<p class=»ue-c-article__paragraph»>La crisis del COVID exigió una respuesta del sector público sin precedentes en tiempos de paz. España no fue una excepción. A diferencia de la crisis estructural de la Gran Recesión, gracias a la expectativa de que sería temporal y al apoyo de la <strong>Comisión Europea</strong> y del <strong>BCE</strong>, la economía española incrementó su gasto público hasta el 51,2% del PIB en 2020 y su déficit al 9,7% sin tensiones financieras y de la prima de riesgo. La guerra en Ucrania y la crisis inflacionaria mantuvieron la expansión fiscal por más tiempo del previsto, demorando el ajuste. De acuerdo con las previsiones de <strong>BBVA Research, </strong>España cerrará 2024 con un déficit fiscal del 2,9%, igual que en 2019, pero con un gasto (45,0% del PIB) e ingresos públicos (42,1%) cuatro puntos por encima al promedio anterior al COVID.</p>
Nuestro país debe avanzar hacia una estructura de ingresos y gastos más equilibrada. Mejorar la eficiencia del sector público es imprescindible.
La crisis del COVID exigió una respuesta del sector público sin precedentes en tiempos de paz. España no fue una excepción. A diferencia de la crisis estructural de la Gran Recesión, gracias a la expectativa de que sería temporal y al apoyo de la Comisión Europea y del BCE, la economía española incrementó su gasto público hasta el 51,2% del PIB en 2020 y su déficit al 9,7% sin tensiones financieras y de la prima de riesgo. La guerra en Ucrania y
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