<p><a href=»https://www.elmundo.es/e/in/inigo-errejon.html»><strong>Íñigo Errejón</strong></a><strong> dimite</strong> y abandona la política. El hasta ahora portavoz de <strong>Sumar </strong>en el <a href=»https://www.elmundo.es/e/co/congreso-de-los-diputados.html»>Congreso</a> ha anunciado por sorpresa que deja su escaño y todas sus responsabilidades en la fuerza política de Yolanda Díaz después de verse envuelto en <strong>acusaciones de violencia machista</strong>. Unas denuncias sobre las que <strong>Sumar </strong>había abierto una investigación «previa» a la renuncia del diputado para «recabar información».</p>
El portavoz de Sumar en el Congreso abandona el escaño y explica en un comunicado que lleva tiempo «trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico»
Íñigo Errejón dimite y abandona la política. El hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso ha anunciado por sorpresa que deja su escaño y todas sus responsabilidades en la fuerza política de Yolanda Díaz después de verse envuelto en acusaciones de violencia machista. Unas denuncias sobre las que Sumar había abierto una investigación «previa» a la renuncia del diputado para «recabar información».
Fruto de esa gestión, el diputado admitió a Sumar la veracidad de las acusaciones y haber tenido «comportamientos no ejemplares» con mujeres, informan fuentes de Sumar. Igualmente, dio «verosimilitud» a lo que estaba saliendo ante Más Madrid, que había iniciado sus propias actuaciones y que se puso en contacto con él para recabar su versión. Errejón es cuota de Más Madrid en las listas al Congreso, por eso al tener la confirmación se puso en contacto con Sumar para exigirle su inmediata renuncia al acta.
«Esta semana, Sumar ha iniciado un proceso para recabar información sobre los testimonios surgidos en redes sobre Iñigo Errejón. Como resultado del proceso, hoy deja todos sus cargos. Nuestro compromiso contra el machismo y por una sociedad feminista es firme y sin excepciones», ha tuiteado Yolanda Díaz. Por su parte, Ernest Urtasun ha incidido en la importancia de la «coherencia» entre lo que se hace y se dice.
Desde Más Madrid también se han pronunciado. «Ante las informaciones conocidas esta semana, y tras comprobar su verosimilitud, Más Madrid exigió a Sumar la dimisión de Íñigo Errejón. Somos y seremos un partido comprometido contra la violencia machista», ha señalado en X.
La marcha de Errejón es consecuencia de que en las redes sociales se le acusara de un episodio de violencia machista a raíz de una publicación de la periodista Cristina Fallarás. En ella recoge un testimonio anónimo de una mujer en el que relata su experiencia con «un político muy conocido» que «vive en Madrid» al que describe como un «maltratador psicológico», «un verdadero psicópata» que «sus aires de persona normal esconden un verdadero monstruo».
Aunque no cita en ningún momento a Errejón, en las redes varias personas empezaron a identificar al diputado con esos hechos. Y empezó a crecer la espiral y las sospechas de Sumar y Más Madrid. «Su forma de tener sexo te marca y no lo olvidas jamás. Es una forma de ejercer poder, no es sexo. Como si se estuviera masturbando con tu cuerpo. Te pide hacer prácticas humillantes y cuando te niegas te monta números», dice este comentario.
Los acontecimientos han empujado la dimisión de Errejón, que ha anunciado en una carta publicada en las redes sociales tras reconocer previamente los hechos ante Sumar y Más Madrid. «Para mí se acaba esta etapa política institucional», dice, y subraya que con esta decisión espera «contribuir a reparar errores» cometidos.
Entre tanto, en las redes han trascendido otros testimonios anónimos y al menos uno con nombres y apellidos, el de la actriz Elisa Mouliaá, que denuncia «acoso sexual» por parte del político. Igualmente grave es otro relato que detalla una «agresión sexista» en 2023 en la que supuestamente Errejón metió «mano» a una chica y le tocó el «culo» durante la celebración de un evento «feminista y punk».
La noticia es un mazazo para Sumar y tiene múltiples repercusiones sobre el proyecto. Errejón era uno de los hombres fuertes de Díaz a la hora de marcar la línea política, así como una de las figuras más mediáticas del espacio que lidera la vicepresidenta segunda. Además, era el jefe del grupo parlamentario, el espacio más importante donde se coordina la coalición de partidos. Su renuncia debilita sin duda al espacio pero que sea, además, por ese tipo de acusaciones de violencia machista lo hunde en una crisis enorme porque el feminismo es una de sus grandes banderas. De ahí que Sumar haya querido demostrar contundencia al abrir una investigación al respecto antes de su dimisión.
Con la marcha de Errejón corre la lista por Madrid pero sin riesgos para Sumar porque el escaño lo ocupará Alda Recas, enfermera de profesión y de la cuota de Más Madrid. Si alguien más dimitiera sí sería un contratiempo grave para la fuerza fucsia porque el siguiente turno corresponde a Isa Serra, eurodiputada y dirigente de Podemos.
En su carta pública, Errejón no habla abiertamente de los hechos de los que se le acusa pero sí aborda por encima comportamientos que no encajan con la línea ética del espacio que representa. Abunda en que ha caído en una «subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica» y que le afectaba en las relaciones con los compañeros de trabajo, en las afectivas y con él mismo.
Él explica que estos 10 años en política conlleva «muchas experiencias, aprendizajes y motivos de orgullo» pero también «genera un tipo de vida, una cotidianidad, una subjetividad, un tipo de vínculos con el ámbito público, con la fama y con los demás que pasan factura».
«El ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década, ha desgastado mi salud física, a mi salud mental y a mi estructura afectiva y emocional. Creo que esto es algo que en mayor o menor medida experimenta toda y todo el que esté en esta posición durante un tiempo prolongado», prosigue.
Asegura que todo eso en su caso ha llevado a una forma de comportarse «que se emancipa a menudo de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros». «Esto», continúa, «genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo».
El dirigente de Sumar, que fue uno de los rostros más conocidos de la irrupción de Podemos, junto a Pablo Iglesias, señala: «Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano [,,,,] No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana».
El ya ex diputado de Sumar afirma que lleva tiempo trabajando en un proceso «personal y de acompañamiento psicológico», pero que lo cierto es que «para avanzar en él» y para cuidarse, necesita «abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos».
En la carta cuenta que «en los últimos meses, y de forma más insistente en las últimas semanas» ha ido pensando en que tenía que tomar «algunas decisiones importantes. Hoy ha llegado el día de hacerlo».
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