<p>Sigo pensando en el tema de los emigrantes, poniéndome en nuestro papel como receptores de estas personas. Por un momento hemos de pensar fríamente, calculando cuántas personas podemos recibir y en qué plazo, para que se conviertan en españoles, con todos sus derechos y todos sus deberes. <strong>Cálculo que supongo que ya está hecho,</strong> en cada una de las naciones europeas.</p>
La vieja Europa cristiana puede dejar de ser cristiana
Sigo pensando en el tema de los emigrantes, poniéndome en nuestro papel como receptores de estas personas. Por un momento hemos de pensar fríamente, calculando cuántas personas podemos recibir y en qué plazo, para que se conviertan en españoles, con todos sus derechos y todos sus deberes. Cálculo que supongo que ya está hecho, en cada una de las naciones europeas.
Como consecuencia, debe haber acuerdos entre países para poder ‘devolver’ a las personas que no caben. No digo que ‘sobren’, porque una persona nunca sobra. Digo que no caben. A esas personas, a las que, por supuesto, cuando llegan hay que atenderles bien, ingresarles en un hospital hasta que se recuperen y alojarles en sitios dignos, con todo el dolor del alma hay que reenviarlos a su país, donde vivirán como vivían hasta ahora o sea, peor de lo que vivirían aquí si hubieran cabido.
Los que se queden tienen que aprender que están en un país diferente, con una cultura diferente. Y que para integrarse deben jugar a lo que jugaron los españoles cuando fueron a Alemania, a Venezuela, o a Argentina: a hacerse alemanes, venezolanos o argentinos, sin dejar de querer mucho a España. Si son latinoamericanos les costará menos, porque hablan el mismo idioma y tienen raíces culturales europeas.
A otros les costará más integrarse, porque sus raíces son muy distintas. Si el burka aquí no se admite, irán sin burka, porque han venido a nuestra casa.
En España la natalidad está por los suelos. El tema de las pensiones, basado en que los jóvenes de hoy pagan las pensiones de los viejos de mañana, se cae por su base, si no existen jóvenes y la vida de los viejos se alarga.
Veo cálculos numéricos: trayendo emigrantes resolvemos el asunto. Pero el tema es más profundo, porque eso significa que Europa, la vieja Europa cristianapuede dejar de ser cristiana. Hoy viajo por Europa y veo iglesias y catedrales. Con el nuevo enfoque veré mezquitas y a nivel personal veré que que un nieto mío se enamora de una chiquita guapa, cariñosa y musulmana. Y negra, palabra que no tiene nada de ofensiva, porque ella será de un color, negro, y mi nieto de otro color, blanco.
Debería ser objeto de un pacto de Estado, de una política ‘fabricada’ serenamente en reuniones discretas, con los siguientes temas: inmigrantes que caben en nuestro país; qué deben aportar; qué deben recibir y en qué plazo; acuerdos con otros países europeos para enviarles a los que no caben; acuerdos con los países de procedencia para devolverles a los que no caben; acuerdos con estos países para concretar en qué condiciones económicas y sociales vuelven; control de que estas condiciones se cumplen.
El tema es político-socio-económico,
Pero sobre todo, humano.
Seguiremos pensando.
Actualidad Económica