<p>El profesor de ESADE, experto en IA, admite que es muy difícil que ALIA, el gran modelo de lenguaje promovido por el Gobierno, pueda competir en el mercado.</p>
El profesor de ESADE, experto en IA, admite que es muy difícil que ALIA, el gran modelo de lenguaje promovido por el Gobierno, pueda competir en el mercado.
El profesor de ESADE, experto en IA, admite que es muy difícil que ALIA, el gran modelo de lenguaje promovido por el Gobierno, pueda competir en el mercado.
Esteve Almirall se atreve en su recién publicado ensayo (Qué Hacer Cuando Todo Cambia, Planeta) a urdir una suerte de manual de instrucciones ante el ímpetu irrefrenable de la inteligencia artificial. Profesor en ESADE y director del Center of Innovation in Cities que auspicia la escuela de negocios, Almirall sabe un rato de tecnología y destapa ese conocimiento con las viejas artes de la mejor corriente catalana, esa que combina pedagogía y una forma dinámica de ilustrarlo todo.
- ¿Cuál es su tesis?
- En el libro hablo del modo en que las disrupciones se despliegan ahora. Antes se empezaba desde abajo y se tardaba décadas en subir. Hoy se empieza desde arriba, con un cochazo fabricado por Tesla. El motor de las disrupciones es el hype, un mecanismo que permite captar talento y dinero aunque muchas veces detrás sólo haya humo y el dinero se acabe quemando.
- ¿Cuánto de ‘hype’ hay en la IA que usted analiza y desmenuza?
- La tecnología se desarrolla a una velocidad exponencial, pero con la adopción de soluciones concretas llega la decepción porque la adopción viaja a escala humana. Siempre vemos este desfase: esta herramienta cambiará el mundo, pero mi mundo no ha cambiado.
- ¿Qué son las AI economics?
- Sirven para diferenciar esos proyectos basados en IA que van a ganar dinero de aquellos otros que no lo conseguirán. La IA automatiza y aumenta. Si automatizas, el factor multiplicador es enorme; si aumentas el efecto se desvanece un poco porque el límite es la atención humana y un humano va a interactuar con la máquina un número máximo de veces al día.
- Ya sabe que los tecnólogos fantasean con la idea de un futuro donde los algoritmos trabajen y el sapiens se dedique al renacentismo.
- Siempre cometemos el error de pensar que las tareas que acometemos hoy son las únicas posibles. En el siglo XVIII, con la primera revolución industrial, a nadie se le habría ocurrido que mucho tiempo después existirían los programadores o los community managers. Tenemos mucha imaginación. Ya se nos ocurrirán nuevas misiones. Lo que sí ocurrirá es que veremos cada vez empresas más pequeñas porque gran parte del trabajo quedará en manos de los agentes digitales, más rentables y eficientes. Cosa distinta es si esas empresas surgirán en Europa o acabaremos comprando esos servicios en China o EEUU.
- Algo se nos ocurrirá, dice, y sin embargo somos cada día más tontos, según los test de inteligencia y el registro histórico asociado a los mismos. La paradoja es que esa estupidez se debe en gran parte a la digitalización.
- Cuando era niño resolvíamos muchos ejercicios de álgebra, ese era el nivel del momento; luego llegabas a la adolescencia y te topabas con las calculadoras, un invento estupendo. Aprender a multiplicar ya no sirve para nada, pero hay que subir el nivel y esto no lo estamos haciendo en la esfera educativa. Vas a ESADE y pides a los alumnos que elaboren un plan de negocio. ChatGPT lo permite en menos de un minuto con idéntica calidad. Hay que ir mucho más allá o todos los chavales acabarán diciendo exactamente lo mismo y lo harán basándose en las respuestas de una IA generativa.
- ¿Europa está moviendo bien sus fichas en la carrera de la IA?
- Las está moviendo fatal. Las peleas tecnológicas se ganan construyendo tecnología. Y no estamos apostando por ello. La atención se ha puesto en la regulación, pero se ha tapado con esta maniobra de distracción la necesidad de contar con campeones tech. A este paso, usaremos el dinero obtenido del turismo para comprar los LLMs (grandes modelos de lenguaje) de otros.
- Francia tiene a Mistral (1.100 millones captados) y España tiene… ALIA (10 millones invertidos).
- Mistral nace de gente en París que trabajaba para multinacionales norteamericanas y es allí, en EEUU, donde obtiene la mayoría de su capital. La iniciativa de ALIA, a la que estoy vinculado, es problemática porque se pretende que organizaciones orientadas a la investigación viren hacia la dimensión del entendimiento. Los LLMs se mueven al ritmo del hype, pero lo público avanza a otro ritmo. Es muy difícil que de este proyecto salga un modelo capaz de competir
- ¿Es factible aplicar un marco ético a la IA?
- Resbaladiza cuestión. La ética la definen las sociedades: no es lo mismo en China que en Occidente, ni tampoco se alinea en EEUU y la UE. Si quieres que los mercados respondan a las necesidades específicas de una sociedad, hay que diseñarlos, y una de las palancas de diseño es la regulación. En lo digital, cuando tienes sobre el tablero compañías con costes marginales muy bajos, naturalmente brotan los monopolios, pero nuestra sociedad no está hecha para Elon Musk o Google, sino para que haya muchas empresas que facturen cantidades similares.
- ¿Le preocupa el cóctel política-magnates tecnológicos que empantana estos días y quizás en adelante la Casa Blanca?
- Los grandes agentes económicos siempre intentarán dominar la política. En España ese fenómeno tiene lugar en el palco del Bernabéu, por ejemplo. Y en los años 60 General Motors, Delta y Coca-Cola pintaban muchísimo en EEUU, aunque ya nadie se acuerde.
- ¿Nos encaminamos hacia una era de amigos virtuales? ¿Abrazarán los más jóvenes esas distopías descritas en sus novelas por Kazuo Ishiguro?
- Una parte de nuestra vida social es digital desde hace mucho tiempo tanto a nivel individual como grupal. Si el contexto es más laxo, un chatbot igual puede hacerlo mejor que un amigo y estará ahí a cualquier hora del día. Si tienes un problema médico, ya vas a un LLM y al menos te enteras de algunas cosas útiles. Las respuestas normalmente son buenas. Hay poca diferencia para el humano entre lo imaginado y lo vivido, por eso nos enfrascamos en las películas y por eso intentamos hacer humano también al chatbot.
- Esa precisión del chatbot supone una forma diferente de buscar información. ¿Corren peligro los navegadores tradicionales de internet?
- Sin duda. Si lo piensa, Google es un apaño, una lista de enlaces, no una respuesta. En este sentido, Perplexity es mucho mejor. A veces querrás la ristra de links, pero casi siempre preferirás una respuesta sensata y adecuada a tus necesidades. ¿Cómo encaja un modelo de anuncios en esta modalidad emergente? Eso está por ver.
Actualidad Económica