<p>Microsoft acaba de publicar su radiografía más completa del uso de la inteligencia artificial, y España ocupa un puesto destacable: es el sexto país del mundo con mayor ratio de adopción <i>per capita</i>. Un <strong>39,7% de sus habitantes utilizan la inteligencia artificial</strong>, según el estudio que ha analizado los datos anónimos de uso de más de mil millones de ordenadores que utilizan Windows.</p>
España es el sexto país con mayor uso per cápita del mundo, pero el 80% de los centros de datos y los modelos más punteros están en China y Estados Unidos
Microsoft acaba de publicar su radiografía más completa del uso de la inteligencia artificial, y España ocupa un puesto destacable: es el sexto país del mundo con mayor ratio de adopción per capita. Un 39,7% de sus habitantes utilizan la inteligencia artificial, según el estudio que ha analizado los datos anónimos de uso de más de mil millones de ordenadores que utilizan Windows.
España solo se encuentra por detrás de Francia, Irlanda, Noruega, Singapur y Emiratos Árabes Unidos en lo que la tecnológica denomina como «difusión» de la IA, un ranking que no coincide con el de los países que tienen los modelos punteros, y en el que esencialmente están Estados Unidos y China.
«Se trata de una cosa que para mí es importante de entender en estas tecnologías de propósito general. Lo más importante de ellas no es necesariamente inventarlas, sino utilizarlas. Las empresas que empezaron a generar electricidad no fueron las que tuvieron más impacto en el mundo, sino aquellas que la usaron para inventar nuevas máquinas», señala Juan Lavista, vicepresidente de Microsoft y el hombre al frente del laboratorio que ha realizado el informe y la rama de inteligencia artificial con impacto positivo de la compañía en una entrevista con EL MUNDO.
El directivo reconoce la sorpresa que han causado algunos de los países con mayor adopción, pero señala que el factor más determinante para determinar dónde se accede más a la inteligencia artificial sigue siendo la riqueza, con una profunda división entre el Norte Global (una denominación en la que se encuentran Occidente, China y Australia) y el Sur Global, más pobre y donde los problemas no son puramente económicos.
«Hay que entender que la inteligencia artificial está montada sobre otras tres tecnologías: electricidad, conectividad y acceso a cómputo y PCs. Entonces, claro, por supuesto que los países más ricos tienen mejor acceso a estas tres cosas», subraya el directivo sobre esta tecnología que, el informe subraya, es la de adopción más rápida de la historia.
Mientras que hay países donde entre la población en edad de trabajar el ratio de personas usando inteligencia artificial supera el 50%, en algunos lugares de África Subsahariana y Asia este porcentaje cae por debajo del 10%.
Entre las brechas, también se encuentra la lingüística. Aunque en países como España el problema del lenguaje en los modelos de inteligencia artificial está superado, Lavista apunta a que existe una fuerte correlación entre el desempeño de los modelos y la cantidad de textos en esa lengua que hay en Internet. Así, muchas lenguas africanas no están representadas correctamente o, por ejemplo, en Paraguay, el rendimiento de un modelo en guaraní es ínfimo, apunta Lavista.
De hecho, la rama de Microsoft que dirige Lavista tiene varios programas para crear modelos más inclusivos en lenguas no representadas por la IA, en un programa que también existe en Europa, donde varios países del Este también se encuentran infrarrepresentados.
Otro dato que concluye el informe es que ahora mismo la capacidad de cómputo está principalmente en Estados Unidos y China. Según los cálculos de Microsoft, el primer país cuenta con 53,7 gigavatios de capacidad instalada, mientras que China suma 31,9. Por su parte, Europa cuenta con casi tres veces menos que China (11,9) y cinco veces menos que el país dirigido por Donald Trump. Sin embargo, se trata de un mapa que cambiará mucho en los próximos años por las macroinversiones en marcha.
«Estados Unidos y China juntos tienen más del 80%. Es un porcentaje gigante. Después tienes en los otros países, pero está bastante, bastante, bastante concentrada (…) Estamos en una ola donde vemos un montón de inversión. Se van a ir modificando estas métricas», vaticina Lavista.
El otro punto en el que el directivo hace hincapié es la igualdad que existe ahora mismo en la carrera por tener el mejor modelo de IA (premio que Microsoft da a GPT5, de su aliada OpenAI). Para ello, mezclan varios índices que miden la capacidad de estos modelos. Cuando un nuevo actor publica su trabajo y la capacidad no es la mayor, buscan cuándo fue la última vez que se publicó un modelo de esta potencia para calcular cuántos meses por detrás de las mejores compañías está. La diferencia, explica Lavista, es que no mucho. «La distancia entre modelos hoy es de unos meses. No es muy grande, aunque no están en muchos», remarca.
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