<p>»Le quería explicar a usted que se ha dicho mucho lo del absentismo, lo del control de su despacho, esto de que se investigue de que usted vaya o no a trabajar, de que cumpla sus funciones, no es porque sea un delito el no trabajar, el no cumplir sus funciones, si no que ello constituiría un indicio más de que a usted se le está dando un trato de favor». Así arrancaba su intervención la jueza <strong>Beatriz Biedma</strong> dirigiéndose al investigado <a href=»https://www.elmundo.es/espana/david-sanchez-perez-castejon.html»>David Sánchez Pérez Castejón</a> su declaración de este jueves a puerta cerrada en el Juzgado nº3 de Badajoz que investiga al hermano de presidente del Gobierno y a ocho altos cargos más de la Diputación por presuntos delitos contra la Administración Pública.</p>
David Sánchez tampoco supo determinar en su comparecencia el tiempo que duró la entrevista para conseguir la plaza en la Diputación de Badajoz
«Le quería explicar a usted que se ha dicho mucho lo del absentismo, lo del control de su despacho, esto de que se investigue de que usted vaya o no a trabajar, de que cumpla sus funciones, no es porque sea un delito el no trabajar, el no cumplir sus funciones, si no que ello constituiría un indicio más de que a usted se le está dando un trato de favor». Así arrancaba su intervención la jueza Beatriz Biedma dirigiéndose al investigado David Sánchez Pérez Castejón su declaración de este jueves a puerta cerrada en el Juzgado nº3 de Badajoz que investiga al hermano de presidente del Gobierno y a ocho altos cargos más de la Diputación por presuntos delitos contra la Administración Pública.
Con dos pantallas de ordenador abiertas, varias carpetas con informes, cuadernos y apuntes, la magistrada tenía frente por frente al compositor, sentado a unos tres metros de ella delante de dos micrófonos en su condición de imputado. La jueza le lee sus derechos y comienza el interrogatorio a las 9.44 horas de la mañana.
David Sánchez le responde en sus primeras palabras: «He leído con atención también sus autos, con la asistencia de mi letrado y tengo pleno conocimiento de cómo se está desarrollando el proceso». Más adelante, se queja, «aunque no quiero ser impertinente», añade que «las oportunidades en España para la ópera dentro de los conservatorios son nulas», por lo que se fijó por internet en el buscador de Google de la oferta de la institución pacense y decidió presentarse.
La jueza comienza a preguntarle de forma temporal desde las fechas previas a la convocatoria, en mayo de 2017, sobre su situación laboral, y en especial sobre las pruebas de acceso a su cargo, en concreto sobre la entrevista personal que tuvo para acceder al cargo, como el resto de aspirantes. En ese momento, David Sánchez, tras reiteradas preguntas de la jueza, no es capaz de concretar su contenido: «Son preguntas que imagino, pero si me dice si recuerdo exactamente lo que me preguntaron, pues no, y la duración (le repregunta la jueza), tampoco le sabría decir, ni aproximadamente disculpe».
La jueza dedica bastante tiempo al proceso de acceso al cargo. Busca todos los detalles. De ello, trasciende, porque así lo señala el propio imputado, que las entrevistas personales a los candidatos. Él llegó a Badajoz y se alojó en un hotel de la ciudad: «En líneas generales imagino que me preguntarían por las líneas del proyecto», señala a preguntas de la jueza, pero duda del contenido de la misma. El candidato, como el resto de aspirantes, tuvo que presentar para ser admitido un documento donde reflejaba las ideas que quería poner en marcha si conseguía la plaza, aunque ese informe nunca se ha hecho público por parte de la Diputación. «Puedo imaginar por dónde me preguntaran, sobre mi titulación, si hablaba idiomas, si había tenido una experiencia previa, la verdad, son preguntas que imagino». Y añade: «Lo que sí le puedo decir es que no fue una entrevista de dos horas porque las cosas se explican de manera directa, hubo una interacción directa con las personas que me estaban entrevistando».
Entonces, Beatriz Biedma le preguntas por las personas presentes en la entrevista, pero tampoco las concreta a todas. Sí cita a algunas porque luego llegó a conocerlas más en profundidad al convertirse en compañeros de trabajo. «Manolo Candalija, que ahora es el actual director de Área, también estaba la que fue mi primera jefa directa, Elisa Moriano y creo recordar que había alguna persona más, pero discúlpeme, no es por falta de respeto, pero luego les he visto a esas otras, pero esas son las personas con las que yo colabora más directamente», en relación a las dos primeras. David Sánchez había explicado minutos antes lo que se supo ayer: que estaba en el paro en San Petersburgo, que aprovechaba el desayuno para buscar trabajo en Google y que había estado en los últimos tiempos dedicado a realizar un máster en Milán.
El hermano del presidente del Gobierno firma su contratación para incorporarse como alto cargo el 10 de julio una vez que conoce que ha sido el ganador del concurso, aunque no recuerda el día exacto en el que comenzó a trabajar, «aunque me pidieron que lo hiciera inmediatamente».
La siguiente fase del interrogatorio de la jueza es la de los famosos despachos. Como ha venido publicando EL MUNDO desde hace años, al nuevo alto cargo se le acondiciona la mitad aproximadamente del espacio de la Biblioteca, que se encontraba cerrada porque se había jubilado el trabajador que se encargaba de abrirla y cerrarla. Se tomó la decisión de derribar la mitad de ese espacio y se le acondicionó su nuevo lugar de trabajo. La biblioteca (la mitad que quedó) ya nunca se volvió a abrir: «Me habilitaron un espacio dentro de la Biblioteca, eso sí lo recuerdo». Desde el principio estuvo allí hasta que se cogió la excedencia.
