse convocando a una declaración institucional a primera hora de la mañana en el salón más solemne del Palau de la Generalitat -el de Corts, reservado para las grandes ocasiones- para escenificar la unidad y el respaldo del PP valenciano en el primer aniversario de la dana.
Desde su equipo se quiso enmarcar el acto en las coordenadas puramente institucionales, pero lo cierto es que Mazón reunió en la sede del Gobierno valenciano a todos sus consejeros, presidentes de las diputaciones, alcaldes y varios ex altos cargos para transmitir que no tiene intención de dar un paso al lado.
Mientras tanto, en Madrid, en el cuartel general del PP crecen las dudas. Se respalda a Mazón, sí, pero sin entusiasmo. Y a estas alturas nadie se atreve a apostar por su futuro y mucho menos por un intento de reedición de su candidatura. Los populares tratan de sortear las insistentes preguntas acerca de la no gestión de su correligionario el día de la dana así como de la inconsistencia de su cambiante relato, poniendo el foco en la actitud del presidente del Gobierno al que achacan una «inaceptable omisión de sus competencias» ante una tragedia que califican de «emergencia nacional» al mismo tiempo que atribuyen al presidente un «descarado» intento de «hacer política» con la desgracia.
Mazón, en su comparecencia, admitió que «hubo cosas que pudieron funcionar mejor», y se aferró al relato de la reconstrucción en uno de sus momentos más críticos. Cuestionado de nuevo por los vaivenes en su cronología del día de la dana -recientemente reconoció que tras el almuerzo en El Ventorro acompañó a un parking a la periodista con la que compartió mesa-, el presidente de la Generalitat dejó entrever que sigue firme en su intención de agotar la legislatura con el guión de recuperar todo lo que resultó dañado.
Lejos de optar ayer por un perfil bajo, Mazón reunió en sesión extraordinaria al pleno del Consell horas antes del funeral de Estado. Lo hizo para declarar el 29 de octubre como día de luto y de recuerdo a las víctimas de la dana, con lo que todos los años habrá un homenaje solemne. Pero, además, señaló que sigue centrado en «impulsar acciones para acelerar la reconstrucción y mejorar la prevención».
El president quiere seguir adelante, por lo que el siguiente paso será la ejecución de la anunciada remodelación del Consell para oficializar la salida del vicepresidente Francisco José Gan Pampols (paradójicamente, la persona fichada para pilotar la reconstrucción). Será el próximo 4 de noviembre, un día después de la declaración como testigo en el juzgado de Catarroja de Maribel Vilaplana, la periodista con la que se citó en el restaurante y cuyo testimonio puede suponer un punto de inflexión en la causa judicial, en la medida en que permitirá poner por primera vez el foco sobre la actuación de Carlos Mazón aquel 29 de octubre de 2024.
El escenario judicial que rodea, aunque aún no ha tocado de lleno, a Carlos Mazón, no pasa desapercibido en el partido. De hecho, en Génova son plenamente conscientes de que el president tiene pendiente dar explicaciones y muchas dudas que aclarar. Si el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, insistió esta misma semana en que Mazón tendrá que «responder a todas las preguntas» que se le hagan en la comisión del Parlamento valenciano y en la que se ha formado en el Congreso, ya hay voces en el partido que dan por hecho que también tendrá que hacerlo «ante los tribunales» si la Justicia le llama. Y este extremo no lo descartan en absoluto.
En el PP son conscientes de que la ausencia de Carlos Mazón en los momentos más dramáticos de la riada y su resistencia a dar un paso al lado tras comprobar la magnitud de la tragedia, les perjudica gravemente. Si en un principio consideraron que su permanencia en la Generalitat podía servirles como el escudo que recibiera y parara las arremetidas del Gobierno, ahora empiezan a comprobar que los golpes pueden pasar por encima y caer directos sobre Feijóo.
De ahí el empeño en recalcar que no está en la mano del líder del partido forzar la dimisión de un presidente autonómico e insistir en que, de momento, a lo que tiene que dedicarse sin distracción alguna el presidente de la Generalitat es a la reconstrucción y a aliviar en toda la medida que sea posible los daños causados por la riada.
En realidad, más allá de cualquier presión que pudiera ejercer Génova, la continuidad de Mazón al frente del Gobierno valenciano sigue en manos de Vox. De hecho, este viernes finaliza el plazo legal para la presentación del proyecto de Presupuestos de la Generalitat para 2026. El partido de Santiago Abascal, que este jueves tachó a Mazón de «mentiroso», ya garantizó su supervivencia en mayo cuando aprobó las cuentas del ejercicio 2025.
Fuentes de la Generalitat insisten en que la relación con Vox no ha descarrilado ni mucho menos desde entonces. Sin embargo, lo cierto es que no se descarta que las cuentas de la comunidad puedan no presentarse esta semana, pese a que ya ha habido conversaciones entre PP y Vox. Unos y otros, en todo caso, subrayan que las vigentes están aún por ejecutarse al haber entrado en vigor a mitad de año.
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