<p>Elon Musk ha decidido desafiar a la justicia francesa en la investigación abierta a la red social X por presunta manipulación de su algoritmo para propiciar la «injerencia extranjera». «Basado en lo que sabemos, esta investigación es un intento de distorsionar las leyes francesas para servir a una agenda política y restringir en última instancia la libertad de expresión», puede leerse en la cuenta oficial de X para asuntos de gobernanza global.</p>
La red social se niega a dar acceso a su algoritmo alegando que la investigación de la Fiscalía de París obedece a «motivaciones políticas»
Elon Musk ha decidido desafiar a la justicia francesa en la investigación abierta a la red social X por presunta manipulación de su algoritmo para propiciar la «injerencia extranjera». «Basado en lo que sabemos, esta investigación es un intento de distorsionar las leyes francesas para servir a una agenda política y restringir en última instancia la libertad de expresión», puede leerse en la cuenta oficial de X para asuntos de gobernanza global.
La réplica de la red social se produce dos semanas después de que la fiscal de París Laure Beccuau anunciara públicamente la apertura de una investigación a raíz de dos demandas efectuadas en enero pasado por el diputado francés Eric Bothorel (afiliado al partido macronista Renacimiento) y un experto en ciberseguridad de una institución pública cuya identidad no ha sido reveleda.
La unidad de cibedelincuencia de la Fiscalía de París, la misma que ordenó hace un año el arresto del fundador de Telegram Pavel Durov, se ha hecho cargo de la investigación por «posibles delitos de alteración del funcionamiento de tratamiento de datos y extracción de datos en banda organizada».
La investigación afecta a «las personas físicas encargadas de dirigir la red» aunque no menciona directamente a Elon Musk. Se desconoce si la dimisión de Linda Yaccarino como CEO de X, que se produjo un día después, pudo estar relacionado con el anuncio público.Como parte de la investigación, las autoridades francesas han requerido una «verificación técnica», así como el acceso de expertos designados al algoritmo siguiendo una «proceso de seguridad» y respeteando «la naturaleza confidencial» de las pesquisas judicial. Los responsables de X se han negado en rotundo a facilitar el acceso alegando las «motivaciones políticas» de la investigación. «Por esas razones, X no ha accedido a las demandas de las autoridades francesas y tiene el derecho legal a hacerlo», puede leerse en la cuenta oficial.»Esta no es una decisión que hayamos tomados a la ligera, aunque en este caso los hechos hablan por sí mismos», argumenta la red social de Elon Musk, que tiene también una investigación abierta por la Comisión Europea por supuesto incumplimiento de la Ley de Servicios Digitales.
X asegura que la compañía ha sido «mantenida en la oscuridad sobre las acusaciones específicas» de la justicia francesa y ha descalificado como «completamente falsas» las alegaciones de manipulación del algoritmo para facilitar la «interferencia extranjera». Según la organización periodística estadounidense, The Politico, los recelos de X se deben también a la designación de dos expertos para colaborar con la investigación, David Chavalarias y Maziyar Panahi, que tienen una trayectoria de sesgo contra la compañía. Chavalarias es un académico francés experto en ciencias de la computación, y Panahi trabaja para el Complex Systems Institute de París.
Chavalarias ha sido relacionado con una campaña para instar a los usuarios de X, antes Twitter, a abandonar la red social cuando Elon Musk se hizo con la propiedad. Panahi ha sido identificado por su «abierta hostilidad» hacia la compañía, algo que el propio interesado ha negado a The Politico: «Mi nombre ha sido citado por error y por el hecho de haber colaborado en el pasado con Chavalarias».
La primera demanda contra X en Francia fue efectuada el 12 de enero por el diputado Eric Bothorel, el primero en alegar «el supuesto uso del algoritmo de X para fines para propiciar la injerencia extranjera Bothorel incorporó a su demanda un informe con el que pretendía demostrar «la reducción de la diversidad de voces y opciones» y «la falta de claridad en los criterios causados por los cambios en el algoritmo y en las decisiones de moderación». El diputado francés lo atribuía a «la intervención personal de Elon Musk en la plataforma» y advertía que lo ocurrido supone «un peligro real y una amenaza para nuestras democracias». Bothorel se remitía a la opinión del jurista Michel Séjean, que asegura que la manipulación del algoritmo en las redes socailes puede merecer las mismas sanciones que la piratería informática.
Una segunda demanda fue presentada también a principio de año por un experto en ciberseguridad que advertía de «una modificación importante en el algoritmo usado por la plataforma X, que hoy en día ofrece una gran cantidad de contenido político de odio, racista, homófobo y destinado a sesgar el debate democrático en Francia».
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