Pero la jueza no se queda satisfecha y en otro momento de la declaración, más adelante, le vuelve a preguntar por esta cuestión. Lo primero que hace es aclararle que el contrato que firmo incluye que su lugar de trabajo es la ciudad de Badajoz. «Según el contrato usted tenía obligación de prestar sus servicios profesionales de forma habitual en Badajoz. Concretamente poner el contrato en la Plaza Virgen de la Soledad, en la sede del Conservatorio Superior de Música». Y la respuesta del hermano del presidente se centra en sus objetivos, no en el lugar físico dónde trabajar: «Lo que sí quiero manifestar, de todas maneras, que yo me comprometo a cumplir unos objetivos que están desvinculados de un espacio físico, porque además tengo también actividades de representación que cumplir que me que me obligan a salir del despacho».
E inmediatamente, explica que «cuando yo regreso de esta excedencia veo que mi despacho está ocupado por la secretaria, que además es una buena amiga y le digo que no hay
inconveniente, que, por favor, que utilice mi despacho. Me dicen que no, que han habilitado otro, otro espacio, pero al entrar veo que efectivamente está siendo utilizado. Y yo conociendo la problemática de los conservatorios que siempre tienen problemas de espacio, le digo mira, por favor, no os preocupéis porque yo me puedo apañar en esta etapa que estoy regresando y con los objetivos que yo tengo me puedo apañar para buscar un despacho en palacio. Durante ese tiempo estoy haciendo uso del despacho de la sala de reuniones, del despacho del diputado de Cultura que se encuentra la segunda planta, También otra sala que no recuerdo su nombre».
Entonces, explica que se trata de una sala de reuniones en la planta baja y lo fecha de abril de 2023 a abril de 2024. Y explica que, si tenía que, si tenía que citar a personas ajenas a la Diputación, sí tenía que desplazarme para hablar con ellos, y si tenía que hablar con compañeros del área de cultura, con el departamento de Fondos europeos, me desplazaba yo directamente a a sus dependencias».
Pero la jueza no comprende esta situación: «¿Y es normal, David, que siendo usted un personal de alta dirección, no tenga un despacho propio durante tanto tiempo?». Y añade: «Eso no es una apreciación que yo le pueda decir. Yo le digo -añade la magistrada- que si conoce usted a otro, a otras personas de alta dirección, en Diputación, que no tengan despacho? Y David Sánchez le contesta: «No le puedo decir, no le puedo decir si es normal o no, yo lo que puedo decir es que no influía en el en el en la consecución de los objetivos que yo me había marcado»
El paso siguiente son sus competencias laborales. «¿Usted desde el principio realizó todas estas funciones?», le pregunta la jueza tras leerle las competencias que tenía tras firmar su contrato. Y David Sánchez duda en su respuesta. Guarda silencio durante un par de segundos. Y luego dice: «Entiendo que sí, de hecho, espero que las estoy continuando a día de hoy». La magistrada se ha venido quejando en sus escritos que la Diputación no le definía en concreto las funciones exactas del imputado. Y se les requirió en varias ocasiones en diversas providencias. «A la dirección de orquesta se le dio mucha importancia en su proceso de selección, pero ¿por qué usted la ha dirigido dos veces en 2018, dos veces en 2019 y una vez en 2020 y luego ya nunca más?», le pregunta Biedma, según un propio informe de la Diputación. Y responde: «Solamente solo puedo dirigir la orquesta porque eso emana directamente de la actividad académica, no es una cosa que yo quiera dirigir cinco conciertos y tenga a disposición una orquesta, eso no funciona así, siempre sale de la actividad académica, participan de la vida académica». En este sentido, aclara que «cuando regreso de mi excedencia me reencuentro con la nueva dirección, era Charo Mayoral, y con Yolanda (Sánchez), y veo que han encargado a otra persona ya la dirección de estos encuentros, y no tengo ningún inconveniente porque tengo bastantes ocupaciones que abordar y bastantes objetivos que cumplir y no le pongo inconveniente a la decisión que han tomado».
La jueza incide. No entiende cómo él está en un rango superior a estas dos personas (las directoras de los conservatorios) y ellas toman la decisión de quitarle estas competencias: «No, no», responde él, «porque muchas veces está vinculado a un interés específico… es un mundo muy pequeñito, a lo mejor bueno, no, a lo mejor, Pero vamos, durante todas estas conversaciones que yo mantengo que se hacen en una comisión junto con los equipos directivos, pues se manifiesta cuál es el interés que puede traer mayor beneficio a los estudiantes».
Otro de los puntos más tensos del interrogatorio se centra en el teletrabajo. «Tengo un informe de la Diputación que me dicen que usted nunca ha solicitado el teletrabajo. Sin embargo, en sus correos electrónicos sí que consta una petición de teletrabajo. Concretamente de 1 de abril del 2022 o 22 de mayo del 2022. ¿Usted llegó a pedir el teletrabajo o no?», le pregunta y David Sánchez elude contestar: «No recuerdo, no recuerdo». Y la jueza, insiste, con tono molesto: «¿Quiere usted que se lo enseñe?», a lo que entonces el investigado le responde: «Si quiere, sí, por favor. Pero no recuerdo que haya solicitado yo teletrabajo» mientras Beatriz Biedma le concreta que él pidió ir a trabajar a Diputación una vez cada 15 días, pero el afectado insiste: «No lo recuerdo».
Es el momento de máxima tensión de la declaración, junto al de los despachos: «Si se lo estoy diciendo, no lo recuerdo» y la jueza vuelve a espetarle: «No lo recuerda, ¿verdad?» Y David le contesta: «No lo recuerdo muy bien».
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