<p><strong>Funcas </strong>ha elevado seis décimas su <strong>previsión de crecimiento</strong> de la <strong>economía española</strong> hasta el <strong>2,9% este año</strong>, debido a las revisiones al alza que ha hecho el INE y a que el impacto de los aranceles de EEUU no va a ser tan brusco como se esperaba, pero han avisado de<strong> tres importantes desafíos </strong>a los que se enfrenta la economía española y que justifican la desaceleración que va a sufrir el PIB los próximos años. </p>
Alertan de la desaceleración del crecimiento del PIB en los próximos años hasta estabilizarse en el potencial en 2027
Funcas ha elevado seis décimas su previsión de crecimiento de la economía española hasta el 2,9% este año, debido a las revisiones al alza que ha hecho el INE y a que el impacto de los aranceles de EEUU no va a ser tan brusco como se esperaba, pero han avisado de tres importantes desafíos a los que se enfrenta la economía española y que justifican la desaceleración que va a sufrir el PIB los próximos años.
El primero de ellos es la inversión privada, que se sitúa todavía por debajo de los niveles previos a la pandemia en términos reales frente a una inversión pública que ha crecido con intensidad. «Si queremos que crezca el consumo en el futuro y la productividad, necesitamos más inversión empresarial», ha apuntado Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, que lo que ve es que las empresas están desendeudandose (su deuda ha caído a mínimos en lo que va de siglo y se sitúa en niveles muy inferiores a los niveles de otros países europeos), en lugar de optar por invertir. La incertidumbre «geopolítica y regulatoria» también podría estar frenando las decisiones empresariales, así como «la falta de previsibilidad del régimen jurídico«.
El segundo es la vivienda y la crisis habitacional. Funcas ha recordado que en el último año se han creado medio millón de hogares nuevos en España mientras que se ha iniciado la construcción de 300.000 viviendas, con lo que hay una brecha que no conseguimos cerrar a pesar de que la inversión en construcción está creciendo: subirá un 4,1% este año; un 4,4% en próximo y un 3% el siguiente, calculan.
Esta falta de oferta inmobiliaria actuará a su vez como freno a la inmigración -y por tanto al crecimiento de la población activa y potencialmente del empleo-. De hecho, estiman que en el trienio 2025-2027 llegarán a España 875.000 inmigrantes nuevos de fuerza laboral frente a un millón en el trienio anterior. «La inmigración va perdiendo fueza porque no existe capacidad de acogida en términos de vivienda suficiente».
«Con datos de 2023 sí que se observa ya un impacto en la llegada de inmigrantes por la subida del precio de la vivienda y el alquiler», ha apuntado.
El tercer gran reto son las cuentas públicas. Aunque el déficit va reduciéndose poco a poco por el crecimiento económico y el récord de recaudación tributaria, Funcas alerta de que la disminución empezará a ser muy pequeña a partir del próximo año. Estiman que este año el desfase presupuestario será del 2,8% del PIB, bajará al 2,7% el próximo año y al 2,6% en 2027. Esta disminución tan lenta del déficit público provocará que la deuda pública caerá mucho menos, hasta el 97,5% en 2027, prácticamente el mismo nivel de 2019.
Estos elementos son los que justifican que, tras crecer un 3,5% en 2024, la economía española avanzaría un 2,9% este año, un 1,9% en 2026 (tres décimas más, que se deben al efecto arrastre de este año) y un 1,7% en 2027, que es en torno al potencial de crecimiento de la economía. A corto plazo, este organismo prevé que el PIB pase de crecer un 0,8% intertrimestral en el periodo abril a junio a repuntar un 0,6% en el tercer trimestre del año, un 0,5% en el cuarto y un 0,4% en todos los trimestres del año que viene.
«El crecimiento de la economía española ha sido superior a la media europea: tenemos en este momento un nivel de actividad hasta el segundo trimestre que se sitúa un 9,4% por encima del nivel prepandemia y 3,5 puntos más del experimentado en el resto de Europa. Se detecta un punto de inflexión a partir de 2023, con un crecimiento de España superior al del resto de Europa por el sector exterior y particularmente el turismo, por la política fiscal (los fondos europeos y el consumo público, que ha crecido con intensidad) y el consumo privado (en parte por la inmigración)», ha señalado Torres.
Sus previsiones, no obstante, están sujetas a riesgos que podrían hacer que no se cumplan. Por un lado, el consumo de las familias podría crecer más de lo esperado, lo que impulsaría al alza el PIB. «En un contexto en el que el ahorro de las familias está muy por encima de lo que hemos visto en términos históricos, ya que lleva muchos años con una tasa superior al 11%, valor muy elevado y que parece que es la nueva normalidad, podría ser que las familias decidieran ahorrar menos y gastar más y eso impulsaría el consumo al alza y el PIB», puntualiza.
Sus previsiones incorporan un repunte del consumo «pero limitado», ya que muchas familias ahorran con el objetivo de comprar una vivienda.
En sentido opuesto, también hay riesgos de que el crecimiento sea inferior al esperado: como el que supone la incertidumbre del comercio internacional y la imposición de aranceles por parte Donald Trump, o la reorganización de los flujos comerciales, con un crecimiento mayor del esperado de las importaciones y, sobre todo, de las de productos asiáticos. La demanda externa ya está restando al crecimiento de España y ha convertido el modelo de crecimiento en uno «menos equilibrado», pero podría hacerlo con más intensidad si las importaciones crecen más de lo previsto.
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